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Domingo de Ramos

Carlos Puentes

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Llegó el día tan esperado por unos y temido por otros. A un lado quienes desde hoy, y durante los próximos ocho días, harán del barroco andaluz el motor del PIB de esta tierra, al otro, quienes huyan a la playa o la montaña buscando la tranquilidad que aquí no encontrarán. Y es que, parece que lejos de deseos, intuiciones o querencias, el predominio de la dinámica atmosférica, tendrá un evidente reflejo en nuestras calles, que parece que este sí, quiera llenarlas de las conocidas estampas cofrades.

Lo cierto es que la tendencia que se venía registrando en los modelos meteorológicos estos días atrás, ha ido definiendo una dinámica clara para la práctica totalidad de la semana. De todas formas, al igual que hiciese el pasado año, mi contrato con ustedes es el mismo. Mi función empieza y acaba en explicar la más o menos compleja dinámica atmosférica que estos días de mediados de abril tengamos sobre nuestras cabezas, y las consecuencias más o menos claras que de la misma se deriven. El resto, la interpretación más o menos efusiva de lo que aquí se diga, corresponderá en exclusiva a quien decida obrar en consecuencia o no. Y nada más.

Dicho lo cual, pasemos a lo inmediato para acabar rondando lo que pueda venir. Quienes se levanten temprano, es muy posible que tengan un cielo encapotado en la vertical de sus cabezas, un mal presagio que no será tal. Esta remota posibilidad se deriva de los remanentes húmedos del ligero embolsamiento de aire frío que teníamos desde el pasado jueves sobre la vertical ibérica, pero este, igual que ayer, irá deshaciéndose conforme avance la jornada y el efecto calórico del Sol actúe sobre la baja atmósfera. El cuadro sinóptico isobárico, es decir, el mapa de presión real sobre nuestra vertical, así lo deja bien claro. Dorsal anticiclónica y ascenso de temperaturas en niveles altos, que unido al solazo de abril que ya marcamos, deberían subir el termómetro hasta valores que ronden la treintena.

Y poco más. El día de hoy, primero de la semana, resulta claro y limpio como el cielo de esta tarde. La terca inestabilidad cambiante propia del mes, hoy no querrá aparecer para deslucir la jornada, ni tampoco parece que quiera hacerlo en los días inmediatos que tienen que venir. El cuadro es muy similar hasta el próximo jueves, ascenso más o menos profundizado de la dorsal anticiclónica sahariana sobre la Península Ibérica, que serviría de barrera para las masas aisladas que se nos quieran acercar. Pero eso, amigos, es algo que mejor ir viendo y confirmando según avancen los días. Por el momento, disfruten de la jornada, en todas sus variantes, de lo humano y lo divino, y mañana ya se verá.

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