Alemania
Ya se sabe que el fútbol es un deporte donde juegan once contra once y siempre ganan los alemanes. Bueno, puede que en el fútbol actual todavía no sea exactamente así, pero también puede que no por demasiado tiempo.
En un contexto europeo más general, parece que no cabe duda. Llevamos meses esperando las elecciones alemanas como quien espera que juegue su turno alguien con quien compartimos un juego de mesa. Incluso el clima de crisis europea parece haber bajado el pistón esperando el rumbo a tomar. Ese ruido de fondo que para un alemán medio parece amenazar su estable marcheta económica. Porque en la peor crisis económica del capitalismo, Alemania apenas ha sentido los truenos de una tormenta en una sierra vecina. Y bien que lo sentimos. No por ellos, que no deseo mal a nadie, sino por lo que nos supone a nosotros. En la cocina europea, los alemanes tienen la sartén por el mango. Y los PIGS sólo podemos esperar que no les de por seguir cocinándonos.
Merkel ha vuelto a ganar. Era lógico viendo cómo han capeado la crisis. Y que son la referencia de ese invento detestable llamado prima de riesgo. Dominan el banco europeo, tuvieron hasta hace poco un papa, acaban de hacerse con el otro papado, el olímpico, y Vettel va a conseguir deprimir a Antonio Lobato aún más que a Fernando Alonso. Se permitieron adoptar a Raúl y convencer a Guardiola. Tienen la Champions. Y consiguen a precio de coste nuestros mejores ingenieros.
Como dice un amigo en Facebook, no pienses en lo que tu país puede hacer por tí. Piensa en lo que tú puedes hacer por Alemania.
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