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Economía y humor

Fernando Lara

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Poniendo un poco de orden en mis cosas he encontrado un libro que hace un par de años me dio un compañero que se jubilaba. Llegó a mis manos en un lote de manuales y textos de economía de los años 60 y 70, y no le debí prestar ninguna atención porque no lo recordaba a pesar de su curioso título, "Economía y humor",  y de ser su autor uno de mis preferidos en materias económicas, John Kenneth Galbraith. Es cierto que la cosa no está para bromas, y que no hay que tomarse a guasa lo que está pasando. Todo esto podría parecer de cachondeo si no fuera por la gravedad del asunto. A algunos de hecho se lo debe parecer de verdad, sino a saber a que viene que ayer, sábado, Javier Arenas dijera que lo peor de la crisis ya ha pasado. Al libro de Galbraith le pasa lo que a los políticos que hacen estas declaraciones, que a pesar de lo que parece anunciar su título realmente no tiene ninguna gracia. Se trata de una serie de ensayos sobre personajes relevantes de los Estados Unidos, diplomáticos, escritores, y otros, a los que el autor ve “auténticamente hilarantes”. Es cierto que avisa en la introducción de que el carácter humorístico de su obra es una cuestión delicada y pone a prueba su sentido del humor, no el de los lectores. He leído algunos capítulos y la verdad es que no he encontrado todavía nada gracioso en él. Al menos nada que esté en consonancia con mi sentido del humor.

Galbraith considera a John Steinbeck un hombre auténticamente gracioso. Seguro que lo era, aunque con la lectura de las páginas que le dedica en el libro yo no pueda asegurárselo. Aún así, me está gustando, y he subrayado unas líneas en las que afirma exponer uno de los temas predilectos de Steinbeck: el mundo debe más de lo que se piensa a la codicia compartida.  La infinidad de visiones sobre el futuro y de opiniones sobre la manera de convertir las visiones en realidades divide a los hombres a través de la ideología. “Pero éstos vuelven a juntarse al compartir un interés común por el dinero, el poder, la posición social, o la perspectiva de una invitación a comer en la Casa Blanca” Me ha recordado cosas que han pasado en mi ciudad, aunque a lo mejor no tenga nada que ver. Informaciones que se conectan y acercan en mi mente al sentido de la frase pactos ocultos y tratos de favor entre políticos y presuntos empresarios, con distintas visiones e ideologías, pero unidos por la codicia y la ambición de poder y dinero mientras se ponían “moraítos” de pijotas traídas de Fuengirola. Realmente tiene muy poca gracia.

Como no hay que perder, a pesar de todo, el sentido del humor, y como, aunque muy remota y poco creíble, quizás exista una posibilidad de que lo peor haya pasado (para mi que no, pero bueno), voy a dar algunas referencias en las que sí se encuentran unidos la economía y el humor. La primera, la mejor y más importante, los geniales chistes y viñetas de Forges, difíciles de superar:

La segunda, un ejemplo de humor fino e ironía inteligente, las viñetas de Andrés Faro, que pueden encontrar en su página web (http://www.e-faro.info), dedicadas muchas de ellas a la economía y la política:

La tercera, un libro que se publicó en España en 2005, de título “Freakonomics”, escrito por un economista calificado como irreverente, Steven D. Levitt, y un periodista, Stephen J. Dubner. Con mucho humor y con ejemplos muy cercanos a la vida cotidiana describen con un estilo particular como funcionan el mundo y la economía.

La cuarta, residuo de mi infancia, es el número 23 de la colección de Astérix el Galo, “Obelix y Compañía”. Si lo han leído seguro que odian a Cayo Coyuntural y a sus métodos tanto como yo. Si no lo han leído, háganlo, y odien a ese elemento. Otro día les hablo de él.

La quinta, para terminar, los cientos de chistes y bromas sobre economía y economistas que a diario se cuentan por el mundo. Uno de ellos, para quitar hierro a los malos augurios, expone las dos grandes leyes de los economistas:

-          Primera ley: Para cada economista existe un economista igual y opuesto

-          Segunda ley: Ambos están equivocados

Que el humor nos acompañe. Buena semana a todos.

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