Viva el flamenquín

Este miércoles 21, la Junta de Andalucía ha dado a conocer las distinciones con motivo del 28F, Día de Andalucía y que serán entregadas el próximo martes en el Teatro de la Maestranza de Sevilla. Entre los nominados está don Santiago Muñoz Machado a título de Hijo Predilecto de Andalucía. Merecido homenaje a quien en la actualidad preside la Real Academia de la Lengua, (RAE).

Mi enhorabuena para tan insigne pozoalbense que ha sabido erigirse en el máximo representante de tal institución y que en su artículo primero redactado en los actuales estatutos expresa: “que tiene como misión principal velar por que los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus habitantes, no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico”.

Y una vez expresado mis parabienes, felicitaciones y plácemes, permítanme recordar a todo el mundo que esta institución que dice enarbolar el genio propio de la lengua, omite en clara desidia en su mundialmente conocido Diccionario, al indiviso símbolo gastronómico reconocido y admirado en todo el mundo: “EL FLAMENQUÍN”.

Con esta omisión renuncia a la oportunidad de definir una de las señas culinarias que definen el sabor a Córdoba, Andalucía y España. El Flamenquín es por sí mismo emblema y señal propio de la cocina andaluza y por lo tanto, su “invisibilidad” ante la Real Academia Española, (últimamente abierta a un gran abanico de palabras foráneas y propias), culmina uno de los olvidos más sonados a la reconocida identidad gastronómica cordobesa.

Su más que meritoria distinción, acaso se mire frente a la injusta omisión de tan inmerecido olvido de esta joya cordobesa y sirva este lamento como enmienda a tan inicua indolencia.