Tasa turística
Los medios de comunicación recogen estos días las intenciones de Madrid y Canarias de establecer una tasa turística, ante el asombro
y rechazo del sector turístico y de los partidos políticos conservadores en este tema.
Pienso que el argumento principal de los que rechazan esta imposición tributaria no es otro que el hipotético daño que sufriría el sector turístico. Daño, que por otro lado, nadie ha evaluado ni valorado. A mi modo de ver,serían simples prejuicios.
La realidad nos lleva al caso de Barcelona que ya aplica esta tasa turística con unos resultados más que sorprendentes. Por un lado, la afluencia de visitantes no ha parado de crecer junto a las inversiones, lo que incluso ha provocado una saturación de la demanda y una burbuja en inversiones inmobiliarias lo que, a todas luces, compromete el futuro desarrollo sostenible del propio sector turístico. De ahí las nuevas medidas que ha adoptado el Ayuntamiento, que intentan frenar y poner un poco de orden en esta deriva. Por otro, Barcelona gasta cada año decenas de millones de euros en promoción de la ciudad y otros gastos anejos que, indudablemente, los detrae de los presupuestos municipales. Ahora, la tasa turística introduce un elemento de equilibrio y de racionalidad entre las funciones atribuidas a los municipios en el terreno turístico y los recursos necesarios para su desarrollo.
En la mayoría de los países de nuestro entorno, los municipios ya vienen aplicando una tasa turística a todo aquel visitante que pernocte en un establecimiento hotelero. No por ello, el sector turístico se ha resentido en ninguno de sus aspectos: disminución del número de visitantes, de pernoctaciones, de gasto medio por turista, etc. Vincular la tasa turística a estos parámetros carece de fundamento. No conozco ningún municipio que habiendo establecido la citada tasa haya reculado con posterioridad, anulándola por ser nociva para el sector.
En el caso de Córdoba la situación estaría muy clara. El Ayuntamiento transfiere cada año, cerca de un millón de euros al Consorcio de Turismo. Si se aplicara la tasa y teniendo en cuenta el número de pernoctaciones, los ingresos generados cubrirían con creces el presupuesto asignado al Consorcio de Turismo. Se dispondría de unos ingresos para aplicar políticas sociales necesarias, o la puesta en valor de nuestro patrimonio cultural.
Francisco Aguilera Fuentes
Funcionario
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