Odisea por autovía a Reina Sofía
Cuando alguien hace algo brillante, escandalosamente único o, cuanto menos, curioso, debe merecer nuestro más sincero reconocimiento público. Es lo que corresponde ¿verdad? Y si se trata de algún trabajo digno de admiración, también estaríamos obligados a conceder semejante premio. En este caso, no me apetece. Precisamente porque, salvando sin reservas el tan respetado arte dramático, este me va a permitir que el nuevo acceso al Hospital Universitario Reina Sofía por la autovía N-IV lo compare con una representación de cómicos titiriteros. La gracia está servida. Y la crítica está llamándonos a voces. Hemos tenido tiempo, mucho tiempo diría yo, para ir observando, poco a poco, cada una de las fases de la construcción de estas obras.
Ya acabadas, ¿quién ha cronometrado el tiempo que se tarda en llegar al hospital entrando por la autovía cuando se viene en dirección Madrid-Sevilla? No entiendo qué lucero pudo iluminarse para hacer este esperpento y, más aún, sin pensar en posibles repercusiones. Al parecer, nadie, aunque sea por error, ha pensado en un acceso rápido al citado centro. Creo que hubiera sido lo justo. Lo mejor, y lo más seguro, ha sido construir lo que hay ahora, claro que sí.
Es tal el embotellamiento que se forma que, si se da la trágica circunstancia en la que tu vida depende de un hilo, del tiempo que tarde la ambulancia en la que vas con destino a nuestro hospital, Dios no lo quiera, ya te aseguro que lo mejor que puedes hacer es ir redactando tu propio testamento. Una odisea.
Los más antiguos dicen que hay que saber hasta cuándo ponerse enfermo. Y llevan toda la razón. La propia experiencia por esta entrada a la capital me ha enseñado que es mejor no hacerlo a primera hora de la mañana, al medio día o al atardecer. Pienso yo, que los tramos horarios intermedios o de madrugada, serían los momentos más oportunos para utilizar el coche por esta zona.
Y es que el acceso que tenemos es un auténtico disparate.
Tan solo cuenta con un único carril que recoge toda la circulación que se desvía por este tramo. En el mismo punto coinciden los vehículos con dirección Córdoba Sur y Córdoba Oeste, los que se desvían a la carretera de Granada, además de los que se dirigen al Polígono de La Torrecilla o bien, al Puente de Andalucía para acabar en el hospital. La caravana de coches y camiones alcanza varios kilómetros todos los días. Añadámosle los de tamaño especial, de gran tonelaje o de gálibo considerable, que por características obvias, no circulan, ni por asomo, a gran velocidad. Si viene una ambulancia, que se espere. Pero no es que no quiera cederle el paso, es que no tengo mucho espacio para apartarme. He aquí una tropelía. Las madrigueras de los conejos están mejor diseñadas.
José Antonio León Llorente
@vistadpajaro
0