El GPS, los charcos y el Elefante
El pasado domingo se emitió en Documentos TV un magnífico documental titulado “GPS, una guerra global” que les recomiendo ver. Si les digo la verdad la emisión del documental me ha fastidiado un poco, ya que tenía preparada una entrada sobre el tema para Blogópolis. A pesar del fastidio les animo a verlo y a poder comprobar cómo una tecnología sofisticada, militar, en cuyo proyecto se han invertido 30000 millones de dólares, hoy día es usada de forma cotidiana por millones de personas con finalidades más diversas. A pesar del cambio de tema, hace poco tuve una experiencia más o menos relacionada con esta tecnología, que aquí les dejo.
El primer fin de semana que el invierno nos dio una tregua, se me ocurrió hacer un poco de senderismo con la familia y amigos. Decido encargarme de la planificación de la ruta haciendo uso de conocimientos sobre tecnologías de geoposicionamiento, en este caso aplicados al mundo “campero”. Tras revisar el perfil de los senderistas, tres adultos urbanitas y una colección de infantes de edades comprendidas entre 2 y 6 años, y alguna otra consulta a los amigos en Facebook, decido que pasaremos el día haciendo una ruta de más o menos 3,5 Km para conocer la Fuente de Elefante en Trassierra.
Las búsquedas en Internet me lleva a la web de la plataforma A Desalambrar. Los miembros de esta plataforma, dedicada principalmente a la defensa de los caminos públicos y vías pecuarias de Córdoba, han hecho un intenso trabajo de documentación que se plasma en su portal. Desde la web se puede acceder a la página Wikiloc, que permite, previo registro, la descarga de datos de la ruta para verlos en un GPS.
Identificada la ruta y descargado el correspondiente fichero de coordenadas (GPX), decido probar una aplicación GPS para el móvil OruxMap que desde hace tiempo deseaba trastear. Desde un punto de vista técnico, esta aplicación permite la descarga de sectores de mapas e imágenes aéreas de diferentes fuentes oficiales y que son ofrecidos como servicios estandarizados. Esto significa que podemos descargar previamente los datos en la memoria del móvil y no usar la descarga de datos cuando estemos en el campo trabajando en modo off-line.
Para terminar y siendo previsor, gracias a StreetView, servicio integrado en GoogleMaps con el que se pueden ver de fotografías a pie de calle, puedo ver hasta el sitio donde voy a aparcar el coche, en concreto el kilómetro 10 de la carretera Córdoba-Trassierra.
Equipados por el Sr. Decathlon y provistos con nuestros correspondientes “tupper” de tortilla y filetes empanados comenzamos nuestra aventura.
Las fotos de StreetView no te dicen que, al igual que tú, ese mismo día hay gran cantidad de cordobeses que han decidido hacer lo mismo y aparcar en el mismo sitio pero al final aparcamos con mejor o peor fortuna. Una vez que desembarcamos, el paso siguiente es conectar el GPS del teléfono. El objetivo es que esta estupenda tecnología vaya guiando nuestros pasos hacia el destino elegido. Esa es la idea, pero la realidad es que en ese preciso momento no hay una buena cobertura y el GPS no puede encontrar nuestra localización y empezar a guiarnos. Todo está preparado y los senderistas no aguantan que ese padre esté buscando la señal GPS de un sitio para otro por lo que no queda otra que ponernos a andar.
Bueno, tiramos de memoria, de móvil, y uno que es precavido se ha descargado alguna que otra guía y plano. Lo que no te dice la guía es que nada más empezar, nos encontramos que varios tramos de camino están llenos de gigantescos charcos, que ejercen una poderosa atracción sobre los senderistas de menor edad. Tampoco hay información sobre la aparición de algún que otro can, con el consecuente “canguelo” de chicos y mayores.
Llegado a nuestro destino, disfrutamos del paisaje, leemos la información sobre este magnífico paraje de nuestra Sierra y disfrutamos del momento con una estupenda comida.
En los preparativos de la salida, se me olvidó hacer una consulta a las previsiones de tiempo y que a la hora de vuelta también nos encontramos con un frio que pela. Hay que subir cremalleras porque el frío está arreando y adelantar la vuelta.
Para terminar, ni Google, ni Streetview, ni el GPS, puede predecir que el más pequeño de la comitiva se canse a la vuelta y que su padre se convierta en un improvisado sherpa serrano-cordobés.
A modo de conclusión, y centrando el tema del GPS en una escala mucho más local, familiar diría yo, llego a la conclusión que por muchos preparativos y tecnologías que usemos, la vida siempre puede dar un vuelco a nuestros planes y nos da la oportunidad de olvidarnos de tanta tecnología, para poder centrarnos en las cosas verdaderamente importantes y que merecen la pena. Como ejemplo, poder ver la cara de nuestros hijos disfrutando de la aventura y pasándolo en grande.
Y que conste que tengo fotos en el móvil....
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