Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Lee ahora las noticias de mañana

Sahara

Juan José Fernández Palomo

0

La primera vez que monté en avión fue para ir a ver a una tía mía, Lucía, que vivía en Las Canarias y era enfermera.

Despegamos desde Sevilla, esa ciudad de mi extrarradio que tenía un aeropuerto que funcionaba.

Volamos en un Caravelle de Iberia. El Caravelle –qué nombre tan bonito- era un reactor de fabricación francesa con dos motores Rolls Royce en la cola en vez de en las alas. Eso lo había hecho famoso, creo, desde su explotación comercial a mitad de los años cincuenta.

Yo era un niño encantado. El Caravelle tenía una escala prevista en Al-Aiun o Alayún o como se diga, para recoger pasaje y tal vez repostar o que el piloto fuese a mear o lo que sea.

Al-Aiun o Elayún o como se diga era la capital de una provincia española que, en ese momento, al menos servía para rebotar y transportarse a Las Palmas. Así lo vi yo.

Bueno, lo vi poco porque, de pronto, se desató una tormenta de arena sahariana que nos hizo quedarnos en aquella terminal de aeropuerto colonial más tiempo del previsto. Una azafata me regaló un puzle con una foto de un Douglas DC-3 de Iberia sobrevolando un manto de nubes. La azafata era de Iberia, el puzle era de Iberia, hasta yo era de Iberia. Todo era ibérico. Me dieron el puzle como un entretenimiento durante la tormenta, a mi padre le regalarían un whisky de protocolo o algo así, supongo. A mi madre, agua –o un té-. Así eran las cosas.

Yo no quería ser piloto de chico, creo que quería ser conductor de ganado en Oregon o guardia de tráfico o funambulista, aunque es posible que en el aeropuerto de El-Aiun o Al-Ayun o así se llame se me pasase por la cabeza pilotar cosas, no sé.

La tormenta pasó y el Caravelle surcó el cielo de nuevo hacia el sur hasta llegar a ver a mi tía Lucía, la enfermera más guapa de Las Canarias, ahora felizmente jubilada y con acento insular, “ay mi niño”, me dice a través del teléfono.

Puñetera España ¿Qué has hecho con mis paisanos de El-Aiun o Elayún o su puta madre? ¿Qué has hecho de mi escala, de mi tormenta, del puzle que me regalaron?

¿Qué has dejado de hacer?

Etiquetas
stats