Dubi dubi dubi Da
Lo más posible es que cuando ustedes lean esto me haya tocado el gordo. “¡Qué bastinazo!”, que dirían en Cádiz. Pues sí, un pelotazo en toda regla, qué le vamos a hacer... O no.
Si yo fuera rico llamaría a Berlusconi y le preguntaría: “Cavalliere, ¿cómo están las chicas, le ragazze?”, divorciaría a Merkel y la prometería en matrimonio dejándola luego sola en el altar (un altar calvinista, se entiende), me haría socio mayoritario del San Lorenzo de Almagro y compraría a los árbitros del torneo de apertura, y al Papa, que será fácil.
Si yo fuera rico le pagaría la multa a Rafael Gómez, me quedaría con su casa familiar de Cañero e instalaría en la terraza un centro de avistamiento de OVNIs.
Si yo fuera rico escribiría poemas de Emily Dickinson con un pilot en billetes de quinientos euros y los regalaría en las paradas del autobús. Si yo fuera rico les pondría un piso con wifi a los voluntarios de Acnur para que se retiren de la calle Cruz Conde.
Si yo fuera rico le buscaría un novio notario, dentista u oftalmólogo a Toñi Moreno para que se vaya del plasma y pase las sobremesas en su sofá en vez de salir por la tele. O una novia, o un perro, lo que ella quiera.
Si yo fuera rico contrataría una esquela gigante desplegable en el Diario Córdoba en la que se leería a cuerpo 126 y en negrita: Todavía no; pero todo puede ser.
Si yo fuera rico cerraría los bares con la gente dentro y la barra libre. Si yo fuera rico invadiría Gibraltar y Portugal. Y Andorra. Si yo fuera rico dejaría de fumar porque para qué. Si yo fuera rico me sentaría en el consejo de administración de Endesa, apagaría la luz y encendería unas velas e instalaría un brasero de picón y habría un incendio, es posible.
Si yo fuera rico me iría a abortar a Londres, siguiendo la tradición, y aprovecharía para comprarme camisas de segunda mano en Portobello Road. Y un sombrero.
Si yo fuera rico haría, en fin, cosas de gran importancia.
...Y después de todo eso, miraría a los ojos de la mujer que amo y le diría: “eres más bella que las nubes que anuncian el monzón, ¿te apetece, acaso, un vermú y unos boquerones en
vinagre?“ Y ella dirá: ”Vale“ (una palabra preciosa que, desde su origen, tiene que ver con la afirmación de la voluntad, con el permiso, nihil obstat, tal vez con una suerte de rendición...) La invitaré porque seré rico.
Y, luego, lloverá. Y saldré a cantar porque me gusta mucho
If I were a rich man, dubi dubi dubi dubi dubi dubi dubi da.. Anda que no.
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