Rinconete y Cortadillo
Hoy por ti, mañana por mí
El pantallazo que usted ve en sus receptores es una de las páginas más brillantes de la literatura picaresca. Podría usted pensar que se trata de un simple intercambio de mensajería rápida. Pero se equivoca. Es una joya literaria de valor incalculable. Seguramente creerá usted estar leyendo al concejal Torrejimeno, delegado de Educación e Infancia del excelentísimo Ayuntamiento, y, en realidad, tiene delante a Rinconete y Cortadillo, en uno de sus descacharrantes diálogos de la España del siglo XVII.
Observe la delicada prosa que don Miguel de Cervantes pone en boca de Rinconete en la primera estrofa. Dice así: “Buenos días, hoy voy a comer con una gente y lo voy a pasar por el grupo como si comiese con vosotros”. Y agrega: “Por favor, si alguno tiene algún problema, que me lo diga”. El truco que propone el señor concejal para arañar unos cuantos euros del tesoro público es ya un clásico de la picaresca municipal y parlamentaria con que nos desayunamos un día sí y otro también. Hay que admitir en su descarga que el edil tiene el exquisito detalle de preguntar primero. Para eso es concejal de Educación.
Es entonces cuando el señor Álvarez responde con la espontaneidad propia de Cortadillo. “No hay problema. Ya sabes el dicho ‘hoy por ti, mañana por mí’”. A continuación, el edil de Gestión agrega tres emoticonos a carcajada limpia, que nos recuerdan, no sabemos porqué, al compromiso de regeneración democrática con que todos estos personajes librescos irrumpieron en la vida pública.
El hilarante entremés se cierra con una interjección de la señora Albás. “Ea”. Que remata con el adverbio “Ídem”. En ese momento, la señora Albás aún era la portavoz del grupo municipal de Ciudadanos. Quiere decirse que todavía no había dado el triple salto mortal con tirabuzón para caer en el número siete de la lista de la competencia, en lo que ha sido otro giro ingenioso de esta novelita ligera del Siglo de Oro.
Pues bien: el pantallazo que tienen ustedes en sus manos fue filtrado presuntamente por el señor Dorado, antiguo correligionario de los tres concejales de marras, e incurso en la oscura trama de Infraestructuras investigada por el juez de turno. ¿No me digan que no es para amar la literatura picaresca hasta el final de nuestros días?
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