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Experto destaca la importancia del uso de mascarilla en pacientes respiratorios durante los episodios de calima

Personas con mascarillas.

Redacción Cordópolis

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Los pacientes con patologías crónicas respiratorias deben utilizar mascarilla y evitar la actividad física al aire libre durante los días de mayor densidad de calima, incluido el ejercicio físico de moderada intensidad, según ha indicado el jefe de servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Córdoba, Luis Manuel Entrenas, quien ha destacado que los episodios de calima como los que se han producidos estos días no son habituales en marzo, siendo más frecuentes durante los meses de verano, cuando domina una situación de vientos de sur que impulsa el polvo en suspensión del Sáhara hacia la península.

Tal y como ha indicado la institución hospitalaria en una nota, Entrenas ha explicado que la calima está constituida por polvo del desierto en suspensión y su capacidad de daño en el pulmón depende de su densidad.

Las patologías respiratorias crónicas, como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) son susceptibles de agravarse con la calima así que ha insistido en que si estos pacientes tienen que salir a la calle durante días de calima, la mascarilla “es fundamental” para evitar la entrada de polvo en el aparato respiratorio.

La calima puede provocar irritación en las vías respiratorias, agravar las alergias, e irritar la piel, ha señalado el experto. Los pacientes respiratorios tienen una cualidad en su vía aérea que es la hiperreactividad bronquial, esto significa que reaccionan con mayor intensidad (tos y broncoespasmo) ante un estímulo que no provocaría síntomas o serían muy leves en una persona sin patologías respiratorias.

El especialista ha destacado que el hecho de que la calima que está afectando a España estos días esté acompañada de lluvia hace que se vaya limpiando la atmósfera, como se observa en los coches, donde se va depositando el polvo. De manera que “si está lloviendo continuamente va a ser beneficioso, pero en los intervalos sin lluvia, la alta densidad de la calima va a hacer que suban pronto los niveles de polvo en suspensión”, ha comentado.

Además, la temperatura es más baja que cuando se produce calima en los días de verano, al ser más baja no se genera ozono en la superficie y esto, “en cierto modo, mejora la calidad del aire”.

Para formarse ozono es necesario que haya luz y, especialmente, calor. La calima está unida a la contaminación atmosférica, que engloba a todo el conjunto de partículas en suspensión y gases generados por las actividades industriales y vehículos, al que se añade la combustión de biomasa y combustibles fósiles.

La contaminación atmosférica está causada principalmente por las partículas resultantes de la quema de los combustibles fósiles en los motores de explosión, los elementos originados por la rodadura de los vehículos como los derivados de la abrasión del asfalto, neumáticos y frenos. El doctor Entrenas ha reiterado que la contaminación atmosférica es causante de originar patología per se o agravar otras existentes (especialmente asma y EPOC).

Cuando se produce calima en verano, se suele asociar a la producción de ozono por calentamiento del suelo. En la atmósfera se encuentran partículas en suspensión como los metales pesados, los hidrocarburos aromáticos y, especialmente, radicales libres capaces de causar oxidación en el pulmón. A estas reacciones químicas, se suman los efectos del ozono, que se origina a ras de suelo al irradiar la luz solar los compuestos derivados de los motores de combustión y que cobra protagonismo con el aumento de las temperaturas en verano.

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