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El PP ante la fractura por la derecha

Pablo Casado y José Antonio Nieto | MADERO CUBERO

Juan Velasco

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En una década de victorias electorales en España, tanto a nivel nacional como a nivel municipal, el PP se ha estado enfrentando a su fracaso en Andalucía. Un fracaso tan difícil de gestionar que, incluso cuando ha ganado las elecciones, con un sistema de bipartidismo casi puro, los populares han acabado asumiendo la derrota y se han visto abocados al papel de líder perenne de la oposición. Una plaza que en estas elecciones puede estar casi tanto o más en disputa que la victoria electoral, según pronostican algunas encuestas.

La travesía del PP en Andalucía es una historia larga pero que no deja de escribir nuevas páginas. Sus resultados han ido menguando en la última década, en la que han pasado de una horquilla de entre 47 y 50 diputados -su techo electoral- a los 33 que escaños que obtuvieron en 2015. Un resultado que estaba directamente relacionado con la aparición de un nuevo partido que se autoubicaba entonces en el centro, Ciudadanos, pero que hoy pugna junto con el PP y con un tercer actor por recoger votantes de la derecha. Un escenario inédito para el PP, que siempre competía en solitario contra “las izquierdas”, que llegaron a ser tres en 2015.

Este tercer actor que ahora ha aparecido por la derecha es Vox. En los actos de campaña del PP se menciona habitualmente en los corrillos como un fenómeno nuevo. Algunos le restan importancia y apuntan a que va a recoger más votantes de Ciudadanos. Otros reconocen en público y en privado que la formación que lidera Santiago Abascal les va a hacer un roto en provincias como Almería y Málaga, feudos populares a lo largo de los años, y que, según las encuestas, empiezan a sucumbir a las proclamas nacionalistas de Vox, un partido que no cree en las autonomías y que se muestra poco andalucista en sus actos.

En el que tenía ayer el PP en el Hotel Eurostar Palace, sin embargo, ondeaban juntas las banderas de España y Andalucía. Lo protagonizaban el presidente de la Fundación Concordia y Libertad, Adolfo Suárez Illana, y el candidato del PP de Córdoba al Parlamento Andaluz, el exalcalde y exsecretario de Estado de Seguridad José Antonio Nieto, que vuelve, una década después de su primera vez, a la carrera por liderar Andalucía. Lo hace ante un escenario totalmente nuevo, pero que no oculta lo que, a su juicio, es más prioritario en la región, el cambio político.

Empezar a construir desde la educación

“El 70 % de los andaluces quiere un cambio. Pero es que, en el 30% restante, empieza a haber una valoración crítica de esa gestión que ha hecho el PSOE”, arranca Nieto, que mantiene todavía la calma y el discurso pausado que ha caracterizado su carrera política, jalonada de luces y sombras, y que, en la última década, le ha llevado del Parlamento Andaluz a Capitulares, y de Capitulares a la sede del Ministerio del Interior. Diez años para volver al punto de partida.

De esta década, recuerda ahora un año: 2014. Entonces tuvo que abandonar el Parlamento Andaluz “casi por obligación”, después de que la sentencia del Tribunal Constitucional que avala la Ley Electoral andaluza que impide compatibilizar los cargos de alcalde con el de diputado regional. Una ley que, a su juicio, ha sido “una pérdida para el parlamentarismo andaluz” y que se replantearía revocar. “No entiendo por qué un alcalde andaluz puede ser diputado nacional, puede ser senador, puede ser parlamentario europeo, y no puede serlo en su comunidad autónoma”, cavila al respecto.

No obstante, para Nieto, su primera acción parlamentaria ha de versar sobre la que considera “la gran necesidad de Córdoba”. “Reactivar la expectativa de conseguir un puesto de trabajo: una medida que ataje y busque invertir esa tendencia de paro crónico que hemos vivido en Andalucía durante los últimos 40 años sería realmente importante”, indica el candidato, que no obstante cree que, para resolver el problema del desempleo de Andalucía, primero hay que resolver el de la educación, porque “hay una relación directa entre fracaso escolar y paro crónico”.

PREGUNTA. ¿Está usted por tanto de acuerdo con la idea que ha lanzado Pablo Casado de devolver las competencias educativas al Estado?

RESPUESTA. Bueno, las competencias educativas nunca han dejado de ser del Estado. El problema que ha habido es que el control de esa competencia no se ha ejercido con la vitalidad y la fuerza que la Constitución le reconoce. Hemos entrado, todos los gobiernos, en un estatus de no controlar cómo se gestiona la educación en las distintas comunidades autónomas y eso ha provocado abusos o fracasos. En el caso de Andalucía no creo que haya habido un abuso. Ha habido un fracaso. Un fracaso que nos lleva a que, de cada 4 niños andaluces que van al colegio, uno no termine la educación obligatoria.

Efectivamente, Andalucía, con una tasa del 23,5 %, es la tercera región de España con unos índices de abandono escolar -por delante solo están Ceuta y Melilla (24,3%) y Baleares (26,5%)-, y que, además, ha crecido en el último año. Los datos están ahí, y la solución para el candidato pasa por “establecer unos mecanismos de gestión que eviten que haya comunidades de primera y comunidades de segunda por culpa de una mala gestión”. No ahonda más en la cuestión Nieto, salvo para decir que, en Andalucía, “hemos preferido tener una educación barata”.

La educación está siendo un caballo de batalla durante la campaña de las Elecciones Andaluzas, aunque no es nada nuevo. Acaso, el punto de fricción más alto lo ha marcado la exministra del PP, Isabel García Tejerina, cuando afirmó que, “En Andalucía, te dicen que lo que sabe un niño de 10 años es lo que sabe un niño de ocho en Castilla y León”, en una equivocada referencia al informe PISA, que mide las competencias en educación, pero de jóvenes de más de 15 años. Desde entonces, se ha hablado, y mucho, de educación en Andalucía.

De ello se hablará también en el acto con Suárez Illana, que dirá que las dos prioridades de acción en España son la Justicia y la Educación, dos estamentos que efectivamente están acaparando titulares en el último años. Nieto, sin embargo, asume que es un reto complejo, y sostiene que, tras muchos años en política, ha aprendido a no prometer “imposibles”.

“El PP va a ser la segunda fuerza”

¿Es posible liderar un cambio en Andalucía? Nieto se muestra escéptico: “Sería estúpido por mi parte plantear que el PP va a ser la primera fuerza política. Pero igual de estúpido sería por cualquiera plantear que va a ser la segunda fuerza”, remarca el candidato, que, cuando se le pide autocrítica sobre el papel de su partido y su incapacidad para arrebatarle el Gobierno al PSOE durante 40 años, tira balones fuera y pone el foco en otros asuntos: El fin del bipartidismo o la capacidad del PSOE de “tejer una estructura administrativa, social y económica que garantice la supervivencia del modelo”.

“Es verdad que en los últimos años hemos descendido en los resultados electorales, pero también lo ha hecho el PSOE”, apostilla, obviando que el PP se ha dejado en la última década 700.000 votos, 100.000 más que el PSOE de los mayores escándalos de corrupción de la historia de la Comunidad Autónoma, y que ahora, además, los mayores crecimientos en intención de voto los están marcando Ciudadanos y Vox, partidos con votantes del espectro de centro derecha.

P. El escenario efectivamente ha cambiado. Ahora ya no son solo cuatro partidos, sino que las encuestas marcan una nueva fractura pero por la derecha. ¿Le va a perjudicar mucho la irrupción de Vox al PP con la actual Ley Electoral?

R. A ver, la Ley Electoral es la que es. Yo no creo que sea ni mejor ni peor que otras. Tiene sus ventajas y sus inconvenientes. La aparición de Vox lo que hace es dividir un espacio político. El espacio de centro derecha. Cuánto más se divida este espacio, más difícil es construir una alternativa al Gobierno del PSOE. ¿Quién gana más con la aparición de Vox? Creo que, la mayoría que valore con objetividad esa pregunta, diría que es el PSOE, porque consigue con un peor resultado tener opciones de mantener el Gobierno. A cualquier persona que quiera un cambio en Andalucía le resultará más útil votar al PP, porque votar a Vox probablemente tenga más de pérdida que de ganancia. Y yo creo que en este momento, lo realmente importante es el cambio. Y el único partido que puede garantizarlo es el PP. Lo demás, pues son especulaciones.

P. ¿Pero es una línea difusa plantear el debate entre voto útil o voto en conciencia?

R. No, pero el debate no lo está planteando el PP, más bien quien ha metido a Vox en campaña ha sido el PSOE. Ha sido Susana Díaz.

P. Sus líderes han hablado de voto útil en mítines, y en Twitter, y en prensa...

R. Sí, sí. Pero porque, si se quiere hacer un cambio político en Andalucía, el voto útil es el del PP. El voto a Ciudadanos se puede volver en contra, porque han sido el sostén facilón del PSOE en Andalucía. Y los que voten a otra opción política, como puede ser Vox, la mayoría de los votantes en las distintas circunscripciones pueden perder su voto porque no tengan representación.

“El respeto a la Constitución, tanto de Vox como de Podemos, es muy cuestionable”

Nieto se diferencia de muchos miembros de su partido en su análisis del nuevo frente de la derecha. Al contrario que otros líderes del PP, entre ellos el propio presidente, Pablo Casado, no temerá calificar a Vox como partido de extrema derecha o populista, ni tampoco reconocer que no se siente cómodo con lo que proponen. No obstante, la política, como él sabe por experiencia, hace extraños compañeros de viaje.

P. Hoy, Suárez Illana ha metido a Vox dentro del bloque de partidos constitucionalistas. Vox recoge en su programa la supresión de las autonomías, que es un orden jurídico recogido en la Constitución. ¿Eso es un partido constitucionalista?

R. Creo que lo metía más en el bloque democrático que constitucionalista. Lo que creo es que me parece igual de defendible la opción de Vox, que es extrema derecha, que la opción de Podemos, que es extrema izquierda. Me parece igual. Los que lo quieran votar tienen sus razones, sea cual sea su tendencia política, y los reproches son los mismos. No creo que sea peor votar a Vox que votar a Podemos. A mí no me gustan ninguna de las dos opciones, ni el populismo de izquierdas ni el populismo de derechas. Creo que todas las opciones son democráticas. Lo que creo es que el respeto a la Constitución tanto de Vox como de Podemos es muy cuestionable.

P. ¿Entiendo, por tanto, que no aceptaría entonces el apoyo de ninguno de estos dos partidos para el cambio en Andalucía?

R. El PP tiene que hacer una apuesta por el cambio político en Andalucía. En función de lo que nos digan las urnas el día 2, tan respetable es el voto de los ciudadanos que apuesten por el PP, como los que apuesten por el PSOE, como por Podemos o por Vox. Y creo que es la obligación hablar con todo el mundo. A mí lo que me gustaría es que el PP pudiera gobernar en solitario los próximos cuatro años.

P. Pero usted sabe que eso no va a ser posible.

R. Bueno, pero es lo que a mí me gustaría. Otra cosa es lo que nos den los resultados, y entonces habrá que hacer una apuesta de alternancia política.

P. Si se pierde la segunda plaza pero se consigue el cambio, ¿será un fracaso para el PP?

R. Es que yo no barajo esa situación.

P. ¿Pero para usted es más importante el cambio que la distribución de las fuerzas que lo protagonicen?

R. Es más importante el cambio sin duda. Pero el PP va a ser la segunda fuerza. Ojalá fuera la primera.

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