Las voces de la experiencia olímpica
El deporte, como la vida misma, posee una gama prácticamente infinita de posibilidades. Un ramal incontable de historias. De sensaciones. De vivencias. Los números y las marcas quedan en el imaginario colectivo, aunque son las personas que hay detrás de esos éxitos las que deben avanzar. Seguir superándose. Después de llegar incluso a lo más alto. Las experiencias de muchos de esos deportistas que han tocado el cielo en sus respectivas disciplinas se han ido sucediendo bajo el calor del público asistente a la primera edición del Congreso Olímpico de Cordobadeporte, celebrado este lunes en el salón de actos de Cajasur.
Por él pasaron buena parte de la historia más exitosa del deporte cordobés. Talentos que han saboreado la gloria, o que están en pleno proceso de conseguirlo. De hecho, todos compartían el mismo sello. O bien competirán en la próxima edición de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, o ya lo hicieron anteriormente representando a su país en una cita de dicho calibre. Y todo ello con el fin principal de que los más jóvenes pudiesen conocer de primera mano a sus ídolos.
Precisamente, de esa cantera es de la que han salido todos ellos. De su ciudad o sus respectivos municipios. Jóvenes que un día soñaron con tocar la gloria en su deporte favorito y, después de mucho esfuerzo, lo consiguieron. Ése el recuerdo que guarda Rafa Lozano, conocido deportivamente como Balita. El exboxeador profesional, y ahora seleccionador del combinado español, cuenta en su palmarés con dos preseas olímpicas, un bronce en Atlanta 1996 y una plata en Sidney 2000. Sin embargo, su camino no siempre fue cómodo, pues “cuando llegas al equipo nacional es cuando cambia todo. Antes tenía que irme a los árboles torcidos y colgar los sacos yo”, matizó Lozano.
Y de dificultades y superación bien puede hablar largo y tendido Rafa Muñoz. El canterano del Navial fue durante años el mejor velocista de la natación española y uno de los mejores del mundo, compitiéndole de tú a tú nada menos que a Michael Phelps. En su haber residen multitud de medallas internacionales, así como una participación en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Un deportista que lo tuvo todo, pero que no pudo llegar a gestionar su propio éxito. Y la soledad acabó ganando terreno. De ello precisamente habló en la cita, al reiterar que “uno de los grandes fracasos del deporte español es precisamente el éxito. Están solo en la ola positiva”. Domingo García, actual seleccionador nacional de la modalidad de parapowerlifting y con presencia en los Juegos Paralímpicos de Sidney 2000 en halterofilia, recordó que “yo lo he pasado en general muy mal. Sólo me ayudaba mi padre cuando tuve el accidente, cuando estuve preseleccionado para Los Ángeles 84”, aludiendo además a que “de ese grupo yo lo conseguí porque fui a Sidney. Lo disfruté mucho y fue espectacular”.
Por su parte, otro de los aspectos a mejorar, en este caso a nivel local, es el de las infraestructuras. El deporte avanza y ello debe ir en sintonía a las formas de preparación. De este modo, Rafa Berges, medalla de oro con la selección española de fútbol en Barcelona 1992, puntualizó que “esta ciudad tiene que mejorar en muchas cosas. Mejoraron las instalaciones, pero están a años luz de otros sitios”.
Mucho más recientes -y, por cuestiones lógicas, más ambiciosas- son las lecciones que dejaron Fátima Gálvez, Carlos Machado, Alfonso Cabello y Julia Figueroa. La tiradora de Baena, campeona mundial y de Europa, va a por sus terceros juegos (ya estuvo en Londres 2012 y en Río 2016), para los que “no me conformo con entrar en finales. Quiero una medalla”. En el mismo sentido se expresó el ciclista paralímpico natural de La Rambla, en su caso con un oro en Londres y dos bronces en Río, al matizar que “el factor corrector de Tokio es sólo de medio segundo y me veo con opciones de oro”.
Para finalizar, el prieguense, leyenda viva del tenis de mesa español, se despidió del combinado nacional el pasado mes de noviembre, tras acumular multitud de éxitos. Entre ellos su presencia en Londres. De aquel sinsabor declaró que “entrenas mucho tiempo y en Londres 2012 te das cuenta de que puede ser muy fugaz. Me supo a poco”. Una sensación agridulce que comparte con la judoca Julia Figueroa, la cual se encuentra en plena pugna por su plaza en Tokio. “En Río pensaba que iba a ser campeona olímpica. Las reviento a todas. Pero la competidora cubana no se me daba bien y me fui a casa enseguida”, subrayó la cordobesa. Lecciones de vida deportiva. Las voces de auténticas leyendas (y aún realidades) del talento olímpico español. Con sello cordobés.
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