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Los últimos palos de ciego de un Córdoba agonizante

Deivid, en una acción defensiva ante el Levante | LFP

Paco Merino

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El equipo de Romero ofrece otra ración de impotencia y cae ante el Levante de Lucas | Barral decide un duelo pésimo

Al Córdoba le ocurrió lo que le puede pasar a cualquiera que se enfrente en un partido decisivo a un equipo entrenado por Lucas Alcaraz. Y si el asunto en juego tiene que ver con la permanencia en la categoría, con mayor motivo. El granadino es un especialista en este tipo de trabajos. Es un conseguidor. Del Levante le llamaron llorando y desesperados: se iban a pique después de un comienzo de campeonato nefasto. Del mismo corte que había despachado el Córdoba, con eso está todo dicho. Ahora, los granotas lo tienen encarrilado y los blanquiverdes están virtualmente en Segunda. El sábado, salvo que se produzca uno de los mayores milagros de la historia del fútbol español, lo estarán matemáticamente. Se celebraba el partido número mil en el Ciudad de Valencia, una estadística que a Lucas seguramente le trae absolutamente sin cuidado. La única que le interesa es la clasificación. Coger tres puntos y seguir huyendo del descenso. Lo del Córdoba era otra película. Lo suyo era una victoria emocional, un intento de parchear su estado de ánimo antes de recibir ponerse de rodillas y recibir a porta gayola al acorazado del Barça. Y ahí quedó el resultado. Uno a cero. Un choque horrible, con el público pidiendo la hora y pocas jugadas recordables.

Romero recuperó a Ghilas para el once inicial. El argelino, descartado la semana anterior y caído en desgracia desde mucho antes, suplió al sancionado Florin Andone. No se ganó el puesto. Se le vio por allí pero no tuvo trascendencia. Entraron Íñigo López por Pantic en el centro de la defensa y el aragonés Luso se situó de mediocentro. También tuvo su oportunidad de salida Fede Vico, esta vez en su sitio clásico puesto que en el lateral izquierdo se situó Edimar. La ausencia inesperada de Borja, que se marchó de la concentración por un asunto familiar, se añadió al cambiante cuadro blanquiverde. Y Fede Cartabia, en el banquillo. Otro equipo inédito. No salió nada de lo que estaba previsto si es que dadas las circunstancias se prevé algo que no sea una experimentación dura, una ración de palos de ciego.

Y el Córdoba no empezó del todo mal. Bien pertrechado, con orden, sin complicarse la existencia. Dejando hacer al Levante, al que no se veía cómodo y que sintió un ramalazo de miedo cuando Bebé, a los 7 minutos, controló con habilidad la pelota en la frontal del área para lanzar un zapatazo que rechazó apuradamente Mariño. Poco después, Íñigo López la tuvo en su remate de cabeza. Fue la primera del riojano, que sembró el pavor entre la retaguardia granota en cada una de sus subidas. Después de un cabezazo de Casadesús, una falta botada por Juanfran que pasó junto a la escuadra y un balón perdido por Juan Carlos que estuvo a punto de cazar Barral, el Levante empezó a llevar el duelo hacia su lado. Barral sembraba la inquietud en la zaga blanquiverde. A la media hora conectó un disparo esquinado que estuvo a punto. A falta de cinco para el intermedio lo consiguió. El punta andaluz finalizó con un toque sutil una pared con Casadesús que alborotó a toda la defensa del Córdoba. Pudo empatar Íñigo en otro remate con la testa a balón parado, pero los de José Antonio Romero siguen gafados arriba. La primera parte ante el Levante volvió a calcar la de partidos anteriores. Más amagos que eficacia. Suerte nula y tendencia a la solución individual. Poca cosa.

A la vuelta de los vestuarios, el Levante tuvo una puesta en escena desatada Los de Lucas Alcaraz apretaron, intentando noquear a un Córdoba que había dejado a Crespo en la caseta para colocar a Gunino en el lateral derecho. El uruguayo salía con un récord de 22 partidos oficiales disputados y ninguno ganado. El guión apenas varió. El partido era un verdadero tostón, con el Levante administrando los tiempos y el Córdoba dando palos de ciego. Romero sacó del campo a Fidel -el onubense se marchó haciendo gestos de enfado- para buscar un revulsivo con Fede Cartabia. Los disparos de Bebé seguían siendo el principal argumento del Córdoba, que se acercó a la meta de Mariño en una incursión de Ghilas que, tras hacer lo más complicado, decidió que era buena idea dejar el balón muerto para que llegara alguien a rematarlo. No sucedió así y todos se echaron las manos a la cabeza, un gesto ya clásico en la desvencijada formación blanquiverde.

Romero da un aldabonazo retirando a Deivid, un central, para colocar a Héldon Ramos, un punta o algo así, con el fin de buscar algo que reactivara a un equipo que pasaba por allí sin proponer apenas nada en ataque. Los blanquiverdes terminaron el partido en el área del Levante, con el portero subiendo al remate, el público pidiendo la hora y Lucas Alcaraz vociferando en la banda. Quien quiera consolarse con eso puede hacerlo. La realidad es que el Levante está casi salvado y el Córdoba condenado a muerte.

FICHA TÉCNICA

UD LEVANTE, 1: Mariño, Iván, Vyntra, Juanfran, Ramis, Morales (Nikos, 83'), Barral, Camarasa, Sissoko (José Mari, 68'), Simao y Casadesús (Kalu Uche, 74').

CÓRDOBA, 0: Juan Carlos, Crespo (Gunino, 46'), Deivid (Héldon Ramos, 67'), Íñigo López, Edimar, Luso, Krhin, Fidel (Fede Cartabia, 58'), Fede Vico, Bebé y Ghilas.

ÁRBITRO: Jesús Gil Manzano (Colegio Extremeño). Amonestó con tarjeta amarilla a Víctor Casadesús, Camarasa, José Mari y Nikos, y por parte cordobesista a Deivid, Íñigo López y Gunino.

GOL: 1-0 (40') Barral.

INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la jornada 34 del campeonato nacional de Liga BBVA, disputado en el estadio Ciudad de Valencia ante 14.098 espectadores.

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