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Un complejo monástico cristiano construido en época islámica: nuevo espectacular hallazgo arqueológico en Córdoba

Los restos del edificio mozárabe que han aparecido en las catas arqueológicas.

Alfonso Alba

10 de junio de 2025 20:25 h

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El subsuelo cordobés ha vuelto a dar una de esas espectaculares sorpresas que revolucionan la arqueología. Justo bajo el lugar en el que la Junta de Andalucía ha proyectado la construcción de la Ronda Norte las catas arqueológicas preventivas han dado con uno de esos complejos únicos que recuerdan la importancia capital de una ciudad como Córdoba.

En el siglo VIII, la ciudad tardoantigua de Córdoba se estaba convirtiendo en Qurtuba. Ya en las primeras décadas de la dominación islámica de la Península, Qurtuba iba a convertirse en la ciudad más importante de Al Andalus. En un proceso histórico en el que sigue habiendo mucho debate, poco a poco la población se iba islamizando, aunque bajo el dominio y el permiso del emir, primero, y del califa, después, el estado andalusí permitía otros cultos religiosos: el cristiano, con probablemente miles de mozárabes, y el judío.

Hasta ahora, había evidencias epigráficas de que esa convivencia interreligiosa (con todos los matices y bajo la dominación islámica) se permitía. Pero ninguna huella física. Hasta ahora. Gracias al proyecto de construcción de la Ronda Norte se ha podido excavar un complejo “probablemente” monástico que se construyó precisamente en el siglo VIII, cuando Abderramán I, el primer omeya, gobernaba Al Andalus desde Qurtuba. Ese “espectacular” complejo mantuvo el culto cristiano probablemente hasta mediados del siglo X, aunque es algo para lo que la excavación arqueológica aún no tiene respuesta. Los entrecomillados son del profesor de Arqueología de la Universidad de Córdoba Alberto León, uno de los grandes expertos de la época tardoantigua y del mundo mozárabe.

Pero primero, lo excavado. Según ha adelantado este martes Diario Córdoba y ha podido confirmar este periódico, la empresa Salsum y los profesores de la Universidad de Córdoba Ángel Ventura y Carlos Márquez llevan meses estudiando un complejo que ha aparecido en las catas arqueológicas de la Ronda Norte (un proyecto que a buen seguro habrá que modificar o replantear). El hallazgo, situado en una de las zonas intervenidas, incluye muros de tapial y estructuras que se remontan al siglo VIII.

Las catas arqueológicas arrancaron en septiembre del 2024 y se dividieron en tres fases. En las dos primeras apareció lo que ya estaba previsto: un barrio de origen islámico. Pero en la tercera fase los arqueólogos, a través de la empresa Salsum, se toparon con un edificio bastante limpio para su interpretación. El trabajo arqueológico en Córdoba suele ser complejo, ya que los restos aparecen superpuestos. La ciudad se ha ido reconstruyendo sobre sí misma desde hace más de 2.000 años y es complejo estudiar un edificio reconstruido con muros que muchas veces datan de épocas muy diferentes. En el caso actual, después de su abandono en una fecha por datar (aunque probablemente entre el siglo X y XI) no se volvió a construir encima. La zona ha tenido una función agrícola hasta el siglo XX y prácticamente el XXI. Con los nuevos desarrollos urbanísticos de Córdoba, se proyectó la obra de la Ronda Norte, donde los arqueólogos ya advirtieron que en su desarrollo se iban a encontrar sorpresas. O quizás no tanto.

¿La basílica de Santa Eulalia de Mérida?

La “singularidad” de este “complejo probablemente monástico”, en palabras de Alberto León está en su contexto. Es el único edificio de uso y culto cristiano construido en época islámica que ha aparecido en Córdoba, aunque se sabe que tuvo que haber muchos más en los suburbios. León es prudente sobre el edificio y espera a que una futura intervención arqueológica aporte aún más contexto. Al edificio aún le faltan los muertos, las víctimas que se enterraban en estos espacios, que probablemente aparecerán en futuras intervenciones. El propio León detalla cómo lo habitual en Córdoba es encontrar primero a los muertos y lo difícil que había sido, hasta ahora, dar con los restos de un edificio así.

El profesor Ángel Ventura, uno de los mayores expertos de la Península en epigrafía, ya ha lanzado la hipótesis a través de Diario Córdoba de que este complejo podría tratarse de la basílica de Santa Eulalia de Mérida, una mártir de la época tardoantigua de la que se sabe que gozó de gran culto en Córdoba. El profesor Carlos Márquez, por su parte, está estudiando los capiteles romanos y tardoantiguos hallados, y probablemente reutilizados durante la construcción de este complejo.

Tal y como explica el profesor León, la Córdoba preislámica no fue precisamente visigoda, sino una ciudad rebelde que incluso llegó a derrotar al rey Agila cuando trató de pacificarla. Pero sí que su población tardoantigua era cristiana y católica. Intramuros, León trabaja en la excavación del Patio de los Naranjos de la Mezquita Catedral, donde ha propuesto la localización de un complejo episcopal. Extramuros aparecen lugares tan interesantes como Cercadilla, además de iglesias vinculadas a los mártires de Córdoba. Así está documentada la presencia de San Zoilo, San Cristóbal, un complejo en Cercadilla (el famoso yacimiento arrasado en parte para construir la estación de AVE) o el existente bajo la actual basílica de San Pedro, construido para albergar los restos de los mártires Januario, Marcial y Fausto.

Por documentación se tenía constancia de la existencia de la basílica de Santa Eulalia. En caso de ser la que se ha encontrado habría dispuesto de culto al menos hasta finales del siglo X, ya que así aparece en un calendario cristiano de la época. Y se sabía que debía localizarse en la zona de Poniente. Ahora, con su hallazgo, se le da un contexto interesante que viene a confirmar que los cordobeses cristianos (los mozárabes) y los cordobeses musulmanes no vivían muy lejos. O probablemente muy cerca. Las futuras excavaciones determinarán si era así, si había muros o no, y si eran barrios con conexión entre sí.

La Córdoba islámica alcanzó unas dimensiones que la ciudad actual aún no ha alcanzado. Por eso en muchas zonas de expansión urbanística el desarrollo se topa con los antiguos arrabales islámicos. La mayor parte de ellos han sido arrasados, tras ser excavados. Y casi todos tenían su mezquita, su mercado, sus viviendas y sus zonas comunes. En este caso se trata de un complejo de la época, andalusí, pero con un culto diferente, el cristiano, lo que dispara su “singularidad” aunque no excepcionalidad. Como recuerda el propio León, en Cercadilla hay restos de culto cristiano y muy cerca, bajo la actual estación de autobuses, una mezquita andalusí.

El propio León recuerda cómo en los albores del siglo VIII, cuando se estaba conformando el emirato en Córdoba, hay constancia de destrucción de templos cristianos hasta el famoso pacto de Abederramán con la comunidad cristiana por la que se habría adquirido la iglesia de San Vicente para la construcción de una mezquita. Y quizás a cambio se permitió la construcción de más templos cristianos en la ciudad que acogían a la que entonces era la población mayoritaria, la mozárabe.

Los restos que han aparecido son compatibles con un complejo monástico dividido en dos, presumiblemente para hombres y mujeres, con claustros de columnas de cinco por tres que dan a un patio. No obstante, aún quedaría por localizar el ábside o identificarlo al completo con la zona propuesta. También se ha hallado una alberca a unos 50 metros del complejo, que ya se identifica con un posible baptisterio, a falta de un estudio más profundo.

También está pendiente de determinar el abandono del complejo. En el siglo IX, bajo el reinado del primer Mohamed, se produce el contexto de los “mártires voluntarios”, como San Eulogio y un retroceso del culto cristiano en Córdoba. No obstante, hay dudas sobre si el edificio se mantuvo en uso al menos hasta algún siglo después. Muchos complejos cristianos sí que fueron arrasados y reutilizados, pero este no. Una vez que desaparece no se construye encima, lo que lanza más incógnitas y aporta aún más importancia a su significado.

Las obras

La actuación de la Ronda Norte en esta zona tiene una longitud total de 722,35 metros y una anchura de 39 metros, correspondiendo 21 a la calzada principal, espacio sobre el que se han realizado las intervenciones arqueológicas. La zona de estudio arqueológico se ha desarrollado en un tramo de 692 metros de longitud y 26,50 metros de ancho, conformando un área total de 17.490 metros cuadrados.

La Junta de Andalucía explicó en su día que, en paralelo a estos trabajos previos arqueológicos, se está elaborando el proyecto de obra de este tramo de la Ronda Norte, proyecto que se iba a concluir a final de 2024. Ahora, tras el hallazgo, es probable que el proyecto al completo se tenga que replantear.

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