Tiempo de reflexión en el Consejo del Córdoba

La situación es cada vez más compleja. A la pugna por la propiedad iniciada el pasado lunes se suma una diligencia de embargo. El Córdoba atraviesa uno de los momentos más comprometidos de su historia, una circunstancia que provoca consecuencias tales como las dudas en el propio seno del club. Como precedentes están el requerimiento notarial de Carlos González (Azaveco) para retomar el control de la entidad y, mucho más reciente, la reclamación de Luis Oliver (Bitton Sport) de 1,8 millones de euros tras su paso por El Arcángel -entre enero y julio de 2018- como director general deportivo. El resultado, una sensación de incertidumbre máxima y la sombra de alguna dimisión en el consejo de administración de la sociedad anónima deportiva (SAD). En concreto, es Magdalena Entrenas quien sopesa tal posibilidad. Eso sí, la abogada antepone hoy por hoy -y dentro de un breve período vacacional- la normalización del conjunto califal a su realidad personal.

Cerrar filas en torno a Jesús León como propietario y presidente del Córdoba es por ahora la conducta generalizada en la zona noble de El Arcángel. Sin embargo, existen posiciones críticas en el órgano rector del club. Este hecho lo abordó CORDÓPOLIS el pasado martes al informar del silencio institucional por el que había optado la entidad califal tras la confirmación del requerimiento notarial de Carlos González para celebrar una junta general extraordinaria que supusiera la completa renovación del consejo de administración. El nombre apuntado entonces era el de Magdalena Entrenas, que días después ni confirmó ni desmintió la opción de dimitir. “Lo único que te puedo decir es que mi obligación ahora mismo es estar donde tengo que estar. Hay muchísimas historias y ahora tenemos que trabajar por el bien del Córdoba”, indicó la abogada al ser cuestionada acerca del asunto.

“Ahora mismo no es momento de hablar de situaciones personales porque hay gente que está haciendo un trabajo muy duro: entrenadores, jugadores, personal de taquilla, empleados de mantenimiento…”, expresó Entrenas acto seguido ante la pregunta de este periódico. “Queremos el bien del club”, agregó para zanjar el tema. La consejera del Córdoba se encuentra estos días de vacaciones, principalmente porque ésta es la fecha en que su profesión concede una oportunidad de respiro. Agosto es inhábil en el plano judicial, hecho éste que manejan todas las partes implicadas en el complicado escenario del Córdoba. Lo cierto es que la abogada aprovecha este tiempo de asueto para reflexionar sobre su futuro en la SAD: “Lo necesitaba después de un año duro”.

Su regreso al trabajo, con las miras puestas en los procesos abiertos en torno al club, está próximo. Tanto que su intención en principio es comenzar a estudiar cada caso a partir del lunes o a comienzos de la semana venidera. “Tenemos cuestiones jurídicas pendientes”, resaltó en referencia a su situación actual en el club. Aunque optó por no aclarar su postura, Magdalena Entrenas sí que recordó algo que considera esencial: “El Córdoba es más que Jesús León y Carlos González”. De ahí que insistiera en que “hay que valorar el trabajo que hacen todos los empleados del Córdoba por sacar esta situación adelante”.

Por cierto, dada la ocasión la consejera de la entidad califal fue cuestionada acerca del embargo judicial por reclamación de Luis Oliver. “Todavía no he mirado nada, pero sí es verdad que hay un plazo para oponernos, porque es un plazo cambiario, y seguro que nos opondremos”, señaló de entrada. Pero, ¿cuál es la situación en este momento sobre el papel? “¿Hay embargo? Sí, pero no quiere decir que el club esté bloqueado”, aclaró Entrenas. Precisamente los matices que aportó la abogada, y de los que dio cuenta este periódico, son los que van a permitir, salvo sorpresa, que la SAD pueda responder a sus deudas con dos de los entrenadores del pasado curso -José Ramón Sandoval y Curro Torres-, tal y como aseguró la entidad el viernes en un comunicado. Cabe recordar en este sentido que el impago en este caso acarrea actualmente una inhabilitación de los derechos federativos y, por tanto, la inscripción de jugadores para la próxima temporada.