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Como si fuera un ascenso

Aythami sonríe durante un entrenamiento del Córdoba | ÁLEX GALLEGOS

Paco Merino

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Llevan toda la semana pidiendo desde todos los frentes del cordobesismo un ambiente intenso para el partido de este domingo. El personal hace malabares semánticos para que no se le entienda mal o se le tache de incitación a comportamientos reprobables. Unos insisten en que es “la hora de los valientes”; otros responden que “para valientes, nosotros”. Todo entra dentro del juego de las motivaciones, el inflamiento de las vísceras y las pulsaciones aceleradas para desembocar en un partido de fútbol que se resolverá como todos: en un rectángulo verde y por lo que los protagonistas vienen a llamar “detalles”. Que no son otra cosa que instantes y acciones que marcan un resultado, unas consecuencias y, en el caso que nos ocupa, un futuro.

Está en juego evitar un descenso, algo que en la práctica es parangonable -algunos, no pocos, piensan que vale todavía más- a un ascenso. El Córdoba lleva seis meses viendo cómo la clasificación dice que es equipo de Segunda B. Su juego y sus números hablan otro lenguaje. Con Sandoval, la reacción está siendo espectacular y el Córdoba es uno de los conjuntos más en forma de la Liga. Sus cifras le valdrían para estar peleando por cotas mayores: un play off de ascenso a Primera, por ejemplo. Pero hay un pasado que remontar. Un pasado duro y dañino, una rémora de la que le está resultando casi imposible desprenderse. Quizá hasta este domingo. Un día que puede ser de liberación o de condena.

Habrá campo lleno. Y esta vez, más de verdad que nunca. En apenas ocho horas, el club vendió todo el papel a falta de seis días para el partido. Luego activó con campañas especiales la liberación de asientos de abonados, consiguiendo desbloquear 199 para reafirmar la idea general de que el número de socios oficial de la entidad blanquiverde estaba algo -bastante- inflado. Famosos de todos los ámbitos y leyendas del club lanzaron mensajes de aliento a través de las redes sociales y el cordobesismo, consciente de lo que está en juego, se ha juramentado para respaldar a los suyos pase lo que pase. Todo se cocerá en un singular derbi andaluz, en el que el Almería llega en plena reacción después de que pidiera la cuenta antes de tiempo el técnico Lucas Alcaraz. Desde que el granadino se marchó y cogió al grupo Fran Fernández, el Almería no ha encajado ni un gol. Hace de eso tres partidos. Ahora están a una victoria de certificar matemáticamente su permanencia. Si ganan en El Arcángel, podrán celebrar su continuidad al menos de manera virtual.

En Córdoba hay mayores cotas de drama: cualquier resultado que no sea la suma de los tres puntos dejaría a los blanquiverdes en una situación horrible, forzado a un pleno en los dos partidos siguientes y a la espera de otros resultados. Es el partido con mayúsculas. La final de finales. Hay presión, claro que sí, pero para eso está Sandoval. El madrileño regresa al banquillo después de dos partidos viéndolo desde el palco por sanción. “Hay que domesticar las emociones”, deslizó en la sala de prensa. Seguramente introducirá alguna sorpresa en la alineación, como viene siendo norma.

Desde que llegó, el Córdoba siempre ha marcado al menos un gol. Eso es una garantía. Le queda el desafío de abrochar el sistema defensivo y evitar recibirlos. Como lleva haciendo últimamente el Almería, que no encaja en los tres últimos y por eso está a punto de salvarse. Habrá una guerra interesante en este aspecto. Los blanquiverdes cuentan con futbolistas capaces de generar peligro -Reyes es una amenaza constante- y disponen del punta revelación la temporada: Sergi Guardiola, que jamás había jugado en Segunda -solo unos ratitos hace un par de años en el Alcorcón-, lleva 21 goles firmados y batirá el récord de Florin Andone si anota ante el Almería. Sobre el jumillano se colocan todos los focos.

Sandoval ha convocado a los mismos que hicieron la machada de Vallecas. A esos 18 se añadió Edu Ramos -ausente por sanción en Madrid- para componer una lista de 19 en la que uno se quedará finalmente en la grada. Todo depende del estado de Jesús Valentín, que anda renqueante. En cuanto a la alineación, el técnico blanquiverse se guarda las cartas. Entrenó a puerta cerrada desde el jueves y ha diseñado un plan que contempla como un argumento clave la paciencia. “Será un partido complicado, ante un rival en racha y que no concede gol”, dijo. “El 1-0 nos sirve”, apuntó. Pero el caso es ganar. Aythami, el jefe de la defensa, dio por bueno en su comparecencia ante los periodistas el “encajar tres goles si nosotros marcamos cinco”. Lo dicho: no vale más que la victoria. Si el Córdoba suma tres puntos y el Alcorcón pierde en Santo Domingo ante el Rayo Vallecano, los de Sandoval habrán conseguido salir por fin de los puestos de descenso. Llevan ahí desde octubre y faltarían solamente dos jornadas (Reus, fuera; Sporting, dentro). El premio es de lo más suculento. Merece la pena dejarse la vida en él.

ALINEACIONES PROBABLES

CORDOBA CF: Kieszek, Fernández, Aythami, Álex Quintanilla, Javi Galán, Edu Ramos, Álex Vallejo, Aguado, Reyes, Narváez y Sergi Guardiola.

ALMERÍA: René, Marco Motta, Joaquín, Trujillo, Pervis Estupiñán, Sulayman, Rubén Alcaraz, Fidel, Pozo, Nano y Juan Muñoz.

ÁRBITRO: Juan Luis Pulido Santana (Comité Las Palmas).

CAMPO Y HORA: El Arcángel (domingo, 20:00).

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