Sebas Moyano: el niño se ha hecho hombre

Su cambio de imagen es radical, con barba y el pelo recogido en moño, pero detrás del look eminentemente futbolero está el mismo chaval que ha coleccionado experiencias en blanquiverde -algunas de ellas realmente duras y otras de lo más estrambótico- durante el último lustro. Francisco Sebastián Moyano Jiménez (Villanueva del Duque, 1997) cumplirá el próximo jueves 20 años y ya puede contar que ha defendido el escudo del Córdoba en tres categorías: Tercera, Segunda B y, desde este sábado, Segunda División. “Al principio tenía muchos nervios, pero al entrar en el terreno de juego ves que es un partido más. Estoy muy contento por el debut aunque el resultado ha sido una pena”, declaró ante los micrófonos en la zona mixta. Era el protagonista de un partido sin más historia que el punto que logró el Córdoba, que pelea por salvar la categoría. Ahí quiere echar una mano Sebas, al que Carrión miró en un momento difícil. El partido estaba atascado y le llamó para suplir a Antoñito, un defensa. Quedaba poco más de un cuarto de hora. En fin, un escenario complejo.

“Me dijo que disfrutara, que jugase como sé, que buscara las ocasiones y que estuviera tranquilo”, revela Sebas que le dijo Carrión. Él salió y fue a todas. “¡Claro que se nota la diferencia! Hay mucha más calidad, el salto es grande pero intentamos acoplarnos y hacerlo lo mejor posible”, apuntó sobre su debut. Siempre es especial un momento así. Para Sebas, además de la satisfacción por estrenarse en la competición profesional, supone un hito personal. No lo ha tenido nada sencillo.

En la víspera de un partido fundamental, el play off de ascenso a Segunda B de la pasada temporada, Sebas Moyano se rompió el menisco externo de la rodilla izquierda durante un entrenamiento en las instalaciones de Miralbaida. Fue operado y el curso se acabó para él. Sus compañeros le dedicaron el éxito final con el ascenso a la división de bronce. El de Villanueva del Duque contribuyó con 17 goles, aliándose con Moha Traoré y Alberto Quiles para sumar entre los tres 60 goles.

El extremo sigue siendo uno de los jugadores con mayor proyección en las secciones inferiores del club blanquiverde. Tras ser internacional juvenil con la selección española, el club vendió sus derechos a un fondo de inversión por 730.000 euros en una operación desvelada por la entidad en verano de 2014 y que terminó generando polémica por el modo de pago y el encaje en las cuentas de la sociedad. En El Arcángel siguen esperando grandes cosas de un futbolista que siempre pareció mayor de lo que era. Se formó en las divisiones inferiores del Pozoblanco y con 15 años destacaba rodeado de veteranos en la categoría sénior provincial con el equipo de su pueblo. El Córdoba lo fichó para su plantilla cadete, pero rápidamente lo ascendió al de División de Honor Juvenil.

El chico llamó pronto la atención. Estuvo en Londres realizando pruebas con el Liverpool. Todo el mundo volvía sus ojos hacia este eléctrico mediapunta, dotado de un amplio arsenal técnico y con la osadía típica del joven que se siente seguro de sí mismo y capaz de cualquier cosa. El Córdoba lo llevó a hacer la pretemporada a las órdenes de Pablo Villa en Isla Canela en verano del 2014. Jugó amistosos en verano y se presentó ante el público de El Arcángel con un puñado de acciones centelleantes ante el Almería, de Primera División. Sin haber pasado siquiera por la categoría juvenil, Sebas entró en escenarios superiores. Luego fue engullido por el torbellino de unos años frenéticos -con ascensos y descensos tanto del primer equipo como del filial- y su estrella perdió brillo. Pero no se apagó. Esta semana, Carrión le llamó para entrar en la convocatoria. Luego le dio plaza en el banquillo y, finalmente, le hizo debutar. Todo muy rápido, como cuando arrancó su aventura en el Córdoba. “Aún soy joven, estoy contento de que ya haya llegado la oportunidad y ahora espero que sean muchos más minutos”, dijo ante los medios oficiales del club.