Sandoval versus Oltra: la revancha
Difícilmente podría ser más rocambolesco. Es lo que tiene a veces el fútbol tanto como la propia vida. Un giro de los acontecimientos el pasado lunes provoca que en apenas unos días José Luis Oltra regrese -de nuevo- a El Arcángel. El valenciano retorna al frente de un Tenerife en crisis tras un discreto -negativo, más bien- comienzo de curso que deja ya la primera víctima de los banquillos en Segunda A: Joseba Etxeberria. Es decir, debuta con los canarios -a los que ya ascendiera a Primera en 2009- en el que fuera su hogar deportivo en 2015 y 2016. Un reencuentro repentino éste que concede a José Ramón Sandoval la oportunidad de saldar una cuenta pendiente con él. Está claro que el madrileño desea la victoria del Córdoba por el beneficio de su equipo, si bien puede permitirle también resarcirse de la derrota que sufriera en su estreno como entrenador blanquiverde la anterior campaña. Ante el Granada y con su adversario a los mandos.
Tiene ante sí el de Humanes la opción de tomarse la revancha. Todo entendido dentro del espíritu deportivo y sólo como curiosa casualidad. La anecdótica historia tiene su comienzo apenas unos meses atrás. El 18 de febrero el Córdoba recibía al Granada en El Arcángel en un duelo que, para sus intereses, resultaba casi a vida o muerte. Tal día debía sentarse por vez primera en el banquillo califal José Ramón Sandoval. El madrileño había firmado jornadas antes tras la destitución de Jorge Romero, sobre el que cayó la sentencia después de perder por 5-1. La derrota que acabó con la etapa del joven preparador cordobés se produjo, por cierto, en el Heliodoro Rodríguez López ante un Tenerife comandado por Joseba Etxeberria. Precisamente en aquel partido debutó el vasco, recién despedido, como técnico del cuadro chicharrero. El círculo, por tanto, abarca mucho más de lo inicialmente indicado. Lo cierto es que está por cerrar.
Es lo que quiere hacer Sandoval, quien además necesita un balón de oxígeno debido al mal arranque liguero de su equipo. De vuelta al relato de los hechos, el madrileño llegó para tratar de salvar a un conjunto, el blanquiverde, a la deriva y con aspecto de naufragar más pronto que tarde. Fue la “última bala” de la que hizo uso la propiedad entrante del club, con Jesús León como máximo accionista y presidente. Quiso ser caprichoso el destino ya entonces, pues el inicio de su desafío tuvo lugar ante José Luis Oltra. El ex entrenador del Córdoba podía terminar de causar la zozobra del cuadro califal en su estadio, que tan bien conocía. Nadie pensaba en ello, aunque se viera muy factible. El encuentro comenzó de manera positiva para los locales, y así para el de Humanes, con un gol de Alfaro. El onubense marcó al filo del descanso y en El Arcángel todo parecía tomar un color diferente, más vivo y casi desconocido.
Afrontaba el Córdoba aquella jornada, la número 27 de Segunda A, en antepenúltimo lugar con sólo 19 puntos. Apenas había ganado cinco encuentros hasta entonces. De ahí que el triunfo fuera vital más que obligado y necesario, que también. Sin embargo, tras una segunda parte poco vistosa a nivel global, el Granada remontó en sólo siete minutos cuando el choque estaba en la cuenta atrás para su final. Machís en el 81 y Kunde en el 88 destrozaron las ilusiones de resurgimiento de la parroquia califal. Y de estreno victorioso de Sandoval, que vio cómo su recién encomendado equipo quedaba a 13 puntos -más el gol average- de la permanencia. Después del golpe de mar a la nave blanquiverde sólo le restaba combatir contra la resignación para tirar de épica. El cuadro nazarí, por su parte, se establecía en la cuarta plaza a un punto de la segunda -y del ascenso directo, por tanto-.
Con todo, los resultados introdujeron cambios importantes para ambos en el guion. El Granada ganó después al Alcorcón y perdió tres partidos consecutivos. La impaciencia pudo con sus mandatarios, que, a pesar de que el equipo marchaba quinto, dedicieron destituir al entrenador valenciano. Los nazaríes no consiguieron siquiera jugar el play off. El Córdoba, por su parte, venció diez encuentros de los 15 que tenía por delante -y empató dos para ceder sólo tres derrotas más- y logró una permanencia tan histórica como admirable, y viceversa. Fue aquel 18 de febrero cuando la cuerda se tensó para romper finalmente por el lado menos esperado. Aquel día, meses atrás, Oltra amargó el estreno de Sandoval como técnico califal. Ahora el madrileño tiene opción de devolverle la jugada -en términos deportivos- al levantino, que afronta la tarea de levantar a un Tenerife ambicioso pero con las rodillas sobre el suelo por ahora. En El Arcángel había de ser, por cierto, donde todo comenzó.
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