Un punto, una coartada y el desafío pendiente del gol
El Córdoba aguanta con diez toda la segunda parte por expulsión de Iago Bouzón y agarra un empate en el estreno de 'Chapi' Ferrer
Hubo más ambiente que fútbol en El Arcángel, donde se aguardaba con expectación -entre la ilusión irracional que generan los cambios y un preocupante nudo en la garganta por las recientes sensaciones- el estreno del Córdoba de Chapi Ferrer. ¿Y qué ocurrió? Pues que el equipo blanquiverde empató ante un Jaén que, hoy por hoy, es un rival directo en la lucha por el play off. En esa lucha que se ha marcado el club por recuperar los niveles de ilusión, el grupo de futbolistas contribuyó con un desempeño esforzado. Supo sobreponerse a la adversidad de tener que actuar toda la segunda parte en inferioridad numérica -Iago Bouzón se fue a la calle al final del primer tiempo-, estuvo presto en defensa para contener a un enrachado Real Jaén y tuvo incluso alguna opción para haber dado la sorpresa al final. Buenos detalles, pero insuficientes aún para desempolvar la etiqueta de aspirante al ascenso. Porque el Córdoba tuvo también su reverso tenebroso. El gol. O la ausencia del mismo, para ser más exactos. Ese pequeño detalle que mantiene a los blanquiverdes en la ambigüedad como aspirantes. El equipo ha tenido tres entrenadores distintos en los tres últimos partidos y con ninguno consiguió marcar un gol. Con Chapi Ferrer, al menos, logró un empate. Un avance. Lo primero es no recibir goles y, si es posible, ni siquiera permitir al contrario generar ocasiones. A partir de ahí, a crecer. Lo demás, ya vendrá con trabajo, paciencia y método. Una receta que suena a viejo. Pero es la que hay.
Albert Ferrer abrió su carrera profesional como entrenador en el Córdoba, en Segunda y en España con una alineación en la que no hubo revoluciones. Samu y Campabadal fueron los laterales, con Luso al lado de Abel en el mediocentro y bandas para Nieto y Juanlu, dos fichajes de invierno, para surtir al punta de referencia, Xisco Jiménez. El balear sigue metido en un papel incómodo. Lleva mucho tiempo sin anotar y un goleador que no marca tiene su rostro en el centro de las dianas. Tampoco le llegaron balones de esos que se pueden considerar un regalo. Pero el murmullo que se escucha en la grada cada vez que interviene sólo se podrá disipar el día que vuelva a correr hacia uno de los fondos, gritando y señalándose el nueve de la espalda. De momento, capea el temporal y suda defendiendo. No es lo suyo, pero es lo que le demandan las circunstancias.
El Córdoba lo intentó. Tenía una idea, un plan diseñado. Nieto y Juanlu se trabajaron la banda y Pelayo lo intentó con pases interiores. El equipo buscó salir con la pelota jugada, sin patadones a seguir. Trató de ser elegante. Y hubo lances vistosos, pero todo fuego de artificio. A la hora de llegar al área de René, todo quedaba en amagos. Pelayo no tuvo acierto para rematar en condiciones un pase de Xisco; se engarzaron llegadas, envíos en largo, algún centro decente... Juanlu caracoleaba por su flanco y en cada pelota parada todos miraban al especialista Abel. Pero nada. El Jaén, bien pertrechado, no parecía muy disgustado por su falta de presencia en los dominios de Saizar. El Córdoba, anfitrión, ponía más vocación ofensiva; el Jaén, visitante, aguardaba su ocasión. Un guión lógico que, en un par de minutos, saltó hecho pedazos.
Al borde del descanso, un mal pase atrás de Abel lo detectó Óscar Rico para irse a por la pelota como una bala. Eso sí era auténtico peligro. A Iago Bouzón se le ocurrió que lo mejor que podìa hacer era detenerlo. En falta. Así lo hizo y el árbitro Ocón Arráiz le enseñó una roja merecida. En el intermedio flotaba en el ambiente una justificada sensación de incertidumbre.
Nieto se quedó en el vestuario y entró Bernardo Cruz para retocar la retaguardia. Ahí no podía haber concesiones. Nada de alegrías, ni línea de tres, ni toco a rebato y me lanzo con todo. Ese talante pudo salvar al Córdoba de un desenlace peor. Porque con diez, y ante un rival que no es una comparsa, se había necesario un fútbol maduro. El Jaén intentó hacerle daño al Córdoba con ese escenario favorable. Espoleado por más de mil quinientos seguidores “lagartos” en la grada, el equipo de Manolo Herrero se afanó por hurgar en las heridas de un Córdoba que tenía que aguantar toneladas de presión. En el campo, contra un Jaén incisivo con Óscar Rico y Jozabed, y desde las gradas, donde se empezaban a entonar cánticos críticos.
El Jaén apretó hasta el fin ante un Córdoba disciplinado y solidario. Tuvieron los blanquiverdes alguna salida a la contra, pero sin desenlace. En los últimos diez minutos se registró una cadena de acciones que pudieron dar la vuelta a todo. El Córdoba la tuvo clara en un error de René, que cogió la pelota tras cesión de un compañero haciendo que Ocón Arráiz pitara libre indirecto dentro del área. Caballero buscó un tiro colocado, pero estrelló la pelota en la barrera. Hubo tiempo para protestar exigiendo penalti en el área jiennense por una caída de Campabadal y en la del Córdoba por una pelota en la que los visitantes reclamaron mano de Bernardo tras despejar el central con el hombro. El Córdoba decidió ser práctico. La expulsión de Iago Bouzón le supuso un problema y no quiso crearse más. Dejó la portería imbatida y sumó un punto. Podrá seguir diciendo que es un candidato al ascenso y, con los números en la mano, nadie podrá acusarle de estar mintiendo.
FICHA TÉCNICA
CÓRDOBA, 0: Saizar, Edu Campabadal, Iago Bouzón, Raúl Bravo, Samu de los Reyes, Luso (Obi, 72'), Abel (Caballero, 76'), Nieto (Bernardo, 46'), Pelayo, Juanlu y Xisco.
REAL JAÉN, 0: René, Kitoko, Hugo Álvarez, Nino (Dani Torres, 64'), Nando, Óscar Quesada (Víctor Curto, 75'), Fran Machado, Jozabed, Juanma, Óscar Rico (Israel, 84') y Montero.
ÁRBITRO: Ocón Arráiz (Comité Riojano). Expulsó con roja directa a Iago Bouzón (45'). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Samu de los Reyes y Raúl Bravo y al visitante Montero.
INCIDENCIAS: Partido correspondinte a la vigésimo séptima jornada de la Liga Adelante, disputado en El Arcángel ante 12.818 espectadores, con cerca de 1.500 aficionados del Real Jaén.
0