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El primer Caballero, la única historia real blanquiverde hasta el momento

Redacción Cordópolis

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El jugador madrileño, uno de los que mayor calidad atesora de la plantilla, regresa tras el período vacacional para aportar experiencia a un nuevo grupo aún inconexo

El que se quiera creer otras historias, está en su pleno derecho. Pero, por el momento, sólo existe una película íntegramente real, la del primer Caballero. Sí. La de ese jugador que enamoró al cordobesismo hace ya dos temporadas y que en tiempo presente es uno de los veteranos dentro del vestuario.

Si sorprendente ha sido su prolongue vacacional, un tanto “sui genéris”, más sorprendente ha sido el nivel con el que el madrileño vuelve a tierras califales. Carlos Caballero es la gran baza del cordobesismo. Lo demuestra su enorme calidad. Algo tendrá cuando, de manera expresa, desde las altas esferas de la institución no le han querido inmiscuir en el paredón.

Caballero es cuasi perfecto al lado de sus compañeros. De estos de ahora, entiéndase. El jugador, claro dominador de la técnica, preciso en el toque y avispado en la colocación domina los terrenos por los que circunda el balón. Con un detector de espacios, al centrocampista sólo le hace falta que le acompañen.

El madrileño no lo tiene fácil. Porque el nivel aportado en esta nueva remesa blanquiverde no está hecho aún a su estilo. El pequeño gran creador vallecano sólo conecta con López Silva. Para muestra, los dos primeros entrenos. Dentro y fuera del césped, el mágico pseudo Iniesta, con todos los respetos, se entiende bien con su compañero de filas. De hecho, toda la carga ofensiva que reviste cierto riesgo sólo se encuentra en las botas de ambos.

Pablo Villa, al menos, guarda entre sus hombres un seguro, el de Caballero. Sobre él debe canalizarse el juego en la línea de tres cuartos. A Villa le gusta el toque. Caballero lo tiene. A Villa le gusta la agilidad. Caballero la tiene. A Villa (como a todos) le gusta el gol. Caballero lo puede encontrar. Al cordobesismo (a sabiendas de alguna excepción) le gusta Caballero. El Córdoba le tiene. De momento, la única historia creíble. Lo demás, está aún por verse...

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