A ti te pasa algo
Quiso cambiar pero no le salió nada. El experimento le estalló en las manos. El Córdoba perpetró una primera parte horrible y el Almería, que arrastraba complejos por su incapacidad para convertirse en el candidato que desea ser, se dio una alegría a su costa. Oltra vive la peor racha -seis jornadas sin vencer- desde que está al frente de un equipo que volvió a exponer lo peor de su catálogo en el momento menos oportuno. No tuvo suerte ni supo ganársela en el primer tiempo, que se le torció pronto y que terminó condenándole a una derrota que deja muchas preguntas en el aire. Si la avería cordobesista tiene reparación es algo que se tendrá que definir más pronto que tarde, porque los límites de paciencia se van agotando y las sensaciones que transmite el grupo no invitan precisamente a la esperanza. Los parches han servido para sostenerse en la zona de arriba y mantener la ficción del play off. Pero eso se terminó. Ya no hay posición que defender. Ahora tiene que volver a ganársela. Al Córdoba le pasa algo y, aunque no lo quiera decir, está ahí. Es inútil mirar para otro lado.
A Oltra le pareció buen momento para zarandear al equipo, a ver si le caía algo. Sacó de la escena a tres habituales como Carlos Caballero, Guille Donoso y Alejandro Alfaro, uno de sus futbolistas fetiche, para colocar a Edu Ramos, Pedro Ríos y Bergdich. No fue sólo cambio de nombres, sino también un movimiento de piezas: en las bandas estuvieron el veterano jerezano y el intenso franco marroquí, colocándose Juli como media punta por el centro para enlazar con Rodri, que volvió a ser la referencia más adelantada. Un dibujo prometedor que se quedó en boceto porque el Almería, tímido al principio y envalentonado en cuando se dio cuenta de las flaquezas blanquiverdes, se lo emborronó por completo.
El arranque fue el clásico entre dos equipos deprimidos. Atenazados por el miedo a fallar, intentaron poco y se dedicaron a estar atentos a la pifia del rival. La primera ocasión de la tarde la tuvo Juli, que enganchó tal y como le vino un envío bombeado de Luso desde el centro del campo. El alcoyano le puso más fe que acierto y le salió un remate mordido que dio un susto a Casto, pero poco más. A los tres minutos se vio el primer costurón en el Córdoba tras un error en la salida de Bergdich, que dejó el balón en posición franca para Quique. Éste enfiló portería como un poseso, pero se encontró con la impetuosa salida de un Pawel que le sacó la pelota de los pies. El polaco, sin embargo, no iba a poder hacer nada en el minuto 13. Ximo Navarro se la llevó por su banda entre un pelotón de amarillos -así vistió el Córdoba- y dejó en el balón en el corazón de área, donde Caro se había escurrido y Pawel pataleaba sobre el césped para ver si podía despejar. Le llegó entonces a Fidel, que golpeó con habilidad para colocarla dentro y festejar con esa sonrisa clásica de los ex. Y al Córdoba se le quedó mala cara.
Y peor que se le puso en el minuto 22, cuando Quique González se burló de todos con una acción que dejó retratada a la defensa blanquiverde. El punta se deshizo de Jonathan Bijimine con un autopase y se plantó delante de Pawel Kieszek, que añadió un episodio más a su tarde de pesadilla en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. Los aficionados locales celebraban el desacostumbrado acontecimiento como si hubiesen avistado un ovni y Oltra miraba hacia el banquillo pensando en qué hacer para frenar aquella hemorragia.
Casto mandó a córner un centro chut de Caro y Pedro Ríos, desde fuera del área, lanzó un zurdazo que al menos supuso un testimonio de existencia en ataque para un Córdoba que seguía jugando de manera desvaída, con poca tensión y escasa capacidad para combinar jugadas peligrosas. Se dejaba llevar, como si no pasara nada. Su partido plano lo aprovechó el Almería para reponerse de sus tristezas cotidianas. Y volvió a salir a la palestra Fidel, que olía la sangre rival y se excitaba. En una acción a balón parado, el de Minas de Riotinto sacó de esquina y puso el balón en la cabeza de Fran Vélez, que llegaba en carrera, para que éste colocara la pelota pegada al poste de un Pawel vencido. Minuto 38: 3-0. La paliza era considerable y en el Córdoba apenas se atisbaba reacción.
Al borde del intermedio, el Córdoba arregló algo el panorama gracias al favor de su adversario. Bergdich le mandó un balón a Rodri, que lo cazó en el área y se disponía a armar el remate cuando Trujillo, que le hostigaba por detrás, decidió hacerlo antes que él. Y le salió que ni pintado para los intereses blanquiverdes: el defensa sorprendió a su propio portero con una vaselina perfecta que pudo el tanteador en 3-1. Muy feo para el Córdoba, pero al menos le concedía alguna tibia esperanza para cuando volviese al verde.
Oltra metió mano a fondo en el once. Dejó en la caseta a Pedro Ríos y Edu Ramos para colocar a Alejandro Alfaro y Federico Piovaccari. La arenga tuvo que ser interesante, porque el Córdoba salió con efervescencia, apretando en las marcas y buscando llegar en pocos toques al área de Casto. En el minuto 50, Piovaccari sembró el pánico en el Almería con un duro disparo desde el lateral que el meta rojiblanco despejó a córner. Los de Soriano, que controlaban el marcador gracias a su excelente porcentaje de acierto en las ocasiones de gol -y a la poca pericia de su rival para construir en ataque-, trataban de contener los ímpetus del Córdoba como podían. Parecía que podía suceder algo -aunque el Córdoba no tiraba entre los tres palos-, pero los contratiempos llegaron en cascada. Piovaccari pidió el cambio al sentir molestias y Oltra sacó al campo a Guille Donoso. El asturiano sorprendió en la primera pelota que tocó, pero su disparo le salió flojo tras una buena combinación con Bergdich.
En el último cuarto de hora, el Córdoba se fue arriba con más desesperación que método y el Almería montó alguna contra en superioridad numérica que alteró el final de la jornada laboral de Kieszek. Dubarbier cogió un balón por su banda y se plantó delante del polaco, pero resolvió de modo deficiente y mandó la pelota a lo más alto de la grada de fondo. Los de Oltra lo intentaron. A su manera. Bastante alocada y buscando a un Rodri al que tienen calado todos los equipos. Le ponen de los nervios y el hombre pica. Ya va por su segundo ciclo de tarjetas. Al final de todo, estuvo más cerca el cuarto del Almería que otra cosa. Sebastián Dubarbier, con pasado blanquiverde, erró un par de situaciones clamorosas delante del portero. El Almería se fue feliz, con la idea de que puede salir de la triste zona en la que se ha movido desde que empezó el curso, y el Córdoba terminó la función con una mueca indefinible. Tanto como su porvenir.
FICHA TÉCNICA
ALMERÍA, 3: Casto, Ximo Navarro, Joaquín, Trujillo, Nano, Vélez, José Ángel (Iván Sánchez, 82'), Antonio Puertas (Dubarbier, 62'), Fidel, Pozo (Diamanka, 77') y Quique González.
CÓRDOBA, 1: Pawel Kieszek, Caro, Héctor Rodas, Jonathan Bijimine, Samu de los Reyes, Edu Ramos (Alfaro, 46'), Luso, Bergdich, Pedro Ríos (Piovaccari, 46') (Guille Donoso, 64'), Juli y Rodri.
ÁRBITRO: González Fuertes (Colegio Asturiano). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales José Ángel y a los visitantes Edu Ramos, Héctor Rodas, Rodri
GOLES: 1-0 (13') Fidel. 2-0 (22') Quique González. 3-0 (38') Fran Vélez. 3-1 (44') Trujillo en propia puerta.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada décimo tercera del campeonato nacional de Liga 123, disputado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos ante 7.964 espectadores.
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