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Tras la normalidad con Kieszek como testigo

Kieszek, de visita en El Fontanar | ALEJANDRO LÓPEZ

Rafael Ávalos

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Como si nada hubiera ocurrido. De tal modo regresan todos al trabajo. Al menos ésta es la intención, tapar las grietas surgidas en los últimos días para mirar al frente. Aun así, el ambiente era muy distinto al habitual. En realidad, fue el propio de un equipo que es colista y desconoce la victoria. Lo cierto es que el Córdoba trató de recuperar la normalidad después de la marejada vivida tras su comparecencia en Granada, tanto por la imagen que dejó sobre el terreno de juego -más que por la derrota- como por las declaraciones posteriores de José Ramón Sandoval. El conjunto blanquiverde retornó este martes a los entrenamientos con una sesión marcada por la seriedad en las caras y sin tensiones, después de que además el domingo mantuvieran una conversación entre el entrenador y los jugadores.

La intención no es otra que hacer borrón y cuenta nueva para mirar al frente y procurar la reconducción de la situación. Una conjura silenciosa y tranquila, ésta, con la que el cuadro califal pretende, de entrada, lograr su primer triunfo del campeonato de Liga el próximo sábado ante el Almería en El Arcángel (20:00). Y manos a la obra se pusieron tanto los futbolistas como el cuerpo técnico en esta primera sesión de la semana. Las sonrisas brillaron por su ausencia en esta ocasión, con una plantilla que simplemente se ejercitó a las órdenes de José Ramón Sandoval. El técnico madrileño, por su parte, mantuvo una especial atención al trabajo de sus jugadores. En este sentido, exigió un alto grado de concentración e intensidad. “Blati, tenemos que espabilar”, llegó a pedir en un momento dado al centrocampista.

De esta forma, la única nota de tensión que existió en el entrenamiento se dio con una recriminación de aficionados. Varios seguidores blanquiverdes señalaron en este caso a Javi Lara, al que increparon por considerar que mantiene una mala actitud fuera del campo. El montoreño optó por hacer caso omiso y colocarse el mono de trabajo, igual que el resto de sus compañeros. Por cierto, todos completaron la práctica de manera grupal. Fuera del conjunto de la plantilla sólo Marcos Lavín, que entra en la recta final de su proceso de recuperación. El portero se lesionó el 29 de agosto y en un principio se esperaba su alta en cuatro semanas. Desde días atrás ya actúa bajo palos, con las tareas específicas de su posición, pero aún continúa a otro ritmo.

También deparó una imagen significativa el entrenamiento de este martes. Aunque fue sólo en sentido anecdótico. Ésta fue la presencia de Pawel Kieszek en El Fontanar. El polaco, que hubo de salir el último día de mercado rumbo al Málaga, aprovechó para acercarse a la ciudad y realizar una visita a sus compañeros. El guardameta conversó durante unos minutos con el galeno del Córdoba, Javier Bejarano, y con su delegado, Julio Cruz. Después saludó a los actuales integrantes del conjunto blanquiverde, un instante éste en que la seriedad desapareció por unos segundos.

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