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Marcados por la indefinición pero con la garantía de que habrá competición

Imagen de la Asamblea General de la RFAF 2020 | RFAF

Rafael Ávalos

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Poco o casi nada varía el panorama. Básicamente porque los detalles conocidos tras la cita del sábado son los mismos que ya se adelantaran alguna semana atrás. Esto es la previsión de inicio para el 17 y 18 de octubre y un formato de subgrupos. Son éstas las líneas sobre las que trabaja la Real Federación Andaluza de Fútbol (RFAF) de cara a la temporada 2020-21. De esta forma, sin nada dicho, ni siquiera con la composición de competiciones en las distintas categorías, la indefinición continúa para los clubes cordobeses de fútbol no profesional. También para los conjuntos de fútbol sala. Unos y otros siguen sin tener datos referenciales como la lista de sus rivales o el calendario de una campaña que, eso sí, la institución presidida por el pozoalbense Pablo Lozano asegura se va a desarrollar sí o sí. No en vano, lo contrario puede suponer la debacle para las distintas entidades -no sólo de la región-.

El sábado tuvo lugar la Asamblea General de la RFAF correspondiente a 2020. En ella se hizo balance del atípico curso pasado, marcado por la pandemia de Covid-19 en su tramo final. Del mismo modo, se comenzaron a sentar las bases del ejercicio venidero, que como se sabe y quedó dicho, está también condicionado por el complejo contexto sanitario del país y el planeta. En lo referente a la temporada 2020-21, la siguiente, fue precisamente Pablo Lozano el primero en tomar la palabra para hablar de la situación y la perspectiva del futuro inmediato. “Nuestra previsión es la de ser optimistas y estar preparados para cuando podamos volver a jugar al fútbol y fútbol sala en Andalucía”, señaló el presidente de la Federación. “Nuestro proyecto es excepcional y creemos en él”, prosiguió.

“Tenemos plan B y C y nuestra previsión pasaría por que, si la situación no se agrava, pudiéramos retomar las competiciones sobre el 17 o 18 de octubre”, precisó después en relación a la vuelta a la actividad en materia de campeonato. Pablo Lozano quiso en ese momento “felicitar a la Junta de Andalucía, y en especial a las Consejerías de Salud y Educación y Deporte, porque en una situación tan complicada está sabiendo apoyar y mantener el contacto para trabajar juntos y coordinados”. Este mensaje fue a colación de la aprobación del gobierno autonómico del protocolo sanitario propuesto por la RFAF. Acto seguido, el presidente de la Andaluza aprovechó para establecer la idea de apoyo a los clubes ante la crisis económica generada por el Covid-19. “Ha sido un año atípico, difícil, y los que nos vamos a apretar el cinturón somos nosotros”, dijo al respecto. “Vamos a invertir más en vosotros, en recursos que ayuden de verdad al fútbol andaluz”, añadió a los representantes de los clubes.

De vuelta a la difícil organización de la próxima temporada, fue el vicepresidente de la RFAF, José Manuel Molina, quien se encargó de dejar algunos apuntes sobre la hoja de ruta. El plan, que consideró innovador, consiste en una división en tres fases de las diferentes competiciones. La primera se va a desarrollar como un campeonato a dos grupos dentro de cada uno; la segunda, va a determinar qué equipos van a luchar por los ascensos y los descensos; y la última, en la que se opta precisamente al título o al ascenso de categoría. Es algo similar, por tanto, a la proyección hecha por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para Segunda B de fútbol. Sea como fuere, lo cierto es que conjuntos como el Ciudad de Lucena o el Salerm Puente Genil, estos en Tercera, o el Bujalance en Segunda B de fútbol sala, esperan saber de la 2020-21.

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