Maca: “Empecé a asimilar bien lo que había ocurrido al día siguiente”
El oficio de entrenador es la profesión menos valorada dentro del mundo del fútbol. Cuando las cosas van bien, los principales beneficiados son los jugadores, mientras que si pasa lo contrario, el primero que va fuera es el que dirige el timón de la plantilla. A lo largo de la historia siempre ha aglutinado más protagonismo el que le da toques a la pelota y no el que dirige el movimiento de la misma. Sin embargo, la afición cordobesa recuerda con mucho cariño el nombre de Miguel Ángel Martínez, más conocido como Maca, de su paso por Vista Alegre. Y es que el técnico fue una pieza clave en el ascenso del actual Córdoba Patrimonio de la Humanidad a Primera División. Tras una primera temporada en Segunda, donde estuvieron a punto de conseguir una gesta histórica, los chicos de Maca se proclamaron campeones del play off, siendo así equipo de la máxima categoría del fútbol sala español. “Empecé a asimilar bien lo que había ocurrido al día siguiente”, afirma el técnico a CORDÓPOLIS.
Un primer año en Segunda División que no fue tan complicado como parecía al principio. De hecho, el conjunto blanquiverde a punto estuvo de meterse en la pelea por subir en su debut en la categoría de plata. Maca recuerda esta temporada y apunta que “nos enseñó que todo era posible” ya que “arrancaba con el único objetivo de mantenernos”, pero que “nos vimos en la última jornada con opciones de meternos en play off”. Esta experiencia hizo que los cordobeses crecieran y ya se atisbaba en el horizonte “una campaña que podría traernos alguna alegría”, pero siempre “desarrollándonos como lo habíamos hecho hasta el momento”, explica.
Llegó el segundo curso. Una plantilla con la totalidad de sus miembros que habían nacido en la provincia de Córdoba y con el objetivo de consolidarse en la categoría, pero el destino les tenía una sorpresa bastante agradable, casualmente, sin salir del territorio andaluz en toda la promoción de ascenso. Sin embargo, el conjunto de Maca no era el favorito en ese play off, aunque un acontecimiento dio un giro de 180 grados a la actitud de los jugadores. “Tras doblegar los dos partidos al todopoderoso Betis en Sevilla, debíamos ganar al Mengíbar”, pero “debo reconocer que, aunque yo lo intentaba, era imposible cortar la corriente de optimismo que se generaba desde el entorno del club y desde el propio vestuario”, afirma un Maca que no sabe si lo consiguió, pero que lo que sí asegura es que sus jugadores salieron dominando en el primer partido.
Un ascenso que conmovió a toda la población cordobesa. Por fin la provincia volvía a tener representación en la máxima categoría del fútbol sala español, aunque no fue del todo fácil. “Nosotros continuamos con la fórmula y pautas que tan buen resultado nos habían dado durante todo el play off”, explica el técnico al serle preguntado si fue un encuentro duro tácticamente. Y tanto que lo fue. “Cabe recordar que el Mengíbar había sido el equipo con mejores números como local de toda la competición y el partido cayó de nuestro lado tras un gol de Lolo Jarque de estrategia”, apunta. Sin embargo, y aunque “no me creía lo que estaba pasando”, lo mejor aún estaba por llegar. La Plaza de Las Tendillas se adornó como en tiempos anteriores para recibir a sus guerreros por todo lo alto. “Se me pone el vello de punta al recordarlo”, asegura un entrenador que ha vivido lo mejor y lo peor del fútbol sala, pero que siempre podrá decir que llevó a Córdoba con una plantilla llena de futbolistas de la tierra a la máxima categoría nacional en su deporte predilecto.
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