“Nos estamos jugando la vida todos”
“El equipo ha estado impresionante en todos los aspectos desde que llegué, excepto en la primera parte de Lorca”, ha dicho en la sala de prensa un Juan Merino más locuaz que nunca. Firme y claro, el técnico linense ha expresado su deseo en “llenar de positividad” a un Córdoba al que ve “totalmente capacitado” para salir de su situación. “Siempre y cuando sepamos el camino que tenemos que emprender, pero hay que tener ilusión, venir a entrenar con ganas y actuar sobre cosas que tenemos que corregir sí o sí”, apostilló.
El ambiente en el entorno es turbio. Entre los muros de El Arcángel hay inquietud y dudas. Merino, ante los periodistas, habló sin tapujos sobre cómo está el equipo ante el partido de este viernes frente a Osasuna. Se refirió poco al conjunto rojillo -tampoco le preguntaron sobre eso- y mucho al suyo, a una formación bajo sospecha que necesita a toda costa un revulsivo. “Con una victoria se verá todo de otra manera”, apuntó.
“Cuando un equipo está en situación de descenso es por un cúmulo de circunstancias. El primer partido, y así se lo hice ver a la plantilla, fue totalmente diferente a la primera parte que hicimos en Lorca. En el primero el equipo compitió muy bien. Tuvimos esa progresión contra el Numancia, pese a que no ganamos, porque la estadística nos indica que hicimos muchas más cosas que el rival”, expresó Merino, quien simplemente necesitó una cuestión por parte de la prensa para soltar una auténtica parrafada cargada de sentimientos. De todo tipo de sentimientos.
El papelón en la última jornada dejó marcado al entrenador, que está dispuesto a seguir tomando medidas. “Lo de Lorca en el primer tiempo no me coge por sorpresa, lo esperaba porque tarde o temprano los equipos que están abajo es por un cúmulo de factores. Y este factor es quizá el más feo para los entrenadores. Porque cuando tú ves que el equipo contrario es infinitamente superior a ti por ganas, por intensidad, por coraje, por lo que te estás jugando, pues eso es lo que te incomoda y te irrita más”, ha expuesto Merino, quien ha hablado con detalle sobre su relación con los futbolistas. “Yo soy claro con la plantilla. Yo los voy a defender siempre y cuando este equipo compita como lo hizo en Oviedo, contra el Numancia y hasta en la segunda parte contra el Lorca, en la que cambiamos un poco la dinámica. Yo a nivel táctico solo hice el cambio de un jugador, que fue Jona, al que también le habían dado un golpe. Igual podría haber cambiado a siete, ocho o nueve jugadores. Yo a los equipos que tengo intento hacerlos sólidos a través de un trabajo de máxima intensidad. Tenemos que tomar una dirección. Marcaremos unas pautas, sobre todo de comportamiento. Al jugador no se le puede imponer nada, sino que hay que hacerle ver una dirección y que sepan dónde se equivocan. Yo creo que dentro que la charla que tuvimos ellos lo vieron bastante claro. Y nuestra afición tiene que ver un equipo que compita con intensidad sea contra quien sea. Seguramente el buen resultado esté mucho más cerca si vamos de esa manera”, dijo.
¿Está el grupo hundido? “El jugador quiere salir de ahí, quiere ganar partidos y el estado anímico decae, pero para eso estamos, para darle la vuelta a la situación. En Oviedo y Numancia pudimos haber tenido un resultado diferente, igual que en la primera parte en Lorca hubiéramos podido perder dos o tres a cero. Siempre que no se gana te afecta en todos los sentidos, pero hay que sentar las bases para que el equipo esté más cerca de ganar”, ha manifestado Merino.
Se le insinuó si se le ha pasado por la cabeza, ante la situación, coger las maletas y marcharse. Dimitir, vamos. “No, de verdad. Estoy más fuerte que nunca. Aquí es donde se ve la capacidad del cuerpo técnico y la plantilla. Yo creo que hablo claro. Para mí fue muy preocupante como entrenador la primera parte de Lorca, pero me lo esperaba. Hubo falta de intensidad y de comportamiento. Sé que la situación es difícil, porque lo era antes de yo venir, pero con la ilusión de darle la vuelta. En los últimos cinco años me he encontrado con situaciones parecidas, con una final cada fin de semana”. Para Merino, la actitud es innegociable. “Se tiene que ver a un Córdoba que se juega la vida. Esto es un problema de todos que lo tenemos que solucionar y hay que empezar desde ya. Yo tengo unas ganas tremendas. No debe haber ningún típo de duda en la plantilla y buscaré a los jugadores que estén comprometidos y me jueguen al cien por cien en todo momento”, apuntó antes de exponer una reflexión sobre su profesión: “Un entrenador siempre piensa que en cada derrota se juega el puesto, que es el pan de cada día. Yo los quiero defender como entrenador y voy a tratar de protegerlos, pero hay que jugar con intensidad. Nos jugamos la vida todos: el entrenador y los jugadores. Es fácil, entre comillas, salir de esta situación porque hay buena plantilla y ganando un partido se verán las cosas de diferente manera”.
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