A entrenador nuevo, victoria poco probable
En ocasiones, una expresión es tan habitual que cobra forma de premisa. Es así como un refrán toma cuerpo de verdad casi incontestable. Pero la realidad es diferente. En el fútbol como en la vida. Los últimos tiempos recuerdan demasiado a menudo en El Arcángel aquello de “a entrenador nuevo, victoria segura”. Sin embargo, este tópico no tiene continuidad sobre el campo. Porque en su más reciente historia, el relevo en el banquillo apenas significa para el Córdoba la consecución de un triunfo. De ejemplo, el estreno de Jorge Romero al frente del primer equipo blanquiverde. Y eso a pesar de que el técnico a punto estuvo este domingo de iniciar su andadura como entrenador califal con la suma de tres puntos. Un logro que se escapó después de que el Rayo igualara por tercera vez en cuatro semanas una ventaja clara, por el resultado o por las circunstancias del encuentro -como en Sevilla-, del cuadro cordobesista.
Una vez más, por tanto, el refranero de poco sirvió al Córdoba. En este sentido, desde que Carlos González se convirtiera en propietario de la entidad apenas un cambio de los ocho que introdujo en plena temporada tuvo consecuencias positivas. El llamado efecto revulsivo jamás llegó, sin ir más lejos, de la mano de Juan Merino. De hecho, el linense cerró su breve etapa en El Arcángel sin alcanzar triunfo alguno. El exbético suplió a Carrión y debutó en Oviedo con una derrota por 2-0. Al menos, Jorge Romero consiguió puntuar. El joven técnico incluso mereció más en su primer encuentro al frente del primer equipo. La propia plantilla lo mereció. Pero ese mismo resultado le fue insuficiente ganar ante el Rayo. Al final, un empate que de poco vale dada la actual situación de los blanquiverdes.
Desde 2011, en que hubo traspaso de poderes en la sociedad, sólo un hombre dio un giro a la realidad de buenas a primeras. Fue precisamente Luis Miguel Carrión, quien, tras sufrir una goleada (3-0) en su estreno en el banquillo del Córdoba -ante el Numancia en la temporada 2013-14-, otorgó a los califales un balsámico triunfo (1-2) en Reus. Después la historia no fue tan sencilla. El catalán rompió una racha de diez recambios sin efectos positivos. En este dato se incluyen los movimientos que también hubo en Segunda B y en Primera desde 2004.
Precisamente en la campaña del último descenso a Segunda B un relevo benefició, de entrada, al Córdoba. Fue en el estreno de Robert Fernández, que se puso al frente del equipo tras la destitución de Esteban Vigo. Con el de Bechí, el conjunto blanquiverde, que en las siete jornadas anteriores apenas había sumado un punto, superó por 2-0 al Nàstic de Tarragona. De nuevo, la reacción fue efímera y al castellonense le abrieron la puerta cuatro partidos -de Liga- después. Hasta la entrada de Carrión para sustituir a Oltra ningún preparador pudo celebrar una victoria en su estreno. Lo que le ocurrió al propio Jorge Romero. Ya saben, en El Arcángel: a entrenador nuevo, victoria poco probable.
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