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¿Tuyo o mío? El complejo escenario del Córdoba

León y González, tras la compraventa del Córdoba en enero de 2018 | MADERO CUBERO

Rafael Ávalos

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El Córdoba se adentra en un período de agitación institucional. Uno más en su historia de convulsión casi permanente. Ocurre como consecuencia del incumplimiento, en la fecha fijada -el pasado 31 de julio-, por parte de Jesús León del pago de 4,5 millones de euros a Carlos González. Dicha cantidad, como es sabido, es la última dispuesta para hacer definitiva la compraventa del club, iniciada en enero de 2018. Precisamente ésta es la cifra que no pudiera hacer efectiva el empresario tinerfeño estos días y, por ende, la que provoca que la entidad vaya a vivir -es lo que parece al menos- una gran pugna por su propiedad. Por ella tiene intención de luchar el canario, que considera ya que vuelve a ser el poseedor de la mayoría accionarial de la sociedad anónima (SAD). El conflicto, vistas las posturas, está servido en un escenario realmente complejo.

Precedentes: de la reformulación al impago

La historia tiene su origen en enero de 2018, cuando Jesús León adquirió el 98% -algo más- de las acciones del Córdoba. Lo hizo a través de Aglomerados Córdoba y tras el acuerdo contractual con Carlos González -que intervino e interviene con Azaveco-. La operación se tasó en 9,5 millones de euros con varios plazos de pago, que llegaban a 2020. Hace poco más de un año los dos empresarios reformularon las condiciones y el tiempo se disminuyó hasta el 31 de julio de 2019. A ese día aguardaban todos con el fin de dar por zanjado el asunto. No fue así. González presentó al cobro el pagaré por los últimos 4,5 millones. Desconfiaba. Una jornada después, el jueves, León comunicó que el abono de la cantidad pactada se retrasaría tres semanas.

Ambas partes se acogieron en su día a la modalidad del pagaré, que es obligación de pago desde el momento de su entrega. La efectividad de éste, sin embargo, no es de carácter inmediato. Esto es lo que generó confusión el pasado miércoles -31 de julio-: los plazos bancarios. La comprobación de fondos conducía hasta el viernes. En esta jornada confirmó Carlos González lo que ya se conocía: no había cobrado en tiempo. Tenía desde entonces otros seis días hábiles -pues son ocho- para arrancar su protesto.

La propiedad, ¿de León o González?

Tras lo ocurrido, muy probablemente la primera duda sea quién es ahora el dueño del Córdoba. “El señor León sigue siendo el presidente, pero desde las 00:00 del miércoles el propietario soy yo”, aseveró Carlos González el jueves. Todo depende de la redacción del contrato de compraventa. La ejecución del mismo es posible si queda recogido en una cláusula. De no existir tal punto en el documento, sería necesario el dictamen de un juez para resolver sobre quién recae la propiedad, si de la parte vendedora o de la compradora. En teoría, Jesús León sigue como poseedor del paquete mayoritario de las acciones de la SAD pese a su incumplimiento.

Primera opción: la renovación del Consejo

Más allá de lo expuesto, Carlos González está dispuesto a retomar el control del club. Lo dejó claro en los últimos días y pretende comenzar su ofensiva el lunes. Una vez comprobó que la devolución del pagaré, el tinerfeño inició el procedimiento para llevar a cabo, tal y como había advertido, el requerimiento notarial al secretario del Consejo de Administración del Córdoba, Juan Ramón Berdugo, de convocatoria de una junta general extraordinaria para la renovación del órgano director de la entidad. El canario mostró el viernes su pretensión de presentarlo el lunes.

Si al inicio de la próxima semana tiene lugar el requerimiento, el secretario del Consejo tiene dos opciones. La primera es la aceptación de la propuesta y la convocatoria de la junta. La segunda, desoír y abrir la puerta a un proceso judicial. Juan Ramón Berdugo tiene, según los estatutos del Córdoba, 30 días. Se podría llegar a septiembre, un mes que empieza a cobrar importancia en la historia.

El pago en situación de mora, la vía de León

Mientras Carlos González pretende retomar el control del Córdoba, Jesús León piensa en la solución a su favor. El incumplimiento de un pago en fecha no significa que éste no pueda realizarse con posterioridad. En este escenario el comprador, en este caso Aglomerados Córdoba, entra en situación de mora. Precisamente, aunque sin utilizar tal término, es la vía que planteó el montoreño el jueves. Fue entonces cuando informó de que la empresa adquirente estaba inmersa en una operación que “se cerrará en las próximas tres semanas”. En ese período tiene previsto abonar los 4,5 millones.

A la situación de mora ayuda el hecho de que agosto es inhábil judicialmente, excepto para procesos en juzgado de guardia. Con todo, el pago extemporáneo no consiste únicamente en responder al compromiso tras el plazo estipulado en contrato. Supone el desembolso del interés legal correspondiente al atraso.

El siguiente paso, la judicialización: nada hasta septiembre

Tanto una parte como la otra van a jugar con los tiempos a partir de ahora, como ya se ha adelantado. Más que nada porque, en efecto, hasta septiembre no cabe posibilidad de iniciar un contencioso jurídico. Durante agosto los juzgados permanecen cerrados a la hora de poner en marcha denuncias. En caso de que Carlos González quisiera ir a los tribunales habría de esperar a septiembre. Si hubiera demandado el 31 de julio, el plazo habría sido el mismo: habría empezado a verse el mes próximo.

Los tiempos: de cuatro a seis meses sin contratiempos

La presentación de la denuncia no conlleva, ni mucho menos, una solución rápida al conflicto. Los tiempos los maneja también Carlos González, que el viernes ya habló de ellos con claridad. Antes de continuar con la vía de los tribunales, el tinerfeño baraja la opción de noviembre. Es entonces cuando el Consejo de Administración, ya renovado, confirmaría el traspaso de poder. Pero aun así sería necesario, salvo que el contrato diga lo contrario, la intervención de un juez.

De vuelta a los juzgados, la resolución del asunto se postergaría hasta, como mínimo, el mes de enero. Entonces sería cuando habría sentencia al respecto, que se podría dar en diversas formas: con la entrega de la propiedad a Carlos González sin más, con ésta pero con devolución de los 5 millones ya abonados a Jesús León...

Mientras tanto…

La salida más sencilla, una vez llegados a este punto, es la del acuerdo. A esta opción se niega Carlos González, que el jueves aseveró que no había “ninguna” posibilidad de aceptar nuevas condiciones. “No tiene intención de pagar”, argumentó el viernes en relación a Jesús León. De esta forma, no queda otra que esperar acontecimientos. Y mientras tanto, el club sigue con su día a día con aparente normalidad. La dirección deportiva trabaja para completar la plantilla, al tiempo que ésta continúa con su labor de preparación para la próxima campaña. Por cierto, que la entidad tiene una tarea pendiente en ambos sentidos: debe saldar su deuda con Sandoval y Curro Torres o si no tendrá, como le ocurre ahora, los derechos federativos bloqueados.

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