Tercera FEB

Pablo Villarejo vuelve a brillar en Córdoba 13 años después

El baloncesto cordobés ha contado en los últimos años con multitud de nombres propios. Sigue resistiéndose la posibilidad de que alguno de ellos logre llegar y consolidarse en la máxima división nacional, pese a que ciertos casos recientes como los de Lucas Muñoz, Rafa Santos o Guillermo del Pino han tenido ciertos acercamientos. Eso sí, hablar de referentes en divisiones formativas en Córdoba es hacerlo, igualmente, de Pablo Villarejo, quien fuera una de las grandes perlas cordobesas surgidas en la ciudad durante la primera década del siglo. El alero, perteneciente a la generación de 1992, se formó primero en Salesianos y, posteriormente, en el Maristas, aunque desde muy pronto llamó la atención de algunas de las principales canteras del país.

De hecho, con apenas 11 años, se proclamó campeón de Andalucía de selecciones provinciales en categoría alevín, anotando en la final más de 40 puntos. Esa hazaña hizo que un ojeador del FC Barcelona fuese a verlo durante un enfrentamiento entre Montilla y Maristas en categoría infantil, siendo el propio Villarejo, que en ese entonces jugaba de pívot, un año menor que la mayoría. Con todo, también se interesaron otras canteras como las del Unicaja o Caja San Fernando, donde finalmente recalaría el cordobés, que fue incluso internacional con las categorías inferiores de la selección española.

En el conjunto sevillano afrontó una primera estancia lejos de su tierra que, sin saberlo él aún, se iba a prolongar durante más de una década unos pocos años después. En efecto, en el entonces Cajasol se proclamó campeón de Andalucía júnior, siendo el máximo anotador de la final ante el Unicaja. Asimismo, en ese entonces ya formaba parte del equipo de Liga EBA del Écija Cajasol que dirigía Juanma Pino, además de haber tenido apariciones esporádicas en el conjunto de Plata del Cajasol de Sevilla de Rocky Jarana.

Ese buen hacer le permitió regresar a Córdoba en 2010, como flamante primer fichaje del Baloncesto Córdoba 2016, que estuvo dirigido Manuel Jiménez Júnior. En las filas califas, siendo su primera experiencia sénior, pasó dos temporadas, llegando a las eliminatorias de ascenso en la primera y quedándose en la fase regular en la segunda. En ese año 2012 haría las maletas una vez más y ya no regresaría hasta este 2025. En efecto, puesto que de ahí se marcharía a Zamora para jugar otros dos cursos en EBA, antes de dar el salto a LEB Plata con el Araberri Basket Club. En las filas del Alcázar Basket volvió a sumar experiencia EBA y consiguió el ascenso a Plata, donde jugó también con Cambados y Plasencia. Su trayectoria se completa con pasos por Novaschool y Daimiel, donde ha permanecido hasta la campaña pasada.

Ya con 33 años, Pablo Villarejo ha decidido regresar a su tierra, aceptando la llamada del Climanavas Agrometal Peñarroa de Tercera FEB y que dirige Pedro Cabello, quien fuera compañero suyo en la cantera del Maristas. El conjunto minero ha sumado esta temporada a uno de los mayores talentos cordobeses del siglo actual, y el alero tan solo ha necesitado un par de encuentros para demostrar lo que mejor sabe hacer: anotar.

Después de un estreno amargo con tan solo 4 puntos en la derrota ante Huelva, Villarejo sacó a relucir este fin de semana su arsenal, siendo el líder del primer triunfo de la temporada para el Peñarroya, que se impuso por 82-73 al Atica Sevilla CB Coria. El jugador se fue a los 29 puntos (6/8 en triples) y 27 de valoración. 13 años después, uno de los mejores anotadores del baloncesto cordobés regresa a su tierra para seguir luciendo su fiable muñeca.