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El ascenso era esto

Markovic, eufórico tras marcar el gol de la victoria | MADERO CUBERO

Paco Merino

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El Córdoba empezó el partido en puesto de descenso. Lo terminó fuera. Ascender, al final, va a ser esto. Uno se acuerda de José González, aquel entrenador gaditano -ahora anda dirigiendo en China- al que estando en el banquillo blanquiverde le preguntaron en la sala de prensa, a la vista de que la situación era desesperada en la tabla, que cómo veía el tema de la permanencia. Y el hombre, muy serio, lo explicó así: “Señores. El objetivo es ascender. Porque si la Liga termina ahora mismo, somos de Segunda B. Estamos descendidos, por lo que los partidos que quedan son como una fase de ascenso”. Aquel equipo terminó salvándose. El actual está en ello.

Un gol en el tiempo añadido de Sasa Markovic rescató a un equipo que lo pasó realmente mal. De un modo agónico, el serbio firmó un 2-1 que llevó a delirio a El Arcángel y dejó un poso de satisfacción que será fundamental para alimentar la siguiente cita liguera, que será de nuevo en un reino que los blanquiverdes defendieron con honor. Es posible que su fútbol carezca de brillantez, que sus planes sean demasiado planos y que se emplee a impulsos, pero en las últimas jornadas ha confirmado que tiene agallas. Ha ganado sus dos partidos más recientes en casa con tantos en la última jugada: seis puntos de extraordinario valor en la tabla y en el ánimo del cordobesismo, que estuvo cinco meses y medio sin un triunfo que celebrar. En Tarragona, los de Carrión cayeron en el descuento tras resistir setenta y cinco minutos con diez. Este Córdoba sabe pelear. Ha entendido el mensaje que le dan las circunstancias.

En el enésimo meneo al once, Carrión devolvió un sitio como titular a Pawel Kieszek en la portería. Podría decirse que por la misma razón que antes decidió colocar a Razak -“por cambiar la dinámica”, argumentó en su día-, aunque a nadie se escapa que el ghanés contribuyó con un par de cantadas importantes en sus tres apariciones más recientes a dificultar la reacción cordobesista. La cuestión es que el Córdoba compareció con ese olor a novedad que tiene la ropa usada cuando la sacas del armario con el cambio de estación. No es lo mismo que estrenarla, pero proporciona una ración de ilusión. Sobre todo si compruebas que te encaja. Alfaro y Bergdich, dos presencias residuales después de que a Oltra le señalaran el camino de la puerta, estaban en la foto inicial. Sin Héctor Rodas, al que le rompieron la nariz en Tarragona, el Córdoba actuó con una defensa en la que los pivotes Luso y Edu Ramos se esforzaron en labores distintas a las habituales. Pero es que en este Córdoba ya nada es normal. El factor sorpresa se ha convertido en un estilo de vida para un equipo forzado a la reinvención, como en una eterna pretemporada.

Los blanquiverdes arrancaron con fogosidad y Javi Lara en plan jefe. El protagonismo del montoreño es indiscutible en este equipo. El balón parado es siempre suyo y cuando cualquiera se siente presionado siempre le mira a él, que anda por ahí para templar y servir. El Zaragoza se dejó hacer. Aguantó el arreón inicial, que era más de control que de peligro. Bergdich fue el primero que lo intentó, a los diez minutos, con un disparo de zurda que se fue por encima de la meta de Sebastián Saja. Pocos se acordaron del pasado blanquiverde del argentino, que fue el portero en el último descenso a Segunda B del Córdoba, aquella tarde del 3-4 ante el Valladolid en el curso 2004-05, el del cincuentenario. El franco marroquí apareció en ataque y lo intentó a su estilo, buscando el desborde por potencia y cambio de ritmo. Empezó muchas acciones pero para terminarlas tenía más problemas.

Había intención y el público entendió que aquello era bueno. Una falta lejana de Javi Lara dio un bote y Saja la envió con mucha angustia a córner. El Córdoba se comportaba como cabía esperar por su situación. Y el Zaragoza también. Se afanó en defender y trató de salir de manera ordenada, aunque la presión cordobesista se lo impidió y forzó a los maños a pegar pelotazos largos. Esa tendencia cambió algo en el tramo final de la primera parte, cuando el Córdoba rebajó las revoluciones y el Zaragozo pudo elaborar.  Carrión, sancionado, lo miraba todo desde un palco. El Córdoba ponía orden y sudor, pero las relaciones con el gol siguen siendo de lo más turbio. En el 42, Alfaro recogió un rechace dentro del área con muy buena pinta y soltó un zapatazo que salió desviadísimo.

Y como otras veces, sucedió. A dos minutos del descanso, el Córdoba pierde un balón en el centro del campo y Xumetra le mete el balón en largo a Ángel, que se va por el medio y bate en su salida a Kieszek. El 0-1 provocó un silencio brutal en El Arcángel, en el que sólo se escuchaban los gritos del medio centenar de seguidores aragoneses que se desplazaron con su equipo. El intermedio llegó con raras sensaciones sobrevolando el estadio. El Zaragoza marcó en su primera oportunidad. El Córdoba no lo hizo en ninguna de las situaciones que creó. Tuvo más el balón, se acercó con más frecuencia al marco de Saja, lanzó faltas y córners, colgó balones y tuvo un par de remates. Tampoco es que fuese un asedio, pero sí que hizo más méritos para el gol. Eso no le sirvió para nada más que para irse a la caseta rumiando la horrible sensación de ver cómo el adversario, con poco, se lo estaba robando todo.

Rodri tuvo la más clara del Córdoba al minuto de la reanudación. Robó un balón en medio campo y se fue como poseído hacia el marco de Saja, perseguido por todos los de rojo. El nueve blanquiverde pensó que lo mejor era cruzar la pelota ante la media salida del guardameta argentino. Lo hizo, pero le salió fatal. El balón salió fuera y todos se echaron las manos a la cabeza. Los de Carrión tuvieron una puesta en escena emocionante. El público hacía su papel y los anfitriones buscaban el empate con todas sus fuerzas, con más ardor que método.

En el minuto 54, en medio de la pañolada habitual en los últimos partidos -“González, vete ya”, “directiva, dimisión”-, Rafa Clavero sacó del campo a Edu Ramos para meter a un punta más, Federico Piovaccari. Carrión, con su pinganillo en la grada, se devanaba los sesos buscando una fórmula para remontar un partido que se le iba. Los de Agné, con el marcador a favor, no arriesgaban absolutamente nada. Hasta que el devenir del partido les colocó el escenario más favorable. El Córdoba se lanzó al ataque y el Zaragoza sacó sus  contras. El aroma del miedo se dejaba sentir. Edu García pudo batir a Pawel en una acción en la que el disparo del zaragocista salió desviado cuando estaba mano a mano con el polaco. Alfaro se fue y salió Markovic, un futbolista de buen disparo. Y acto seguido, el Córdoba lo consiguió. Marcó Rodri tras cazar un balón que había peinado Cisma tras un saque de banda en largo. El soriano lo festejó con furia. No hubo voltereta, sino manos a los oídos y gritos a la grada pidiendo un esfuerzo final.

El Córdoba enloqueció. Javi Lara lanzó un trallazo desde muy lejos y forzó a Saja a realizar un paradón. El Zaragoza tampoco se quedó atrás. El pleito entró en una fase alocada. Luso sacó bajo los palos una oportunidad de Dongou y el ambiente subió de grados, con entradas duras y ceños fruncidos. Gorostegui Fernández mandó al vestuario, expulsado, al técnico Raúl Agné. En los banquillos se quedaban los segundos. En el campo, máxima tensión. Aquello era una ruleta rusa. Y disparó Sasa Markovic. Recogió en el corazón del área un servicio excelente de Aguza para firmar el 2-1 y provocar una explosión increíble en El Arcángel. El serbio lo celebró señalándose la cicatriz de su operación en la rodilla. Es la hora para los fuertes. Si vuelve el Córdoba de los guerreros será una buena noticia.

FICHA TÉCNICA

CÓRDOBA, 2: Pawel Kieszek, Caro, Luso, Cisma, Bíttolo, Edu Ramos (Piovaccari, 54'), Aguza, Javi Lara, Bergdich (Guille Donoso, 63'), Alfaro (Markovic, 69') y Rodri.

ZARAGOZA, 1: Saja, Feltscher, Marcelo Silva, Cabrera, José Enrique, Zapater, Javi Ros, Lanzarote (Valentín, 90'), Xumetra (Edu García, 46'), Cani (Dongou, 64') y Ángel.

ÁRBITRO: Gorostegui Fernández (Comité Vasco). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Edu Ramos y Sergio Aguza y a los visitantes Marcelo Silva y José Enrique.

GOLES: 0-1 (43') Ángel. 1-1 (70') Rodri. 2-1 (94') Markovic.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la vigésimo novena jornada del campeonato nacional de Liga 1|2|3, disputado en el Estadio Municipal El Arcángel ante 10.953 espectadores.

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