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Proponen excavar en el lugar donde ciclistas redescubrieron un misterioso dolmen megalítico

Traslado del menhir del dolmen de Las Sileras al Silo de Córdoba.

Alfonso Alba

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En el corazón de la Campiña Baja de Córdoba, en las inmediaciones del arroyo de los Abades, se ha propuesto la excavación de un enigmático dolmen megalítico redescubierto por casualidad hace más de una década por un grupo de ciclistas de Fernán Núñez, durante una ruta. El hallazgo ha despertado el interés de la comunidad arqueológica, que ahora busca desentrañar los misterios que rodean esta estructura, perdida durante décadas y cuyo origen se remonta posiblemente a la Prehistoria.

La historia de este monumento comenzó en 1932, cuando Emilio Pérez Alcázar, administrador de la Casa de Osuna, invitó a dos importantes arqueólogos de la época, Félix Hernández y Samuel de los Santos, a examinar una “curiosa piedra” en el cortijo de Las Sileras. Lo que encontraron fue un conjunto de losas grabadas con espirales y círculos concéntricos, similar a otros monumentos megalíticos europeos, como los de Newgrange en Irlanda. Sin embargo, el dolmen desapareció misteriosamente de la memoria arqueológica hasta que fue redescubierto en 2008.

Gracias a la página web del club ciclista El Pozuelo, los arqueólogos supieron de la existencia de unas grandes piedras grabadas cerca del arroyo de los Abades, en el mismo lugar donde habían sido descritas por Santos décadas atrás. Al visitar el lugar, los investigadores confirmaron que las piedras coincidían con las descritas en 1932. A partir de ahí, se realizaron estudios de prospección arqueológica superficial y una detallada documentación mediante fotogrametría y análisis digital.

Hipótesis sobre su origen

Los arqueólogos plantean varias hipótesis sobre el origen y función de estas piedras. Una de las teorías más aceptadas es que formaban parte de una estructura megalítica, posiblemente un dolmen, que fue desmantelado o desplazado por la erosión y la actividad humana. Las espirales y círculos concéntricos grabados en las piedras son característicos del arte megalítico de la Europa atlántica, lo que podría sugerir conexiones culturales entre el sur de la Península Ibérica y otras regiones megalíticas de Europa.

Otra hipótesis más reciente sugiere que las piedras podrían haber sido monumentos erigidos junto al arroyo para señalar el paso del agua o tener un simbolismo asociado a rituales relacionados con el agua, un recurso vital en la Prehistoria. El arroyo de los Abades y su entorno habrían sido un punto de referencia en el paisaje prehistórico.

El uso de tecnología avanzada, como la fotogrametría multiescala, ha permitido a los investigadores documentar las piedras y reconstruir virtualmente su disposición original. Gracias a estas herramientas digitales, se han logrado obtener modelos tridimensionales de las piedras, lo que facilita la interpretación de los grabados y su contexto arqueológico. Estos avances son cruciales para entender el posible significado de las espirales y círculos concéntricos grabados en las piedras.

Además, las prospecciones arqueológicas han revelado restos cerámicos en las inmediaciones que datan del Neolítico Antiguo, lo que sugiere que la zona estuvo habitada desde tiempos remotos. Estos hallazgos refuerzan la hipótesis de que el dolmen formaba parte de un complejo cultural más amplio que ocupaba la Campiña de Córdoba durante la Prehistoria.

Un rompecabezas arqueológico

A pesar de los avances en la investigación, el conjunto megalítico de Las Sileras sigue siendo un rompecabezas arqueológico. Las piedras fueron extraídas en 2009 y trasladadas al Museo Arqueológico de Córdoba, lo que ha dificultado los esfuerzos por reconstruir el contexto original en el que se encontraban. Sin embargo, el descubrimiento de un tercer bloque, aun en su posición original en el cauce del arroyo, ha proporcionado nuevas pistas para los arqueólogos.

El equipo de investigadores está convencido de que una excavación más exhaustiva en la zona podría arrojar nueva luz sobre la naturaleza de este monumento y su relación con otros sitios arqueológicos de la región.

El dolmen de Las Sileras no está aislado en el panorama arqueológico andaluz. Existen otras manifestaciones similares de arte megalítico en el sur de España, como los petroglifos de Otíñar, en Jaén, que presentan espirales y círculos concéntricos similares. Estas conexiones sugieren que los pueblos prehistóricos del sur de la Península Ibérica compartían una cosmología y un simbolismo común con otras regiones megalíticas de Europa.

Excavación propuesta

Ante la importancia del sitio, los arqueólogos han propuesto una excavación sistemática en la zona del hallazgo para despejar definitivamente las dudas sobre la función y el contexto del dolmen. Se espera que la excavación revele no solo más detalles sobre las piedras grabadas, sino también sobre el paisaje cultural en el que se inscribe este enigmático monumento.

El redescubrimiento del dolmen de Las Sileras ha sido descrito como un hallazgo clave para la arqueología ibérica, ya que proporciona un raro ejemplo de arte megalítico en la cuenca del Guadalquivir. La excavación del sitio podría ofrecer una nueva perspectiva sobre los pueblos prehistóricos que habitaron el sur de la Península Ibérica y su relación con otras culturas megalíticas de Europa.

La excavación en Las Sileras es un proyecto a largo plazo que requiere la colaboración de varias instituciones, incluida la Junta de Andalucía y el Museo Arqueológico de Córdoba. Los arqueólogos confían en que, con el apoyo necesario, se podrá desentrañar finalmente el misterio del dolmen de Las Sileras y su lugar en la prehistoria europea.

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