La Comisión de Patrimonio avala la primera fase de la conservación del molino de la Albolafia
La Comisión Provincial de Patrimonio de la Delegación de Turismo, Cultura y Deporte, que preside el delegado territorial, Eduardo Lucena, ha informado favorablemente acerca de la primera fase del proyecto presentado para la conservación y restauración del molino de la Albolafia.
El Ayuntamiento de Córdoba, a través de la Gerencia Municipal de Urbanismo, ha proyectado la realización del análisis y toma de datos para la redacción del proyecto definitivo de restauración, así como actuaciones urgentes para frenar el deterioro del enclave. En concreto, la iniciativa incluye un análisis histórico amplio del origen y evolución del edificio, así como un estudio de patologías y un programa de mantenimiento.
Para esta primera fase se ha previsto la limpieza del entorno inmediato del molino y el desbroce de la maleza; el acondicionamiento del terreno colindante y de los caminos para implantar los medios auxiliares; la limpieza exterior de vegetación y microorganismos, así como la limpieza manual de las fábricas, y operaciones puntuales de conservación de éstas para testar procedimientos.
Igualmente, se van a desarrollar actuaciones concretas de conservación de la rueda para ensayar procedimientos y productos, una mejora de la impermeabilización de la sala de molienda para frenar el deterioro del forjado de viguetas de hormigón existente, y la reparación de la reja superior de salida a la cubierta.
En el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA) están incluidos como Bien de Interés Cultural (BIC), con la tipología de monumento, los molinos del Guadalquivir en Córdoba, incluyendo, entre otros, el molino de la Albolafia. En el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico se cataloga como monumento de la villa.
El molino de la Albolafia es uno de los más emblemáticos dentro del conjunto de molinos hidráulicos, debido sobre todo a su noria de grandes dimensiones, que figuró en el sello distintivo del Consejo en el siglo XIV y se integró en el actual escudo de la ciudad de Córdoba.
Su primitiva función fue proveer de agua para el riego de las huertas del alcázar. La rueda de la noria se desmontó por orden de la reina Isabel la Católica y en 1994 se instaló una nueva rueda. Arquitectónicamente es una amalgama de restos de diversas épocas. La parte más antigua parece ser de época medieval, y corresponde a los restos de un acueducto almohade. Este edificio, además de su función de riego, sirvió de punto vigía y defensivo. De la factura árabe del conjunto ha habido varias reconstrucciones. En el siglo XVI se convierte en molino harinero y batán y sus nuevos propietarios, la Orden de Jesús y María, realizaron obras como la construcción de la proa cilíndrica y la nave que alberga dos piedras y sus correspondientes cubos de rodezno.
Bajo las torres desmochadas se pusieron las piedras de molino. Fue reformado en 1960 por Félix Hernández y desde entonces hasta la actualidad consta de una nave con una parte rectangular cubierta con forjado moderno con paso transversal de bóveda de cañón y un ábside cupulado con arco toral, donde se encuentra una escalera de terraza alojada en el muro.
Sobre la terraza suben dos muros en ángulo con arquerías. El muro sur cuenta con un arco de medio punto y tres de menor anchura en forma trebolada gótica sobre ménsulas con un característico rollo en nácela. Sobre estos arcos, el muro tiene imposta resaltada que indicaría el nivel del acueducto. La construcción es de sillería salvo en la arquería de herradura donde se mezcla con ladrillo. Estuvo dedicado a la molienda durante todo el siglo XIX.
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