Una obra sobre la emigración clandestina inaugura el ciclo 'Off Topic'
Me llamo Suleimán, una obra de Antonio Lozano dirigida por Mario Vega e interpretada por Marta Viera, trae mañana sábado a la Sala Polifemo del Teatro Góngora (20:30) el drama de la emigración clandestina, en concreto, la que tiene a África como origen y España por destino. El espectáculo, una producción que viene de Canarias y se encuentra de gira por la península -este viernes se ha podido ver en el Festival de Teatro de Málaga-, abre la tercera edición del ciclo Off Topic, que a lo largo de la temporada ofrecerá en la Sala Polifemo diversas propuestas escénicas y musicales contemporáneas.
La adaptación teatral de la novela homónima escrita por Antonio Lozano cuenta la historia de Suleimán, un niño que harto de la terrible situación de pobreza que vive en su país, Malí, decide marcharse junto a su amigo Musa a la próspera Europa. Allí esperan trabajar y conseguir bastante dinero para regresar y montar sus propios negocios como medio de ayudar a sus familias, pero el viaje es duro y difícil. Deberán cruzar el desierto en camiones atestados de expatriados que como ellos buscan una vida mejor. Al llegar a la frontera con Melilla, el cruce de la verja complicará su viaje. Sin embargo, Suleimán no se da por vencido y volverá a intentar llegar a España, esta vez por mar.
En escena, una única intérprete, Marta Viera, da vida al personaje de Isabel , una compañera de clase de Suleimán, que es la encargada, junto con el trabajo de animación audiovisual de Juan Carlos Cruz, de narrar esta historia, que no es otra que el viaje que es capaz de emprender un niño con el único fin de alcanzar sus sueños.
Según el autor, el texto quiere ayudar a comprender mejor la decisión que toman miles de personas cuando emigran, aun sabiendo que ponen en riesgo su vida. “Tenemos -señala Antonio Lozano- una visión distorsionada de la realidad de la emigración y es importante superar esa situación porque miles de africanos se están incorporando a nuestra sociedad y no debemos permitir que eso sea un factor de desestabilización social: asumir la diversidad cultural y humana de una sociedad como elemento enriquecedor requiere un esfuerzo por conocer mejor al otro y aceptar la diversidad como algo positivo”. En este sentido, concluye el autor, Me llamo Suleimán pretende contribuir al acercamiento entre quien emigra y quien recibe al emigrante, “un reto tan hermoso como imprescindible”, afirma.
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