Javier Álvarez y Pedro Guerra anuncian gira juntos: 'Aunque ya no soy dos'
Tan solo compusieron y grabaron una canción juntos a mitad de los 90, Amor en vena. Y dejaron como extra una actuación en televisión con el tema que dará nombre a la gira que ahora anuncian, 30 años después de sus primeros discos: Aunque ya no soy dos.
Después de todo aquello, Pedro Guerra y Javier Álvarez tomaron caminos muy distintos en sus músicas, pero siempre hubo un hilo de amistad, generosidad y química que los mantuvo unidos. Hasta hoy.
El canario y el madrileño acaban de volver a reunirse sobre un escenario invitados por encuentro Córdoba Trovadora. Lo que de forma espontánea surgió como un viaje a la nostalgia de aquellas canciones que calentaban el fuego del madrileño café Libertad 8 a principios de los 90, acabó convirtiendo el Teatro Góngora de la ciudad de la Mezquita en una fiesta -sí, una fiesta, gracias sobre todo a Álvarez- cargada de futuro.
“Estábamos predestinados a volver a unirnos”, confesaron Guerra y Álvarez entre canción y canción. Y también desvelaron lo que casi nadie sabía: que guardaban en el cajón una treintena de temas inéditos compuestos mano a mano en aquellos años.
En realidad, los dos músicos no se conocieron en la calle Libertad, si no en otro bar de la madrileña calle Bailén llamado Rallas o Rayas, no recordaba bien Pedro Guerra, entre risas. “Y hubo un flechazo musical a primera vista”, que goza de buena salud tres décadas después.
Algunos de esos temas inéditos escritos a cuatro manos sonaron en la cita cordobesa cantados a dúo. Canciones que hablan de astros o de vacíos, que quién sabe si algún día grabarán, pero que ahora, alguna que otra, formarán parte de la gira que está por venir Aún no hay fechas ni mucha infraestructura, pero sí algo mucho más poderoso: el deseo de hacerla realidad.
En este primer paso cordobés los cantautores también tiraron de la maleta de sus primeros discos, cantando en solitario algunos de aquellos temas que aún rondan en la memoria de muchos y a dúo canciones como De aquí a la eternidad, de Álvarez o De menos, de Guerra.
También hubo lugar para constatar el tranquilo clasicismo que ha marcado el rumbo de la carrera de Pedro desde Golosinas, pero quien también ha hecho canciones con Cruz Cafuné o con Alice Wonder.
Ello, frente a los giros de guion en la de Javier, que pasó de ser número 1 en los 40 Principales con Sunset Boulevard a que nadie pinchase su himno punki, desobediente y liberador llamado Padre (“Padre, soy pajillero, maricón y drogadicto / bakalaero, okupa, rojo, puta y bizco”), que marcó su nueva época.
Desde ahí el madrileño surcó otros mares camino de la lealtad a sí mismo y alejándose de una carrera que iba hacia lugares en donde no se sentía cómodo. Y llegaron las versiones de ABBA o del himno de la legión, hasta a poner al respetable a bailar Daft Punk con él a la cabeza.
Dos caminos y dos Españas de cantautores que vuelven a converger para regocijo de tantos y tantas, cuyas vidas tal vez no serían las mismas sin algunas de sus canciones. Porque eso es lo único que importa, las canciones.
"No te vayas, rezaba/ disimulas, adiós/ siempre te echo de menos/ aunque ya no soy dos"
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