La desigualdad de género sobre los escenarios
La dramaturga, actriz y directora Sandra Dominique aboga por que el teatro sirva para “sacudir conciencias” y luchar contra el desequilibrio entre hombres y mujeres
Mujeres como personajes confinados en un espacio determinado. Mujeres sin posibilidades económicas para avanzar. Mujeres marcadas por una ideología y una educación en el seno familiar de una sociedad donde la Iglesia dicta las normas. Mujeres que chocan una y otra vez con un techo de cristal. Mujeres protagonistas de hechos sólo recuperados por la memoria histórica... Uno y mil roles de los personajes femeninos en las obras del teatro contemporáneo español que aún hoy reflejan la desigualdad de género de la sociedad y que, como ella, avanza a pequeños pasos para erradicar ese desequilibrio entre hombres y mujeres.
Éste es el análisis que se desprende de la tesis realizada por Sandra Dominique, autora teatral, directora y actriz que ha publicado su trabajo sobre los Roles femeninos en el teatro contemporáneo español, tomando como objeto de estudio una decena de obras teatrales llevadas a escena entre 2002 y 2012 en nuestro país.
“Los roles hablan de una violencia callada, más sutil, que no tiene que ver con la física, sino que está detrás de lo explícito y que obstaculiza el progreso de la mujer”, explica Dominique, premiada por este libro con el XVIII Premio Leonor de Guzmán. Se trata de roles que aparecen en obras de teatro contemporáneas españolas de distintos géneros, con distintos públicos, más comercial o más alternativo y que, al fin y al cabo, reflejan en sus libretos a las mujeres con la misma desigualdad que se palpa en la sociedad.
“Felizmente vamos avanzando”, dice Dominique sobre el presente y el futuro con la merma de papeles femeninos como meras anécdotas, como meras acompañantes de los protagonistas masculinos. Y en ese sentido, la dramaturga aboga por que el teatro sea “una herramienta que sirva para sacudir la conciencia y contar muchas cosas”, también en el ámbito de la desigualdad de género.
“El teatro tiene la obligación de proponer cosas que cambien la sociedad. Y a la vez se retroalimenta de ella. Pero ahí el público también puede exigir un cambio” en el tratamiento de los roles masculinos y femeninos, advierte la autora.
0