Corazones Estrangulados vuelve a ser una banda de rock’n roll
El desaparecido grupo, coronado en los noventa por su sonido y la extraña voz de su cantante, celebra los 25 años de su formación con un concierto
Una daga atraviesa de arriba abajo un corazón rojo sostenido por dos angelotes barrocos. La imagen no pertenece a la iconografía de ningún paso de los que recorrerán las calles la semana próxima, si no a otro mundo: el del pop gótico que se hacía en Córdoba en el tránsito de los años ochenta a los noventa. Corazones Estrangulados fue la banda que reinó en aquel mundo hasta que, repentinamente y tras dos discos de éxito, la historia con su carismática cantante, Eva Riquelme, se acabó. O más bien, quedó suspendida en el tiempo hasta que veinte años después se retoma, al menos, en un concierto que tendrá lugar este viernes en la sala Palazzio.
En el escenario estarán casi todos, con Eva Riquelme y Yonka Zarco a la cabeza, sonando como entonces, fieles al universo que construyeron, y por un par de horas parecerá que el tiempo no ha pasado para nadie –ellos se conservan tan extrañamente bien- excepto para los hijos de algunos de los componentes, que verán por primera vez en el escenario a la famosa banda de rock’n’roll de sus padres. “Mamá, parece increíble ver un concierto vuestro, de canciones de hace 25 años, cuando yo no existía”. La frase es de uno de los cuatro hijos (que van de los 8 a los 13 años) de la cantante Riquelme, quienes no piensan perderse el concierto del grupo de mamá, aunque fue en realidad otro hijo, el del bajista Joaquín Montoro, el culpable de esta historia.
El chico trabaja en Palazzio y se le ocurrió que había que hacer un concierto que celebrase los 25 años de la formación (1989) de su padre. “Se están currando el concierto, se están documentando y preocupando mucho”, cuenta Eva, a quién la voz se le ha puesto “más grave”, según Yonka y “cada vez canta más negra” en opinión del batería Ramón Medina. El plan es tocar los dos discos que grabaron juntos al completo, más un par de temas que quedaron el cajón, alguna versión y alguna sorpresa con invitado(s). Carlos Trigo a los teclados y Paco Núñez a la guitarra completarán una banda que quiere, sobre todo, divertirse en el escenario. “Queremos disfrutar el concierto y a ver qué pasa. Es muy divertido por el hecho de ser un concierto insólito e improbable. Nadie se imaginaba, ni siquiera nosotros, que nos volveríamos a unir”. Aunque hubo una primera señal en 2009 cuando Eva subió a tocar con La Reserva, el grupo anterior a Corazones de Yonka y Ramón Medina, en un concierto, y una segunda señal esta pasada Navidad en un concierto de Yonka en el que apareció Eva a cantar con él. El deseo de hacer algo juntos flotaba en el ambiente y ha sido lógico este desenlace “porque nos gustan los finales felices”.
Con respecto a aquella abrupta disolución del grupo, “fue el grunge lo que nos separó”, sentencia Yonka. Algo que puede apreciarse objetivamente en el sonido del tercer disco de Corazones –Días sucios- grabado ya sin Eva y cuyo fracaso echó el cierre al grupo. “Somos un grupo de los 90, de la cola de la movida de los ochenta, y cuando las canciones fueron por otro lado yo me fui”, explica Eva. Fue cuando ella saltó a otro mundo.
Artista autodidacta en varias disciplinas artísticas, Eva tiene hoy como principal actividad profesional la escultura. Tras dejar el grupo, en 1994, realizó un monumento a tamaño natural al “casco azul” por su misión humanitaria en Bosnia, ahora expuesto en el Cerro Muriano. Además, trabajó en la restauración del retablo de la Iglesia de la Merced y tras marcharse de Córdoba, trabajó la miniatura y esa fue la llave para realizar esculturas de gran tamaño. Hace tres lustros ganó un concurso internacional para realizar una escultura de 5,5 metros de altura del Papa Juan Pablo II, que está expuesta en Toronto (Canadá) y tal fue su éxito, que fue recibida en audiencia en el Vaticano por Wojtyla en 2002, a quien el regaló una replica en 45 centímetros (en bronce) de la figura que hoy debe guardarse en los Museos Vaticanos. También de su mano salió otra escultura del Santo Padre polaco que se puede ver en Chicago. Ahora trabaja, entre otras muchas cosas “porque soy una lianta como decía mi abuela”, en un busto de Aute y otro de Paco de Lucía, además de sus esculturas religiosas para clientes en América y Canadá. “A ella le gusta copiar del natural y plasmar a una persona. Si tuviéramos plastilina te reproduciría aquí en un momento”, advierte Yonka Zarco. Aparte de eso, Eva nunca ha dejado de cantar y ahora, además de Corazones Estrangulados, anda envuelta en otros proyectos musicales.
A la pregunta de si esto es el principio de una segunda parte del grupo, todos están de acuerdo en que ya se verá cuando pase este primer concierto del viernes, en el que esperan a espectadores con una media de edad de entre 35 y 45 años, según les ha chivado Facebook, “ya que las nuevas generaciones no conocen nuestras canciones”. Charlando con ellos se notan las ganas de carretera y escenario, y también la espinita clavada de no estar en el cartel del próximo Festival de la Guitarra. Asumiendo el momento revival que van a protagonizar, reflexionan sobre cómo se marcharon en un momento “en el que la gente no estaba harta de nosotros y, además, no nos hemos ido 10 veces y vuelto otras 10, como tantos otros”. Las energías les dicen que existe un lugar para ellos en este nuevo mundo. “Córdoba se ha portado muy bien con nosotros siempre y quiero pensar que no nos han olvidado”, dice Eva. La ciudad se lo aclarará el viernes.
0