El Ambigú, la sala de conciertos que resiste a la pandemia cambiando la noche por la siesta
Como la aldea gala ante el asedio romano, el Ambigú de la Axerquía sigue en pie como la única sala de conciertos privada de Córdoba, y casi una de las pocas de Andalucía, que aguanta las embestidas de la pandemia de coronavirus y sigue programando actuaciones incluso en tiempos de toque de queda.
Todo ello se explica por varios motivos, pero el principal, claro está, es que han podido reorganizar toda su programación concertística cambiando los hábitos nocturnos por los hábitos diurnos. Eso sí, dormir dormir, se duerme poco. “A finales de octubre ya hicimos el primer concierto al medio día. Los de antes se hacían por la tarde. Y ahora, casi que con la comida”, explica Rafael Esquivel, el Chino, para los amantes del rock en Córdoba.
El Ambigú reabrió tras el estado de alarma el pasado 27 de junio y, por el momento, va a ser la única sala de conciertos de Córdoba que va a mantener su programación durante este duro mes de noviembre en el que se tendrá que cerrar a las 18:00. Para afrontar el último cambio horario al que le obliga la Junta de Andalucía, las puertas se abrirán a las 13:30 y la entrada para el concierto incluye consumición y plato de arroz. Y, a mesa puesta, arrancará la música en vivo, prevista entre las 15:30 y las 16:00.
Claro que para mantener la programación entra en juego el clima, ya que los conciertos del Ambigú son en la terraza, donde los clientes se sienten más cómodos y donde, en un día soleado “se está fantástico”, explica Esquivel, que en los últimos meses se ha reconvertido y ha pasado de la barra a ser jefe de sala, ejerciendo muchas veces “casi de policía”.
En esa terraza, situada en lo alto del graderío del Teatro de la Axerquía, el público se sienta exclusivamente en mesas, respetando los espacios y con un máximo de seis personas, todo según lo estipulado por ley. El escenario se ubica frente a las mesas, mirando en dirección al Guadalquivir. Por el momento, así Ambigú va salvando la temporada, funcionando con reservas previas y con un mínimo de entre 40 o 50 personas, ya que, según señala el encargado, “menos de eso no compensa ni a la banda ni a los trabajadores”.
Es por eso que, mientras el resto de salas de conciertos permanecen cerradas o no pueden programar música en directo, en el Ambigú mantienen su filosofía de siempre, aunque en horario diurno. “La ventaja que nosotros tenemos es que estamos en un recinto cultural y tenemos una terraza dentro del teatro. Pero también que hay un público fijo al que le gusta venir y que disfrutan muchísimo de la música en directo”, reconoce Esquivel, que, dadas las circunstancias, da por “liquidada” la temporada 20-21 en lo que a conciertos ambiciosos se refiere, y está programando ya para otoño de 2021 y principios de 2022.
Mientras tanto, eso sí, y salvo nuevo cambio en las medidas sanitarias, la música en directo a la hora de la siesta no para en el Ambigú. Los próximos conciertos previstos son los de Loud Veer y Hello Horror (sábado 21 noviembre); Scott McClain (sábado 28 Noviembre); La perra blanco (sábado 5 Diciembre) y Cajón desastre (Domingo 6 de diciembre).
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