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Vía libre (transbordo incluido) para el Cercanías entre Villarrubia y Alcolea

Cercanías de Villarrubia a Alcolea | MADERO CUBERO

Juan Velasco

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https://youtu. be/jWteJcSb9xQ

El servicio de Cercanías de Córdoba ha arrancado este lunes con el objetivo de cambiar para siempre la movilidad de los vecinos de Villarrubia, El Higuerón, Córdoba capital, el Campus Universitario de Rabanales y Alcolea. En estos cinco puntos, la jornada de este lunes ha sido diferente a la habitual y la curiosidad por el funcionamiento del nuevo servicio ha predominado ante las críticas que éste pudiera suscitar.

CORDÓPOLIS ha subido al tren con los viajeros en un trayecto de ida y vuelta desde Villarrubia hasta Alcolea, que ha permitido comprobar las bondades que tiene el nuevo transporte -movilidad sostenible, rapidez, espaciosidad- y escuchar de boca de algunos viajeros los defectos que encuentran en este servicio, que ha arrancado ya con críticas de usuarios relativas al precio y a los horarios. Sobre esto último, hoy no se ha ahorrado saliva. En la web de Renfe costaba dar con el cuadrante, que estaba en papel, no obstante, en cada una de las estaciones.

Así, eran las 7:50 cuando el segundo tren ha partido desde Villarrubia con destino a Alcolea. En él viajaban cerca de un centenar de personas repartidas en tres vagones, la mayoría de ellas en el vagón de cola. Gente de todas las edades, vecinos de la barriada que se mostraban encantados con el nuevo servicio. Arrancaba puntual, además, el tren con destino a Córdoba. A los pocos minutos, la megafonía del tren advertía de la primera sorpresa: había que hacer transbordo en Córdoba para continuar hacia Rabanales y Alcolea.

Pepa, una vecina de Villarrubia, no obstante, acogía el servicio con ilusión, puesto que ha llegado con “un poco de trabajo”. “Creo que no es lo definitivo, porque ni el precio ni la asiduidad de los trenes es lo que los barrios necesitan, pero sin duda es un grandísimo avance y yo voy muy contenta y muy emocionada”, afirmaba esta mujer, que acudía a Córdoba por un tema médico y que durante años ha estado cogiendo con asiduidad el autobús que va desde Villarrubia a Córdoba y “que tarda 50 minutos -para 12 kilómetros- con un sinfín de paradas”.

La charla la corta el revisor. Pepa se muestra entusiasmada: “Mi primer pago de tren”, dice. El revisor le recomienda que se saque una tarjeta personalizada y ésta le desea “que tenga mucho trabajo”, como agradecimiento. A unos pocos asientos viajan Fátima y Jesús, dos estudiantes que hacían su primer viaje desde Villarrubia hasta Rabanales, donde estudian. Ambos arrancaban cómodos el viaje. Ella, por ejemplo, suele tardar unos 50 minutos cada vez que va y cada vez que vuelve del campus y este tren acortará ese tiempo a unos 25 o 30 minutos por desplazamiento.

Un transbordo y un tren extra para el matinal hacia el Campus de Rabanales

Fátima tiene coche, pero no tiene en mente cogerlo para desplazarse. “Económicamente, con respecto a la gasolina sale mucho económico el tren”, añade la estudiante. Jesús, por su parte, solo se queja de que no haya trenes hacia Villarrubia entre las 13:30 y las 15:00. La megafonía vuelve a informar sobre el transbordo. “Yo creía que iba ir directamente a Rabanales, que iba a pasar por todo. Pero tampoco... es insignificante”, señala Jesús.

Apenas dos minutos después, el tren llega a Córdoba y se efectúa el transbordo. En frente espera un tren con destino a Rabanales atestado de estudiantes. La rutina habitual del tren de las 8:00 de la mañana, que puede acoger a cientos de personas. Para evitar la masificación, Renfe suma un nuevo vagón, aunque en el primer viaje los estudiantes apenas se han repartido y los dos primeros van atestados, mientras los vagones de cola van mucho más livianos.

“Es que este tren suele ir petado. A veces viene un tren solo y entonces nos metemos como sardinas en lata”, nos detalla un estudiante, que además ha montado su bicicleta en el vagón. El tren a Rabanales empieza a acumular retraso y finalmente parte con ocho minutos de diferencia sobre lo que anuncia el horario. Aunque, para cuando llega al campus, la diferencia es solo de tres minutos. En Rabanales, los estudiantes se dejan caer del tren, que se queda totalmente vacío para dirigirse hasta Alcolea, el fin del trayecto.

En la soledad del vagón, el revisor percibe que es nuevo. “¡Joder, está fenomenal!”, señala. El vagón efectivamente está impoluto. Parece recién salido de fábrica. Lo mismo se puede decir de las dispensadoras de tickets, una taquilla electrónica que también ha provocado algún que otro momento de sonrojo. En Alcolea, por ejemplo, un señor no daba con la fórmula para hacerse con su billete.

Dejar salir antes de entrar

En Alcolea se montan siete personas. El tren sale con cuatro minutos de retraso. En Rabanales se baja una estudiante. Se muestra encantada de aparcar su coche y olvidarse del autobús a partir de ahora. Reconoce, no obstante, que el autobús que va de Alcolea a Rabanales funciona muy bien y tarda unos 15 minutos. El tren ha tardado apenas cuatro. A esa hora no se sube nadie en Rabanales hacia Córdoba.

Quienes sí viajan de Alcolea a la capital son Mari Paz e Isabel, que hoy han cambiado su rutina habitual. El coche se queda aparcado en casa y nada de dar vueltas hasta lograr estacionamiento en el centro, donde trabajan ambas. “Nosotras siempre hemos ido en coche, porque el autobús tarda muchísimo y me quita mucho tiempo”, explica Isabel. “Tres cuartos de hora”, precisa Mari Paz. Los horarios siguen siendo el caballo de batalla: “Un nuevo rango entre las 14:00 y las 14:15 de la tarde sería fantástico, pero nos iremos adaptando”, apostilla Mari Paz.

La megafonía vuelve a alertar de que, una vez en Córdoba, hay que cambiar de tren para llegar a Villarrubia. Cuando el tren llega a Córdoba, de nuevo hay cientos de estudiantes pidiendo paso para subirse al tren. La inercia hace que se suban de manera autómata. “Hay que dejar salir antes”, les reclaman los pasajeros. Los jóvenes sonríen. En el tren de vuelta a Villarrubia solo hay tres personas a las 8:40. El viaje de vuelta hace parada en El Higuerón, donde se aprecia a varios viajeros esperando para ir con destino a Córdoba.

Cuando finalmente llega de vuelta a Villarrubia es poco antes de las 9:00. Una decena de personas esperan para subirse de nuevo al tren. La mayoría disfrutarán del viaje por la novedad y por el trabajo que les ha llevado hasta que han logrado tener este servicio, que sin duda va a mejorar la vida de las miles de personas que habitan en esta barriada periférica, muchas de las cuales trabajan y estudian en Córdoba.

Este grupo de pasajeros, el tercero de la mañana en Villarrubia, ya no tendrá que hacer transbordo para llegar a Alcolea, pues desde Renfe informan que los transbordos a otra vía en Córdoba se hacen solo en los trenes que salen a las 7:50 y a las 13:00 desde Villarrubia y a las 8:30 y 13:43 desde Alcolea. “El transbordo se hace para que el grueso de viajeros que van a Rabanales puedan ir subiendo al tren y no esperar llegada de tren de Villarrubia o Alcolea”, aclaran desde el operador.

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