Los universitarios reinician las clases 'on line': “Las restricciones deberían ser iguales para todos”
Este martes han entrado en vigor las nuevas medidas para Andalucía ante la crisis sanitaria el Covid-19. Desde que se iniciara el curso, las universidades han ido intercalando la actividad presencial con las clases online, los estudiantes han asistido por grupos para cumplir con el aforo establecido y cumplir así con las normas establecidas por las autoridades sanitarias. Sin embargo, y a pesar de que las facultades cumplen con esta normativa, la universidad se ve completamente afectada por las nuevas restricciones.
La Universidad de Córdoba, al igual que el resto de universidades de la comunidad, vuelve a la modalidad estrictamente telemática, a excepción de aquella materia que conlleve actividad práctica, que se hará presencialmente pero en grupos más reducidos. Además, estas medidas no solo afectan a la UCO, sino que incluye a todos los centros, públicos pero también privados, como son la Universidad Loyola Andalucía o Sagrado Corazón.
Los universitarios son así el sector de la población educativa más afectado por las restricciones, teniendo en cuenta que ni los colegios ni los institutos se ven afectados. Ante ello, los universitarios de la capital no han tardado en mostrar su descontento en redes con las nuevas medidas higiénicas y limitaciones. Los alumnos cuyo horario de clases coincida con los grupos de tarde sienten especial preocupación por el toque de queda y la movilidad. Aún así, la principal preocupación es qué va a pasar con su curso y de qué manera tendrán que afrontarlo.
Universitarios ante las nuevas limitaciones: entre “injustas” y “esperadas”
La mayoría de estudiantes de la capital provienen de la ciudad o provincia, pero también hay un alto porcentaje de jóvenes que proviene de otras ciudades e incluso comunidades autónomas diferentes. Esto conlleva alquiler de un piso, no tener movilidad entre provincias, o la falta de recursos. Aún así, las opiniones de los estudiantes consultados por CORDÓPOLIS coinciden en que esperaban medidas más estrictas en otros ámbitos y no en el educativo. “No llego a entender por qué en un aula adaptada para cien personas no podemos ir 25, pero sí se siguen abriendo otros lugares” comenta José Luis Arias, estudiante del máster de Comercio en la facultad de Derecho.
“Me parecen muy injustas las restricciones. En las universidades es donde más pautas se llevan a cabo, más normas y más distancia hay entre los alumnos, pero el gobierno quería poner medidas y no podía perjudicar a los colegios e institutos” cuenta Marta Medina, del grado en Estudios Ingleses de Filosofía y Letras. Y es que, otro dato importante es que aún no han tenido que cerrar ninguna clase de universidad por positivo en Covid, mientras que sí ha habido clases de escolares en Infantil, Primaria y Secundaria que se han debido someter a pruebas PCR por contacto con compañeros de clase o profesores contagiados por el virus.
Aún así, y a pesar de que los alumnos se quejan de que el sector educativo sea el principal objetivo del Gobierno andaluz, también hay opiniones que demandan más medidas porque no las consideran suficientes. “A ver, tanto las clases prácticas como el prácticum por ahora son presenciales, por lo que siguen siendo focos de infección” declara Rebeca, que estudia el segundo curso de Educación Infantil en la facultad de Educación. “Pero era algo que esperaba porque la situación esta bastante descontrolada y difícil, pero pensaban que iban a ser más tajantes con las salidas y horarios” termina diciendo la joven.
“Yo la verdad es que no me lo esperaba porque pensaba que iban a tomar medidas más estrictas, pero sí que las restricciones que han puesto son precavidas y no llegan a algo más extremo” revela Diego Viera, también alumno de la facultad de Educación. Las facultades aún seguirán recibiendo alumnos para la parte práctica de las asignaturas, siempre que no se decrete lo contrario por el Gobierno autonómico.
Clases presenciales necesarias vs clases 'on line' para protegerse del virus
En el otro lado de la ciudad, en la facultad de Ciencias del Trabajo, los alumnos coinciden en que las clases presenciales son muy necesarias ya que la convivencia con los compañeros es esencial para los trabajos en grupo y la estabilidad académica en los expedientes. De igual modo, también son conscientes de que una clase telemática no pone en riesgo su salud, como por ejemplo sí lo haría la presencia física. “A mí, personalmente, sí que me gustan más las clases presenciales porque me entero mejor de lo que dice el profesor. Pero también entiendo que no yendo a clase mantengo a salvo tanto a mí misma como a mi familia”, explica Isabel, estudiante de RRLL y RRHH.
Por otro lado, existe un conflicto en el que todos los alumnos hacen especial hincapié: las facultades no están preparadas para afrontar la nueva normalidad. “Existe una falta de coordinación por parte de los profesores y sus autoridades, ya sea rectores o Gobierno, que acaba perjudicándonos a nosotros” defiende José Luis Arias, de la facultad de Derecho. “Los docentes han tenido meses para preparar cómo hacer frente a la segunda oleada de contagios; y, sin embargo, ningún órgano ha hecho nada para solucionarlo”.
¿Está la Universidad preparada para superar las clases 'on line'?
Daniel Conrado estudia Historia en Filosofía y Letras, y bajo su punto de vista la Universidad no está preparada para las clases telemáticas: “No, porque hay profesores a los que les cuesta más dar clases online y esto hace que afecte a cómo imparte las clases. Aunque sea un catedrático, si no pone de su parte para dar la clase los que salimos perjudicados somos nosotros”. Además, el material del que disponen tampoco está adaptado para que los alumnos reciban esa formación como esperan. “De las conexiones ni hablamos, porque la facultad no cuenta con Internet estable para poder seguir las conferencias que dan los profesores desde allí. Tampoco les proporcionan ordenadores o material de calidad para que tanto ellos como nosotros podamos dar la clase en condiciones óptimas”, expresa también José Luis Arias, de Comercio Exterior.
Tampoco hay que olvidar que la mayoría de trabajos que se encarga a los estudiantes están basados en libros y documentales que solamente se encuentran en las bibliotecas. “Si cierran bibliotecas, cierran las facultades... ¿a dónde vamos entonces a por recursos? Porque en Internet escasean” resalta Arias.
“Y a eso súmale que estamos pagando una matrícula que es bastante alta para la situación en la que estamos. Que la facultad me cobre lo que me cobra para estar cerrada, y sin embargo la gente pueda seguir yendo a gimnasios, espectáculos deportivos o culturales y a fiestas en sus casas me preocupa bastante”, prosigue diciendo Daniel. “Efectivamente, es que estamos pagando unas clases presenciales cuando ni siquiera estamos haciendo uso de las instalaciones de la facultad”, define Marta Medina, de la facultad de Filosofía y Letras. “Ese es nuestro problema, que como juventud no somos nada reivindicativos a la hora de unirnos y montar una huelga, sólo sabemos subir un post a nuestras redes sociales”, concluye la estudiante.
Ante esto, los alumnos lo califican como una medida injusta frente al resto de limitaciones que se han ido estableciendo en Andalucía. El acceso a las aulas restringido a pesar de que determinados eventos sí cuentan con presencia de público genera desconcierto en los estudiantes cordobeses. Como solución, todos están de acuerdo en que lo más importante ahora es cumplir con el reglamento y se pueda volver cuanto antes a la modalidad presencial.
El rector cree asumible la no presencialidad en la UCO
El rector de la Universidad de Córdoba (UCO), José Carlos Gómez Villamandos, considera, ante la supresión de las clases presenciales en la Universidad impuesta por el Gobierno andaluz para reducir los contagios de Covid-19, que aunque “no es una medida que guste”, ya que “se pierde el valor añadido de la presencialidad”, la cual valoran los alumnos, sí que es una medida asumible para la UCO, siempre que se mantenga la presencialidad para las prácticas.
En este sentido y en declaraciones a Europa Press, Gómez Villamandos ha recordado que el pasado 30 de octubre ya emitió una resolución rectoral mediante la “se modificaba presencialidad del Personal de Administración y Servicios (PAS)”, en cuanto a que “se iba a trabajar en equipos burbuja, y por otro lado, en el ámbito de la docencia, animábamos” a un mayor uso de “la videoconferencia” para las clases.
En consecuencia y ante las medidas que ha adoptado ahora el Ejecutivo andaluz, en la UCO están “preparados” para aplicarlas y entienden que así sea, teniendo en cuenta que “la población universitaria tiene distintos orígenes”, en la provincia de Córdoba y fuera de ella, es decir, procede de zonas con mayor o menor incidencia del Covid-19 y, una vez en Córdoba, esta población universitaria “se mueve por toda la ciudad”, pues “no tiene una situación de control como sí tienen los colegios, en cuanto a movilidad”.
Eso supone, según ha reconocido el rector, que “evidentemente haya un riesgo añadido, un riesgo comunitario en ese sentido”, de modo que con la medida de la Junta de prohibir las clases presenciales en la Universidad, pero manteniéndola para las prácticas, se atiende a lo que, a este respecto, venía reclamando la UCO, con lo que “la docencia práctica sigue siendo presencial en sus distintos ámbitos”.
En consecuencia, la supresión de las clases presenciales universitarias por la Junta de Andalucía “no es una medida que guste, por disminuir el valor añadido” que conlleva la presencialidad, pero, “si son dos semanas, tampoco pasa absolutamente nada”, y lo importante, según ha insistido Gómez Villamandos, es que se mantiene la presencialidad para las clases prácticas, pues con ello “minimizamos mucho el efecto negativo” de la medida, con la cual están “conformes” en la UCO.
La ventaja con la que juega la Universidad de Córdoba ahora, según ha señalado su rector, es que “septiembre y octubre enteros los hemos tenido con esa docencia bimodal”, alternando clases presenciales con clases telemáticas, lo que ha permitido al alumnado de primer curso “integrarse ya en la estructura universitaria de una forma normal”, si bien le consta a Gómez Villamandos “que a los estudiantes les gustaría seguir con la docencia presencial en gran medida, porque además así nos lo han reclamado”.
Sin embargo, según ha subrayado el rector, “la situación sanitaria y los criterios técnicos de carácter sanitario son los que deben imperar, y todo lo demás lo podremos ir recuperando” en cuanto sea posible, porque, según ha reiterado, “ahora mismo lo más importante es contribuir a frenar la enfermedad y contribuir también a que vaya disminuyendo el número de fallecidos”.
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