Tributo a la Verdadera Cruz en la Mezquita Catedral
Una magna exposición como broche perfecto para cerrar el Año de la Misericordia en Córdoba. Esa es la impresión que queda sobre la muestra “Eterna es su Misericordia: la Vera Cruz en la Diócesis de Córdoba” tras visitarla en la Mezquita Catedral. Para que desde este domingo sea una realidad se han unido muchos esfuerzos e intenciones. Principalmente, los de hasta 18 hermandades de la provincia que han puesto su patrimonio a disposición de la exposición y del Cabildo Catedral, que ha cedido las naves de la ampliación de Almanzor para que las ocupen imágenes titulares con gran devoción en sus localidades de origen, Lignum Crucis venerados por diferentes cofradías y patrimonio documental que no suele mostrarse al público con normalidad.
De hecho, la idea original de la exposición no suponía algo tan grande como se ha hecho finalmente. Pero el empeño del consiliario de la hermandad organizadora, la Vera Cruz de Córdoba, y a la sazón delegado del obispo para las hermandades cordobesas, Pedro Soldado, así como del Cabildo de la Catedral animaron a la cofradía del Lunes Santo a preparar algo de mayor envergadura respecto a lo que había previsto, aportando por su parte la Mezquita Catedral, un escenario que engrandece de por sí.
Así lo explicó en la inauguración de la muestra Pedro Soldado, quien expresó que se trata de algo “a caballo entre el culto y la cultura”. No en vano, allí se exponen bastantes imágenes sagradas que imprimen un carácter especial al evento y que junto al resto del patrimonio que se da a conocer suponen una síntesis “que va del siglo XVI al XXI y nos acerca a la importancia de nuestras hermandades y la devoción a la Vera Cruz” en la Iglesia de Córdoba, dijo el también canónigo.
Soldado animó asimismo a los presentes en la inauguración, decenas de personas que acudieron tras la conclusión de la misa de doce en la Catedral, a que el Año de la Misericordia que el mes que viene acaba “se plasme en las obras de misericordia que manan de las imágenes y que nosotros tenemos que plasmar en nuestras relaciones”.
Algunas de esas imágenes que inspiran a la misericordia en la vida cotidiana de cada cual aparecen en la exposición en el perímetro de una sala creada con paneles, alrededor del pequeño museo efímero que supone la muestra, que impresiona nada más acercarse a su entrada. Lo hace por la concentración de imágenes de Cristo en tan reducido espacio; por la concentración de tanta devoción, alguna proveniente de siglos.
Extenso recorrido devocional
Así, aunque abre la muestra la bella y reciente cruz de guía de la Vera Cruz de Córdoba, que este domingo era fotografiada por algunos de los visitantes, la vista se va enseguida a distintos puntos de la sala que llaman la atención. Como el conjunto del Cristo de la Vera Cruz y San Francisco de Bujalance, una de las tallas más recientes, de 1994, obra de Francisco Romero Zafra. Cerca de él aparece otro Crucificado de aún más reciente factura, el de la Vera Cruz de Posadas, obra de Navarro Arteaga en 2014, y en la misma zona Jesús Preso de Castro del Río, que data de 1942 y es obra de Amadeo Ruiz Olmos.
Se trata de imágenes contemporáneas como lo es la del Señor de los Reyes, de 1987, que vestido con túnica roja bordada “preside” la muestra al fondo de ella. Esta obra de Dubé de Luque es el titular de la cofradía organizadora y tiene a su izquierda uno de los elementos más singulares de todo el espacio expositivo: la Cruz de los Sacramentos, una pieza original del siglo XVII, obra de Pedro Ximénez de Valenzuela que se puede ver en Cabra y característica por las cintas de colores que unen los tres clavos de la cruz.
El comisario de la exposición es Rafael Mariscal, quien durante la inauguración indicó que con su trabajo ha pretendido una finalidad didáctica así como que “la devoción y el arte rindan homenaje a la Misericordia de Dios” en una muestra que queda plasmada y se completa en un catálogo que “sea referente para estudiosos e investigadores”. Este libro-catálogo recoge, entre otros, un estudio de Juan Aranda Doncel acerca de la historia de las hermandades de la Vera Cruz de Córdoba entre los siglos XVI -cuando comienzan a surgir- y XIX u otro de Asunción Saint-Gerons sobre la realidad de las cofradías bajo dicha advocación en la centuria del XX. La obra se verá completada con fichas individuales de cada una de las imágenes presentes en la muestra, trabajo que ha corrido a cargo de María Rodríguez González y José Carlos Álvarez Ballesteros.
De todas esas imágenes, destacarán algunas por su antigüedad. Así, en la Mezquita Catedral se pueden contemplar, entre otros, el Cristo de la Vera Cruz de Luque, de 1568, o el de la misma advocación de La Rambla, fechado a finales del siglo XVI y princpios del XVII. También el Cristo de la Vera Cruz de Santaella, anónimo de principios del XV, o el Cristo de la Sangre, anónimo del siglo XVI. Éste aparece al lado izquierdo de la sala, donde también se pueden ver otras obras antiguas como el Santo Cristo de la Vera Cruz de Montemayor, de 1550-1560 o el Amarrado a la Columna de Rute, de 1665, además de importantes imágenes veneradas en Baena, Montoro o Almodóvar del Río. Con todas ellas pudieron verse este domingo en la inauguración a devotos haciéndose fotografías aprovechando su inusual cercanía ya que se encuentran sobre peanas cercanas al suelo.
Lignum Crucis y patrimonio documental
En un espacio central, en hilera, se han dispuesto los Lignum Crucis y la Cruz Guiona del Campo de la Verdad, además de los paneles que dividen en tres apartados las exposición y que aluden a la “a la figura de María Madre de la Miericordia; a la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo como expresión de la Miericordia del Padre; y a la Vera Cruz, Árbol de Misericordia, como garantía de salvación”. Junto a estos paneles explicativos pueden contemplarse un Nazareno con cruz al hombro del siglo XVI perteneciente a una de las capillas de la Mezquita Catedral y una Inmaculada de Pedro de Mena.
Por último, aunque no por ello de menor interés, aparecen intercalados entre las imágenes sagradas documentos pertenecientes a las hermandades que participan. Algunos de ellos muy antiguos y de gran valor. Así, pueden verse las Constituciones de la Vera Cruz de Castro del Río, datadas en 1499; las de la Vera Cruz de Cabra, de 1552; o las de esta hermandad de Posadas, del siglo XVI también. Otros documentos que aparecen en la muestra son los Anales históricos de la Vera Cruz de Santaella, entre los siglos XVI y XVII o una indulgencia del Beato Fray Diego José de Cádiz de 1798 perteneciente a la Vera Cruz de Cabra.
Todo está reunido en la Catedral de Córdoba, según palabras de la hermana mayor de la Vera Cruz de Córdoba, Salud Aguilar, porque “verdaderamente creemos que eterna es su Misericordia, por eso estamos aquí”, además de para “afianzar nuestra fe y amor a la Santa y Verdadera Cruz” y a la Iglesia.
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