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Sancionado un guardia civil por negarse a abandonar un bar y faltar el respeto a dos policías locales

Un agente de la Guardia Civil, en una imagen de archivo

Alejandra Luque

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Un guardia civil destinado en Fuente Tójar (Córdoba) ha sido suspendido de empleo y sueldo durante cinco días como autor responsable de una falta grave consistente en “la observancia de conductas gravemente contrarias a la dignidad de la Guardia Civil” por negarse a abandonar un bar cuando iba a cerrar, así como por faltar el respeto a dos policías locales que acudieron al establecimiento, por lo que además fue denunciado administrativamente.

Los hechos ocurrieron el 23 de octubre de 2020, cuando este guardia civil, que se encontraba fuera de servicio, estaba en un bar de Priego de Córdoba junto a otro agente. Cuando el propietario del establecimiento se dispuso a cerrarlo, emplazó a ambos agentes y al resto de clientes a abandonarlo, ante lo cual, los primeros se negaron. Por ello, el dueño requirió de la presencia de la Policía Local de Priego.

Cuando estos agentes llegaron al bar, el guardia civil condenado se resistió a marcharse y a identificarse, desobedeciendo así las indicaciones que le hacían los policías locales. Para evitar mayores incidentes, el guardia civil fue trasladado a la Jefatura de la Policía Local más cercana, donde el procesado continuó manteniendo la misma actitud, negándose inicialmente a identificarse. Esto provocó que fuera denunciado por desobediencia a los agentes de la autoridad y por faltar el respeto a los mismos.

Durante la intervención, el guardia civil, además de demostrar “un absoluto desprecio” hacia el cumplimiento de la normativa municipal existente sobre el horario de cierre de los establecimientos -“que por su condición de miembro del Cuerpo encontraba obligado a cumplir-, en estado de alteración, con hablar pastoso y signos externos de haber ingerido alcohol, de modo desafiante y amenazante se dirigió a los policías locales al solicitar su identificación” en dos ocasiones, según la sentencia a la que ha accedido este medio.

Junto a su negativa, el guardia civil les espetó “ustedes no sois nadie para pedirme la documentación”, indicándoles que hablaría con su superior, diciéndoles “sois gilipollas”. Cuando un policía local le dijo que sí “tenía miedo”, el procesado le respondió con un “miedo yo, te como muchacho, te como”. Finalmente, accedió a ser identificado pero, cuando le fue comunicada la denuncia, manifestó a los policías locales que les “iba a quitar el traje”, “gilipollas” y que les diera sus “números de placa”.

La sanción fue impuesta en julio de 2022 por el Tribunal Militar Central y fue recurrida por el agente ante la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo. En su recurso, el condenado alegó que las infracciones administrativas habían prescrito, por lo que también debería ocurrir lo mismo con esta sanción, impuesta de acuerdo con el régimen disciplinario de la Guardia Civil. Sin embargo, el Supremo no ha admitido el recurso, ya que el agente no ha acreditado que las infracciones hayan prescrito. No obstante, y si así hubiera ocurrido, los hechos son constitutivos de una infracción prevista en la ley disciplinaria de la Guardia Civil y que no está prescrita.

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