“El transformismo me ha aportado algo que me hacía falta: confianza en mí mismo”
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Suena Gloria Trevi. Luego lo hace Mónica Naranjo y su Sobreviviré. Alegatos a una resistencia necesaria y a una lucha interior para saber quién eres. José Manuel tiene 24 años y estudia en la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD). Cuando se sube a un escenario, su lado masculino y su testosterona los echa a un lado para transformarse en Imperio Reina. Asegura que es sólo un personaje que ha creado. No duda de su orientación sexual y tampoco se siente mujer. “Me lo han preguntado muchas veces. Yo soy homosexual y sé quién soy”. Llega a las 16:00 a la Escuela. A las 19:00 empezará una gala LGTBI que ha puesto en marcha el grupo DiversiESAD, una asociación en la que participan alumnos y profesores, que vio la luz este año y que tiene un objetivo claro: la normalización y visibilización del colectivo LGTBI. Por delante le esperan tres largas horas para no dejar rastro de José Manuel.
“Comencé en el mundo del transformismo hace dos años y medio por pura casualidad. Un día, un amigo -que también organiza la gala- y yo salíamos de un local y, como siempre voy cantando, el portero me comentó que se iba a abrir un local de ambiente. Me preguntó que si me gustaría actuar allí. Lo primero que le dije es si se ganaba dinero (risas). Un colega ya me sugirió que por qué no hacía un espectáculo de transformismo y le dije que estupendo”. Así comienza la historia de Imperio Reina, una mujer que sobre el escenario ofrece un show “atrevido y gracioso” donde, en ocasiones, llega a interpretar ópera.
En la gala, Imperio Reina se cambiará de vestido hasta en tres ocasiones. Azul eléctrico, plata y oro. Colores llamativos para un espectáculo que pretende ser deslumbrante. “Mi madre son nueve hermanos y de ellos he cogido vestidos. Otros los he retocado y uno lo he comprado en Wallapop (risas)”. La necesidad y el deseo agudizan el ingenio. Sabe que el mundo del transformismo es caro. “Qué dineral me dejo en maquillaje”, apunta mientras comienza a retocar su rostro para hacer desaparecer esa barba incipiente. Medias, zapatos, sujetadores, pelucas... El aula cinco de la Escuela está ahora mismo invadida por todo el arsenal que José Manuel necesita para romper todas las barreras físicas y ser Imperio Reina. “Es un personaje que yo mismo he creado y que es una proyección de mí mismo. El transformismo no es como quien crea un personaje para una obra de teatro, donde tienes que crear una construcción física y vocal del personaje”. Imperio Reina es José Manuel y viceversa.
Después de dos años y medio, y de cursar el título de experto sobre cómo perseguir tus sueños y no morir en el intento, Imperio Reina se va haciendo al sinfín de brochas de maquillaje que le acompañan en cada espectáculo. Un simple labial puede llegar a ocultar todos sus rasgos masculinos. Sonríe mientras se mira en el espejo. “¿Qué hora es?”, pregunta. “Las seis. Queda una hora para la gala”, responde Lola, una amiga esteticista que le acompaña.
Parece feliz. Lo es. José Manuel ha encontrado la liberación en Imperio Reina. Le ha aportado confianza en sí mismo y ese empuje para poder expresar su talento y su arte. Lleva en la Escuela cinco años formándose en teatro, aunque anteriormente ya hizo sus pequeños pinitos como amateur en su pueblo, Montilla. “Después de dos años estudiando, veía que aprendía pero Imperio Reina me ha aportado un poco de confianza para ser artista y poder expresarme. Esto es muy importante para mí”.
Lola le acaba de maquillar los ojos pero Imperio Reina quiere más luz. Sigue sonando Sobreviviré. “Y pensar que mucha gente cree que esta canción es de Mónica Naranjo...”. “Ah, ¿no es de ella?”, pregunta una que nunca ha cuestionado la autoría de este tema, que siempre ha dado por hecho que el legendario tema era obra de la artista catalana. “Qué va, qué va. Es de la cantante italiana Mina, por eso el disco de Mónica en el que incluye esta canción se llama Minage”.
Imperio Reina ya va tarde. La gala se retrasa tan sólo media hora para que todo esté listo. Es la primera vez que la Escuela va a vivir una jornada de fiesta en torno al colectivo LGTBI. Han sido tres estudiantes -José Manuel, Bernabé y Juan Antonio- los que decidieron poner en marcha esta asociación. “No sé por qué a nadie se le había ocurrido. En esta Escuela hay mucha diversidad sexual. Se respira arte. De hecho, los homosexuales nos hemos refugiado mucho en él”, explica Imperio Reina. A lo largo del curso, esta asociación ha realizado reuniones y fue en la última donde se decidió hacer esta gala “para reivindicar nuestros derechos. Y a la gente le encantó”.
Sale de su improvisado camerino y sabe que lo que vivirá a continuación es su despedida de la Escuela. “Por suerte, mucha gente me ha aceptado a mí y a mi personaje. Nos tienen cariño”. Cuando en junio se cierren las puertas de la ESAD, a José Manuel y a Imperio Reina les esperan otros caminos. En principio viajarán a Madrid para presentarse a todos los castings que sean posibles. “Me gustaría dedicarme a la escena. Eso sí lo tengo claro”. Enfila un pequeño pasillo para reunirse con aquellos con los que saborea la libertad.
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