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Un toro íbero expoliado en Córdoba en los años 90 lleva a detener al director de un museo

El toro íbero recuperado.

Carmen Reina / Redacción Cordópolis

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En 2021, la Policía Nacional recuperó una escultura de origen íbero procedente de expolio y con antigüedad establecida entre el siglo IV y V a.C. La pieza, que representa a un toro, fue localizada en un museo perteneciente a una fundación privada ubicado en la provincia de Tarragona y se logró saber que había sido expoliada en la provincia de Córdoba. 

El autor del expolio reconoció que en los años 90, cuando se encontraba realizando tareas agrícolas en terrenos del cortijo en el que trabajaba, encontró dos bloques de una misma escultura que representaba un toro. Según esta persona, la noticia del hallazgo se propagó rápidamente siendo bastantes las personas que, desde diferentes puntos de la geografía española, se interesaron por su adquisición, vendiéndola finalmente a un ciudadano procedente de Barcelona.

Ahora, siguiendo la pista de aquel toro íbero procedente de Córdoba, la investigación de la Policía Nacional ha acabado en estos días con la detención del director del museo que lo exponía y la recuperación de 37 relevantes piezas arqueológicas de origen ilícito y otras 18 piezas falsificadas.

Todas ellas se encontraban en el museo de la citada fundación privada en la provincia de Tarragona, cuyo director ha sido detenido como presunto responsable de delitos contra el patrimonio histórico, receptación y sustracción de cosa propia a su utilidad social o cultural, según ha informado la Policía Nacional.

El pasado mes de junio de 2021 fue intervenida en un museo tarraconense una escultura de un toro de origen íbero procedente de un expolio cometido en la provincia Córdoba a finales de los años 90. Fue durante esta actuación, cuando los investigadores repararon en que en el museo se exhibían bienes arqueológicos que por su apariencia podrían proceder igualmente de expolio arqueológico. Estas sospechas dieron pie a la apertura de una investigación para aclarar el origen de los mismos.

Como resultado de las pesquisas policiales los agentes se incautaron por mandato judicial de un total de 55 piezas entre las que se encontraban esculturas íberas, fragmentos de un mosaico romano y otros objetos de origen celtibérico. Estos últimos fueron trasladadas a Zaragoza para su estudio por técnicos del Gobierno de Aragón, mientras que el resto fueron analizadas por expertos designados por el Ministerio de Cultura y Deporte.

Las piezas intervenidas

Entre los efectos aprehendidos destacan por su importancia cinco cascos; dos romanos de tipo montefortino y otros tres de origen celtibérico. Estos últimos son piezas icónicas vinculadas con el expolio de la conocida ciudad celtibérica de Aratis (Aranda del Moncayo, Zaragoza) y su entorno más inmediato. Dos son cascos hispano-calcídicos, datados aproximadamente en el s.III a.C y similares a los depositados en el Museo Provincial de la capital aragonesa tras sentencia 335/2010, de 19 de junio de 2020, de la sala de lo penal del Tribunal Supremo. El tercer casco celtibérico, una variante única del tipo Alpanseque - Almaluez, cuya cronología se sitúa entre los siglos IV y III a.C., es también una pieza de extraordinario valor arqueológico.

Procedentes igualmente de la ciudad celtibérica de Aratis y de su entorno inmediato, la Policía se incautó de otras piezas de gran relevancia: discos coraza o kardiophylakes, numerosas piezas metálicas de forma tetralobulada que servían como adorno personal de los guerreros, umbos de escudo, placas de cinturón, un tahalí o cinturón de garfio, placas pectorales utilizadas con carácter ornamental, etc. Entre estas últimas destaca una pieza calada excepcional por su rareza e integridad, ya que hasta ahora únicamente se habían hallado fragmentos mínimos de piezas similares.

La ya referida sentencia del Tribunal Supremo considera como un hecho probado el origen ilícito de todos los materiales vinculados con el yacimiento de Aratis y su entorno, expoliados de manera sistemática desde su hallazgo casual a finales de los años ochenta.

El nexo entre Aratis y los bienes intervenidos en el museo tarraconense se pone de manifiesto en los informes periciales redactados por los expertos, ya que se da la coincidencia de que una de las placas intervenidas por la Policía Nacional es idéntica a otra intervenida a los acusados de la referida causa. Ambas piezas fueron creadas mediante el uso de un único troquel, probablemente por un mismo artesano, dentro de un mismo lote o serie de producción.

Además de los materiales procedentes de Aragón, la intervención policial afecta a piezas con otros orígenes geográficos, principalmente Andalucía. Destacan cuatro fragmentos de un mosaico tardorromano que los investigadores identificaron indudablemente como procedente de expolio, ya que contaban con la imagen del mosaico integro antes de que fuera hallado y troceado por los expoliadores para su venta en el mercado ilícito. Igualmente se recuperaron dos esculturas íberas que, debido a su mal estado de conservación, quedaron depositadas en el museo a disposición judicial.

De las 55 piezas analizadas por los especialistas, se concluyó tras su estudio que 37 eran originales y que las otras 18 eran falsificaciones.

La investigación finalizó con la detención del responsable del museo como presunto autor de delitos contra el patrimonio histórico, receptación y sustracción de cosa propia a su utilidad social o cultural.

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