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El “sí quiero” matrimonial ante notario

Un notario firma en su despacho

Redacción Cordópolis

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El matrimonio no es solo una cuestión de amor, sino también un acto jurídico que hace que en absoluto se trate de un asunto apto para todos los públicos. Es ahí donde entra en juego el notario, que va dejando atrás todos los estereotipos que lo rodeaban, esa imagen de cierta frialdad y distancia que la sociedad tenía de ellos. Rafael Bescansa, titular de la Notaría Bescansa –de Córdoba capital-, repasa sus nuevas atribuciones, pues desde hace tan solo tres meses la Ley de Registro Civil les permite acometer desde la gestión del expediente hasta la boda propiamente dicha. Conviene recordar que hace ya seis años que pueden casar, pero ahora también pueden tramitar el expediente, una labor que, entre otras cosas, ayuda a desatascar los Registros Civiles.

A Bescansa ya le ha tocado su primera tramitación y ejecución de matrimonio en la oficina que tiene en la calle Gondomar. Y es así, le ha tocado, ya que, como bien explica el propio notario, “cuando una persona quiere contraer matrimonio ante notario lo que hace es dirigirse al colegio notarial correspondiente y por turnos le corresponde a una notaría”. Se trata de un sistema de rotación que posibilita que todos los profesionales trabajen en igualdad de condiciones.

Para él, como para cualquier otro notario tanto de Córdoba como del resto de España, se trata de algo nuevo, ya que hasta este momento le llegaba toda la tramitación y solo tenía que certificar la unión entre los contrayentes. Bescansa explica, tras el primer caso asignado por el citado sistema de turnos, que “he tenido que reunirme por separado con ellos para conocer su situación y analizarlo todo”. El notario les preguntó prácticamente por todo lo que tiene que ver con su vida personal y laboral. Así, por ejemplo, una de las cuestiones que les planteó –siempre por separado- es si han tenido hijos en anteriores relaciones. También les ha preguntado si se trata de su primer matrimonio y sin son solteros.

La ronda de preguntas da un paso más y profundiza en la intimidad de estos dos cordobeses. Bescansa se interesa por el lugar en el que residen, tanto si es individual como si han iniciado ya la convivencia en un domicilio. Pide que le digan cuáles son sus gustos personales, si están seguros de contraer matrimonio y hasta el volumen de ingresos que tiene cada uno. “Cualquiera de estos datos tiene importancia en la gestión del expediente”, destaca el colegiado. Les pregunta hasta cuál es el régimen matrimonial que han acordado, un apartado fundamental en este proceso y que el propio Bescansa se encarga de explicar por si queda “algún fleco suelto y con la finalidad de evitar problemas en el futuro”.

Estas audiencias previas también tienen presentes a los testigos del expediente, que no tienen por qué ser obligatoriamente los mismos que luego intervendrán en la boda. Estas reuniones se hacen igualmente por separado a los contrayentes y sirven para “valorar si realmente el expediente se puede tramitar y no existen coacciones ni vicios ni ningún interés fuera de la formación de una familia”. 

Con toda esta fase de encuentros con contrayentes y testigos concluida, Bescansa remite el expediente al Registro Civil, de manera que ya solo quedará pendiente la celebración del matrimonio y la posterior inscripción en el libro de registro. “De esta manera estamos asumiendo una competencia y unos roles que nos acercan mucho más a los ciudadanos a través de un acto de gran importancia para ellos, como es el matrimonio”, señala el notario, que concluye con alto valor que tiene “tanto lo jurídico como lo personal” en el enlace.

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