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La familia de la mujer cuya muerte se investiga por intoxicación dice que no le hicieron pruebas específicas

Puerta del servicio de Urgencias del hospital Cruz Roja de Córdoba.

Juan Velasco

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La familia de la mujer cuya muerte se investiga por su presunta relación con una intoxicación alimentaria masiva en Córdoba dice que falleció antes de que se le hicieran las pruebas específicas de heces y/o vómitos que podrían identificar con más precisión la causa del deceso.

La familia de la mujer, que tenía 63 años en el momento de la muerte, ha explicado a Cordópolis que ésta acudió de urgencias al Hospital de la Cruz Roja, un centro privado, y que murió a las 36 horas. Mientras estuvo ingresada en este centro, siempre según su relato, sí que se le hicieron pruebas hematológicas (es decir, de sangre), pero no llegaron a someterla a coprocultivos (un examen de laboratorio para encontrar organismos en las heces que puedan causar enfermedad y síntomas gastrointestinales).

“No le pudieron hacer pruebas ni de heces ni de orina. Con lo cual no tenemos ningún tipo de prueba que relacione su muerte con el brote”, aclaran las fuentes consultadas por este periódico, que concretan que el informe médico dicta que el fallecimiento de la mujer se produjo por “un shock séptico”, equivalente a una “infección multiorgánica” causada por una “bacteria”.

En ningún momento la familia ha acusado a este establecimiento de la muerte de mi suegra

Portavoz de la familia de la mujer fallecida

Para la familia de la fallecida hay en estos momentos más dudas que certezas respecto a las causas que condujeron a la muerte de su allegada. Por eso mismo, manifiestan que ellos nunca han vinculado el fallecimiento con el brote que presuntamente se habría originado en una taberna de Córdoba.

“En ningún momento la familia ha acusado a este establecimiento de la muerte de mi suegra. En ningún momento se ha hecho eso, entre otras cosas porque no tenemos pruebas”, especifica la portavoz de la familia. Además, aclaran que, tras su muerte, no se le practicó autopsia y fue incinerada.

La activación del protocolo

Por otra parte, también han señalado que desconocen por qué no se activó el protocolo de toxi-infección alimentaria ni en Cruz Roja ni el Hospital San Juan de Dios, otro centro privado de Córdoba donde se atendió a dos pacientes con síntomas de enfermedad gastrointestinal que comunicaron haber formado parte de una misma comida en la que había más personas con indicios similares.

Respecto a estos dos casos que fueron atendidos en San Juan de Dios, desde la familia de la fallecida aseguran que “hay informes clínicos donde se declara que ha habido intoxicación alimentaria”. “Se entiende que deberían haberlo notificado, pero no sé si se hizo realmente, la verdad. Se escapa un poco de nuestra comprensión”, apostillan desde el entorno familiar de la mujer fallecida.

Por el momento, estos dos centros privados guardan silencio sobre el caso. “Puesto que es un caso que se está investigando por Salud Pública no vamos a realizar ninguna declaración al respecto”, han señalado desde San Juan de Dios. “Se trata de un caso que se está investigando y no vamos a ofrecer ninguna información al respecto por ahora. La Delegación de Salud está siendo la fuente de información oficial en este caso”, han respondido desde Cruz Roja.

La Delegación de Salud, por su parte, ha comunicado este jueves que no va a dar más información sobre la investigación hasta que el laboratorio analice las muestras que fueron tomadas en el restaurante donde presuntamente se habría originado el brote.

Lo que dice el protocolo

El citado protocolo de actuación ante alerta por toxi-infección alimentaria (T.I.A.), vigente desde 2019, establece que los profesionales de la salud –ya sea en centros públicos o privados– que atiendan a enfermos con sospecha de enfermedad transmitida por alimentos “deberán solicitar coprocultivos a los mismos, o cualquier otro tipo de muestra de interés diagnóstico (vómitos) que ayude a determinar el agente causal. Para esta tarea se cumplimentará el informe de la obtención de muestras clínicas”. 

También señala que, en los Servicios de Urgencias de los Hospitales, “en las peticiones de coprocultivos deben identificarse como Brote TIA, incluir la sospecha clínica e identificar al Servicio de Medicina Preventiva como destinatario de los resultados”. 

Asimismo, el citado documento define la alerta por brote de toxi-infección alimentaria cuando se dan “dos o más casos de una enfermedad o cuadro clínico similar que se asocia con una fuente o vehículo común de transmisión alimentaria”, y también cuando se da “un solo caso con implicación de un establecimiento público o un alimento comercializado”.

La declaración de un brote de esta enfermedad tiene consideración de alerta en salud pública y su forma de declaración está establecida como urgente. Así, se apunta a que, si los síntomas se detectan desde Atención Primaria, se deben comunicar directamente al Epidemiólogo del Distrito correspondiente. Si, como ha ocurrido en este caso, se detectan en Urgencias, el proceso consiste en comunicarlo a Medicina Preventiva, que lo comunicará con urgencia al Epidemiólogo del Distrito.

Eso, si es entre semana. Si ocurre en fin de semana o festivos, el protocolo advierte de que la alerta será canalizada a través de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES), que será la que se encargará de localizar al Equipo de Guardia Provincial para que se lleve a cabo la intervención necesaria, según el protocolo de coordinación EPES-Red de Vigilancia Epidemiológica.

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