El PSOE pide al Gobierno que se oponga a la ampliación de El Cabril
Los diputados socialistas en el Congreso Miriam Alconchel y Salvador de la Encina han registrado una proposición no de Ley en la que pide al Gobierno que se oponga a una ampliación del almacén nuclear centralizado de El Cabril, en el término del municipio cordobés de Hornachuelos, y que se proceda a la clausura y sellado del centro de almacenamiento de dichos residuos una vez se complete la capacidad autorizada.
Además, en el texto, al que ha tenido acceso Europa Press, los socialistas reclaman que en el marco del Plan General de Residuos Radiactivos, actualmente en elaboración, se definan nuevos emplazamientos para dar respuesta al “previsible futuro aumento de residuos radiactivos de media y baja actividad” que podrían llegar a este almacén.
En la parte argumentativa de la propuesta, los diputados socialistas exponen que la mayoría de los residuos que se almacenan en El Cabril proceden del desmantelamiento de las centrales nucleares y en menor medida de investigaciones científicas diversas y de tratamientos médicos.
Por esto, es para ellos “razonable” que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y el Gobierno, a la hora de planificar y definir el tratamiento futuro de este tipo de residuos, entiendan que Andalucía “ha contribuido ya, de manera solidaria”, con el resto del estado en esta materia y por eso es de recibo que se opongan a la ampliación de El Cabril, “garantizando su clausura y sellado una vez se complete la capacidad legalmente autorizada y los efectos de la orden que la regula”.
Según detalla el PSOE, la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) y el Centro de Almacenamiento de Residuos Radiactivos de media y baja actividad que la empresa tiene en la Sierra Albarrana, en el municipio cordobés de Hornachuelos, anunció el inicio de los trámites para conseguir los permisos que permitan duplicar la capacidad de almacenamiento de El Cabril. Esto provocó “el rechazo de la mayoría de los ciudadanos y del gobierno de la Junta de Andalucía”.
Así, los socialistas remachan que dicha intención pone de manifiesto la posibilidad que el Gobierno decida ampliar la capacidad de almacenamiento y de emisión de radiactividad del cementerio nuclear de El Cabril “en contra de las decisiones que el Parlamento andaluz ha adoptado en diversas ocasiones, con el acuerdo unánime de todas las fuerzas políticas representadas en el mismo”.
El origen del almacén
El origen de El Cabril se remonta a la utilización, desde 1961, de una antigua mina de uranio para depositar residuos contaminados de radiactividad procedentes de las primeras investigaciones que con este tipo de material se empezaban a realizar en España. La publicación de la noticia de su existencia, en el año 1976, provocó, según narra el PSOE, “un gran impacto en la ciudadanía y generó un movimiento de rechazo y oposición a su propia existencia y a las condiciones en las que sé llevaba a cabo el tratamiento y almacenamiento de los residuos”.
Desde aquellos momentos han sido muchos los debates y diversas y variadas las decisiones adoptadas por el Parlamento andaluz y por distintas administraciones públicas, en relación con la regularización y legalización de las instalaciones existentes en el momento de su descubrimiento, con el carácter eventual o permanente de las mismas, con el tipo y la capacidad de misión de los elementos radiactivos que se podían almacenar, con la capacidad máxima de almacenamiento y con su clausura y cierre definitivo.
De hecho, la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento andaluz aprobó en 2006, por unanimidad de PA, IULV-CA, PP-A y PSOE-A, una PNL en la que se instaba al Consejo de Gobierno a que, en el ámbito de sus competencias, se opusiera a nuevas ampliaciones del centro de almacenamiento de residuos de baja y media actividad de El Cabril y a que rechazara cualquier pretensión por parte de Enresa de construir en Andalucía instalaciones para el almacenamiento de residuos de alta actividad.
La capacidad de almacenamiento de residuos de El Cabril está regulada por la Orden de la Dirección General de política Energética y Minas de 21 de octubre de 2001 que establece que la autorización que se otorga tendrá validez hasta que se complete el volumen disponible para el almacenamiento en las celdas existentes. Si la capacidad se completa, el titular tendrá que justificar la seguridad de la instalación y la protección radiológica del personal para, cuando esté todo el orden y autorizado, proceder a la clausura.
La capacidad de almacenamiento autorizada para el cementerio nuclear de El Cabril es, según detalla el PSOE, de 28 celdas, ya construidas, numeradas de la 1 a la 28, con una capacidad volumétrica de 100.000 metros cúbicos para residuos de media y baja actividad, y de cuatro celdas, numeradas como 29, 30, 31 y 32, con una capacidad volumétrica de 130.000 metros cúbicos, de las cuales solo está construida la 29, para residuos de muy baja actividad.
“La Comunidad Autónoma de Andalucía ha pagado con creces su cuota de solidaridad en esta materia”, argumenta el PSOE, que defiende que la comunidad andaluza ha garantizado “durante más de treinta años y por un periodo de 300 años”, el tratamiento y almacenamiento seguro de los residuos de media y baja actividad que se producen en el conjunto del Estado. Por ello, consideran que no se debe recurrir a la ampliación del almacén cordobés.
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