La mayoría de las noches en calabozo se evitarían con un juzgado de 24 horas
Una de las exigencias históricas de todos los juristas de Córdoba es la puesta en marcha de un juzgado de 24 horas en la capital. Todas las esperanzas estaban puestas en el edificio de la Ciudad de la Justicia, inminente nueva sede de la Audiencia Provincial, que se ha construido con una estancia reservada para este anhelado organismo. Pero el Colegio de Abogados ha comprobado con desazón que entre los planes de la Junta no está el poner en marcha este servicio de manera inmediata, sino esperar a que se ponga en marcha la nueva oficina judicial.
José Luis Garrido, decano del Colegio, insiste en que los más perjudicados por la inexistencia del juzgado de 24 horas son, precisamente los más desfavorecidos de la sociedad que vive en la marginalidad y suelen terminar en la delincuencia. Y no solo ellos son los afectados, sino también los usuarios de la justicia que no residen en Córdoba, como los turistas que sufren un delito. “Toda esa población flotante se ve agraviada. O bien tienen que pagarse una noche en Córdoba o bien desisten de seguir adelante con el procedimiento porque han de marcharse”, insiste el decano.
Pero el grueso de los beneficiarios, subraya José Luis Garrido, sería el de “los defendidos” por los letrados. “La mayoría de las noches de calabozo se habrían evitado con un juzgado 24 horas”, zanja. La razón es sencilla: los juzgados de guardia hacen turno de mañana y tarde pero no de noche. A partir de las 18:00 o 19:00 muchos jueces no aceptan más entradas y lo postergan al día siguiente. Eso obliga al detenido a dormir en el calabozo de Comisaría sabiendo que, como en la mayoría de los casos, será puesto en libertad a la mañana siguiente.
Esa historia la conoce bien el abogado Mario Garrido, quien calcula que el 90% de los detenidos evitarían pasar la noche en el cemento de los sótanos de la comisaría con la puesta en marcha del juzgado de 24 horas. Garrido es un veterano del turno de oficio y conoce bien lo que supone también para los letrados tener que demorar las causas. “Todo depende de las horas a las que pasen al juzgado y la complejidad de los expedientes pero está claro que cuando el juez decide postergarlo para el día siguiente al abogado le pueden complicar su organización porque muchas veces te citan en el juzgado a la misma hora en la que tienes una vista, por ejemplo”, destaca.
Por otro lado, Garrido considera que la última beneficiaria sería la propia administración de justicia porque aligerarían los procesos de instrucción. “Ahora mismo, con estos tiempos, la justicia funciona casi a arreones, a trompicones, y teniendo un juzgado de 24 horas los procedimientos podrían acelerarse por el simple hecho de no dejarse para el día siguiente”, termina.
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