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María José Sánchez: “Mi pregón será el de una cofrade comprometida, con mucho mensaje”

María José Sánchez, pregonera de la Semana Santa de 2018 | MADERO CUBERO

Redacción Cordópolis

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A pocos días de que desde el escenario del Teatro Góngora llegue al patio de butacas el anuncio de la Semana Santa, la pregonera de este 2018, la periodista María José Sánchez Ruiz se encuentra deseosa de compartir con los cofrades, con todos los cordobeses, el texto que ha fraguado durante los últimos meses y que no ha podido evitar que esté influido por sus vivencias mientras lo escribía. A sus 50 años, la Coordinadora de Informativos de Televisión en Canal Sur Córdoba es una cara conocida para muchos porque entra a la hora de comer en los salones de los hogares a través de la pequeña pantalla para informar de la actualidad de la capital y la provincia. Sin embargo, lo que se ve de ella es solo un rostro parlante que, sin opinar, cuenta lo que pasa a nuestro alrededor.

Ahora, con el pregón que ofrecerá en el Góngora -este año se celebra allí este acto al estar en obras el Gran Teatro- el próximo sábado 17 de marzo pasará a ser algo más cercana para quienes comparten con ella el amor por las cofradías, que ya en esta entrevista pueden hacerse una idea de quién les hablará de la Semana Santa próxima. Al encuentro con EL CIRINEO, que se produce de manera distendida y amena en una cafetería cercana a Capuchinos, llega risueña y con dos pulseras de tela en su muñeca: una de Humildad y Paciencia y otra de la Paz y Esperanza.

PREGUNTA. ¿Quién es María José Sánchez?

RESPUESTA. Una mujer, cristiana, comprometida, nueva cofrade o, mejor dicho, cofrade de a pie, así me gusta definirme, y que ahora tiene la oportunidad de que la conozcan un poco mejor.

P. ¿Cómo está siendo la espera del pregón? ¿Dulce, emotiva, impaciente? ¿Qué calificativo le pondría?

R. Hay de todo. Ha pasado del vértigo inicial, porque para nada me esperaba que la Agrupación de Cofradías me propusiera como pregonera, a algo apasionante. Se ha convertido en un reto que por inesperado tampoco nunca me imaginé que pudiera llegar a ser así y ahora ese vértigo se ha convertido en responsabilidad. No es que me preocupe porque, al fin y al cabo, te ofrecen un pregón y tú intentas dar lo mejor de ti, pero sí es verdad que ahora tienes la cosita de que tienes que exponerlo. El pregón ya ha salido de mí por así decirlo, y ahora ya sí soy consciente de la responsabilidad que supone ser pregonera de la Semana Santa.

P. Pero usted está acostumbrada a hablar para el público...

R. Sí, pero eso no tiene nada que ver, porque estoy acostumbrada a hablar para el público de las cosas que pasan en mi entorno, a informar de lo que pasa, pero en mi profesión no puedo ni debo mostrar sentimientos y ahora sí. El pregón es un puro sentimiento y eso causa muchísimo respeto y una responsabilidad enorme.

P. Quiere decir eso que va a hablar en tono y en clave distinta a como lo hace habitualmente.

R. Evidentemente. Yo informo en mi profesión habitual, me limito a informar de cosas que pasan y en clave informativa, y en el pregón soy un sentimiento abierto.

P. Se va a mostrar como es usted.

R. Absolutamente. Ahora sí que voy a ser yo, lógicamente.

P. ¿Tiene algún antecedente como exaltadora o pregonera?

R. No en Córdoba pero sí en Montoro que es el pueblo de toda mi familia. Además, allí también tengo ciertas vinculaciones cofrades y he tenido la oportunidad de pregonar a la Virgen del Rosario, que es la Patrona de Montoro. Fue en 2014, que hice el pregón de las fiestas y la feria, ahí fue cuando me estrené pero en Córdoba va a ser la primera vez.

P. ¿Por qué cree que ha sido designada pregonera este año?

R. Pues no lo sé, pero de lo que me siento más orgullosa es de que he sido designada pregonera como mujer y porque ya tocaba. Son setenta años y solo ha habido dos pregoneras y conmigo tres. Entonces intuyo que la Agrupación de Cofradías lo que quería en esta ocasión era una mujer pregonera y dentro del espectro se fijaron en mí. Y a mí lo que más me alegra es que por fin después de setenta años ya sea yo la tercera mujer que va a pregonar la Semana Santa.

P. ¿Y por qué después de tantos años es solo la tercera?

R. Eso quisiera yo saber. Y de hecho en mi pregón la presencia de la mujer va a tener un peso importantísimo. Y yo no soy quién para juzgar ni discutir decisiones ni para indagar por qué no se ha hecho hasta ahora, pero en el pregón voy a hacer una llamada de atención de la presencia de la mujer en las cofradías. Los números cantan.

P. ¿Cómo llega usted al mundo de las hermandades?

R. Me acerco por absolutamente devoción y porque me empuja la familia. Yo cuando empecé a trabajar me vine a vivir con mis padres a la calle Osario y entonces íbamos a misa y pudimos elegir ir a San Jacinto o a Capuchinos. Mis padres me llevaron a Capuchinos. Fue una llamada. Además, siempre me había atraído, por supuesto, la Virgen de la Paz. Tendría yo 20 años. Y cuando nació mi hijo, que ahora tiene 18 años, a los tres añitos lo hice hermano aunque yo no era hermana entonces y fue él quien me ligó todavía más a la cofradía. Tiempo después me hice hermana y así entré en el mundo cofrade de a pie. Cofrade de cultos, de quinarios, de rosarios y luego penitente de la Virgen pero sin formar parte del cortejo. Yo he formado parte del cortejo más bien tarde. Es devocional absolutamente mi relación con las cofradías.

P. Me dice usted que es católica practicante. Sabe que hay cofrades que desgraciadamente no lo son, ¿qué opina al respecto?

R. Respeto absoluto. No soy nadie para juzgar lo que cada persona hace y siente pero, lógicamente, yo por mi modo de ver no entiendo ser cofrade sin tener fe. Pero eso es lo que entiendo y pienso. Respeto cualquier motivación, no me queda otra que respetar porque así tiene que ser, no me puedo meter en la cabeza ni en el corazón de nadie, pero entiendo que para ser cofrade hay que tener fe.

P. Los de la infancia suelen ser recuerdos que dejan marcado para siempre. ¿Cuáles son sus recuerdos cofrades más significativos de esa época?

R. En el pueblo, en Montoro. Allí soy hermana de la Borriquita porque mi bisabuelo la fundó, se trajo la imagen de la Borriquita al pueblo junto a otros amigos al barrio del Retamar que es el de mi familia materna. También soy de Nuestro Padre Jesús Nazareno, igualmente por tradición familiar, y también soy hermana de la Patrona del pueblo, de la Virgen del Rosario. Entonces desde pequeñita es verdad que la vinculación con Montoro y las cofradías sí ha sido mucha.

P. Vamos a hablar ahora de la Virgen de la Paz. ¿Qué significa para usted?

R. Es una imagen muy especial, muy especial. Como ya he contado he llegado a Ella casi de casualidad y por pura atracción, es una imagen que te atrapa, es la dulzura, la advocación a mí me llama mucho: Paz y Esperanza, es una cosa que me atrapa, me llena. Y además veo que mi madre tiene tanta devoción por esa imagen, que mi padre le ha rezado tanto a esa imagen, veo que mi chiquito también se sintió atraído por esa imagen... es pura devoción.

P. La tiene presente en su día a día, supongo.

R. Absolutamente. Voy con Ella a todas partes.

P. ¿Participa activamente en la hermandad de la Paz actualmente?

R. Tengo la suerte que desde diciembre de 2015 el hermano mayor me propuso ser la camarera mayor de la hermandad. Imagínate lo que supuso para mí, aunque yo antes había colaborado mucho porque venía a todos los actos y cultos... pero eso supuso para mí un auténtico privilegio. Desde ese momento empecé a formar parte de la junta de gobierno y desde ese momento estoy muy implicada en el trabajo diario de la hermandad y además tengo la fortuna de pertenecer a la comisión pro coronación de la Virgen y de los actos del 75 aniversario del Señor que este año cumplimos, con lo cual mayor honor y mayor responsabilidad no me cabe.

P. Ahora que conoce a las cofradías desde dentro, ¿qué debe saber la gente que las critica para que deje de hacerlo?

R. Pues ahora te das cuenta realmente del enorme trabajo que supone llevar adelante una cofradía y no me refiero solo a la estación de penitencia. Requiere una responsabilidad, dedicación y tiempo del que no todo el mundo dispone y me incluyo porque hay veces que no tengo horas al día para poder dedicar el tiempo que a mí me gustaría para estar con mi hermandad. Pero es un trabajo enorme intentar tomar decisiones con cabeza, sabiendo que muchas veces no van a ser bien aceptadas porque son difíciles de adoptar y el trabajo que tiene una cofradía detrás es impresionante y te das cuenta cuando estás dentro y tienes que tomar decisiones trascendentes para su devenir.

P. ¿Qué es lo que más le gusta de la Semana Santa de Córdoba?

R. Es curioso porque evidentemente me gusta muchísimo y si no, no estaría aquí, pero hace años que no la vivo en plenitud sino que la vivo para el Miércoles Santo. Antes disfrutaba el ratito que yo quería cada día, pero en los últimos años nos tenemos que dedicar el Lunes y el Martes Santo a terminar el montaje de nuestros pasos. Normalmente trabajo también, con lo cual me resta muchísimo tiempo, pero la estación de penitencia que es lo que más vivo yo ahora en la Semana Santa claro que me gusta, me gusta muchísimo. Es una oportunidad única de llevar a la calle nuestra fe, de poder compartir con Córdoba, sea o no creyente o cristiano el que nos mire, el trabajo que hacemos durante todo el año, la belleza de nuestra cofradía y de todas porque la Semana Santa de Córdoba ha pegado un salto exponencial importantísimo.

P. Y aparte de la Paz y Esperanza, que es evidente, ¿qué otras cofradías le gustan y dónde se le puede ver a usted en Semana Santa?

R. Me gustan muchísimas. Algunas personas me preguntan por qué soy solamente hermana de la Paz y es porque no tengo más tiempo o el tiempo que tengo lo quiero dedicar a una sola cofradía porque una cofradía no es solo salir y hacer una estación de penitencia al año, es que es vivirla todo el año y ahora yo siento que solo tengo tiempo y devoción para una. Pero hay imágenes que me llaman muchísimo la atención aunque no tengo vinculación con ninguna.

P. ¿Qué imágenes son?

R. No me puedo perder al Rescatado, me da igual el sitio que sea y para eso hago mucho esfuerzo porque el Domingo de Ramos casi siempre voy a Montoro a ver la Borriquita y cuando vuelvo muy tarde a Córdoba tengo que buscarlo. Me gusta mucho ver la salida del Cristo de la Salud de la Trinidad, pero es que ahora ya es salir corriendo para verlas porque ya disfrutarlas en los rincones que a mí me gustan eso ya pasó. El Martes es muy difícil... llevo dos años que no veo el Martes Santo porque me lo paso en la nave de mi hermandad metida terminando los pasos.

P. Pero a partir del Miércoles Santo ya se relaja, supongo.

R. El Jueves, el Caído, debilidad también. Pero, ¿sabes qué pasa? Que muchos Jueves cojo el coche y me voy a Montoro porque también tira la entraña del pueblo. Entonces en Córdoba intento buscar momentos y voy como corriendo y también por el trabajo y no tengo tiempo material para poder disfrutar ahora como antes en su plenitud la Semana Santa.

P. Le he preguntado por lo que más le gusta de la Semana Santa de Córdoba. ¿Y lo que menos?

R. (Ríe) Últimamente lo que menos me gusta de la Semana Santa de Córdoba, o en general porque será una cuestión de más sitios, es el ruido. El ruido. Soy muy de silencio, de recogimiento, de vivir las cosas interiores. Por eso me gusta la Semana Santa, porque para mí tiene un significado de fe muy importante. Y no estoy diciendo que no me guste la bulla, para nada. Pero hay demasiado ruido y demasiada estridencia. A mí me gusta disfrutar de un paso y de un guion procesional más en silencio, incluso en las cofradías como la mía más populares. Echo en falta un poco más de recogimiento. Así como te he dicho antes que valoro muchísimo el esplendor y el salto exponencial que han dado todas las hermandades, el valor patrimonial que ponemos en la calle es digno de tener en cuenta, es verdad que a mí me gusta la Semana Santa más recogida.

P. ¿Qué le parece que los colectivos vecinales quieran opinar de la carrera oficial cuando no opinan de la organización de otros eventos que también generan cambios en la ciudad?

R. A ver, en su derecho está la opinión y el respeto de lo que estos colectivos plantean y también respeto a lo que nosotros defendemos. Yo considero normal que se abra un debate y se pueda sentar en la mesa el Ayuntamiento con los colectivos vecinales. Cuando te hablaba del ruido voy a hacerlo extensivo a esta pregunta. Yo creo que hay demasiado ruido porque las cosas no hay que llevarlas a ese extremo y quizá también resulte molesto que justo sea cuando faltan dos o tres semanas se reavive esta polémica que ya digo que no está mal que cada uno ponga sus propuestas sobre la mesa pero yo creo que también es intentar un poco sacar el pie del plato porque creo que con una buena organización, con un buen debate y unos planteamientos serios por parte de ambas partes no creo que tenga que haber problemas ni levantarse polémicas. Yo creo que es asumible escuchar, por supuesto, lo que tengan que decir pero también defender y poner en valor nuestra postura de poder hacer estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral.

P. Que es algo muy importante, ¿verdad?

R. Para mí, fundamental. Mucho se ha tardado. El año pasado, cuando hicimos allí estación de penitencia, sentí que la Semana Santa de Córdoba era ya plena. Me parece fundamental que todas las hermandades vayamos allí. Comprendo también a personas allegadas a mí que dicen que cuesta mucho trabajo llegar allí, que es una dificultad enorme poderse acercar a la carrera oficial porque las calles son muy estrechas, que les da miedo... Lo entiendo, como decía con la anterior pregunta, hay que escuchar todas las opiniones, se debe negociar porque además hay gente muy capacitada para hacerlo, pero es que la Semana Santa de Córdoba es más Semana Santa, es Semana Santa con todas las hermandades en la Catedral.

P. Usted que es periodista, ¿qué opina del tratamiento que se hace de las cofradías en la prensa?

R. Me parece adecuado, de lo más correcto, además la especialización que está teniendo la materia cofrade en todos los medios de comunicación me parece absolutamente correcta. Es que sois auténticos especialistas comunicadores en el mundo cofrade. Me parece muy completa la información y bastante bien tratada.

P. ¿Sigue la actualidad de las cofradías o se ha tenido que poner al día para el pregón?

R. La he seguido siempre. Además tengo la fortuna de que trabajo a diario con José Antonio Luque porque como sabéis está en Canal Sur Radio en antena ‘Paso a Paso’, que es un auténtico referente en el que en alguna ocasión he tenido la oportunidad de colaborar y, en ese sentido, estoy muy sensibilizada con la información cofrade.

P. Y ahora, por último, hablemos del pregón y cuente hasta donde pueda contar. ¿Qué estilo seguirá? ¿Habrá más prosa, más verso?

R. Absolutamente sencillo. El lema que me marqué es que tenía que ser sencillo. Es que lo tengo muy claro, también será por mi profesión. Titular clarísimo, sujeto, verbo y predicado y frases que se entiendan. Un amigo me decía: “Tú tienes que hacer un pregón de titulares”. Y creo que en el fondo me ha salido así. Frases sencillas, directas, cada frase con un mensaje. Esa era la misión que yo tenía. No soy historiadora ni poeta ni tengo una preparación cofrade al nivel de los informadores, comunicadores, periodistas cofrades que hay en Córdoba. Entonces me he limitado a ponerme el corazón en la mano, a transmitir mi sentimiento cristiano, de fe y religioso y hacer un pregón cargado de titulares y con muchísima sencillez.

P. No sé si me puede adelantar alguno...

R. A ver qué te digo yo a ti... No, no, no... (ríe) porque me salen muchos, no (ríe).

P. ¿Y cuáles le gustaría que fueran los titulares de la prensa después de su pregón?

R. Pues que fueran titulares justos. Yo sé que mi pregón a mucha gente no le va a gustar, a mucha gente le gustará... Yo con que cada uno saque una idea... y no todas tienen que ser positivas. Más que nadie sé por el medio donde trabajo que no le puedes gustar a todo el mundo pero que sean críticas justas, a algunas personas no les gustará y a otras les encajará porque van a ver el pregón de una mujer cofrade comprometida.

P. Y en ese pregón habrá actualidad, supongo, vivencias personales...

R. La gente va a tener la oportunidad un poquito de descubrirme porque hasta ahora no he sido más que un rostro que informa de lo que ocurre en nuestra capital y provincia, pero a partir de ahora se formará una idea, o no, completamente diferente de mí y conocerá un poco más una parcela que hasta ahora para muchos era desconocida.

P. ¿Qué debe tener todo pregón y qué sobra?

R. En pregones yo creo que hay muy poco margen de maniobra. Los pregones son lo que son. Yo me lo he planteado como que todos los que vayan a escucharme salgan con unas ganas decididas de vivir con más intensidad, si cabe, la Semana Santa después de los 50 minutos o una hora, y esto es mucho, porque no puede llegar a una hora, que durará el pregón, que además tiene que ser muy ameno. Es tan importante a mi modo de ver lo que se escribe que cómo se dice y expresa y en mi pregón eso tiene un peso importante. Tienes que mantener la atención hasta el final. Entonces, basado en la sencillez, lo que yo defiendo es un pregón absolutamente cercano. Que yo palpe que la gente en todo momento está enganchada al pregón es lo que me quiero plantear. También hay que tener en cuenta que el listón de los pregones no es que esté ni alto ni bajo ni medio, es que cada uno marca su propio listón, un pregón con otro no se puede comparar, cada uno tiene su estilo, su forma de declamar, de hablar, cada uno tiene su personalidad, entonces es complicado decir que hay un patrón de pregón. En el fondo, todos los pregones son lo mismo, yo es que como lo que tengo metido en la cabeza es la sencillez, la proximidad, la inmediatez, el titular, el mensaje... Por otro lado, creo que un pregón no es para polemizar, aunque sí se puede generar opinión.

P. Será un pregón con mensaje, puede decirse para resumir.

R. Con mucho mensaje de lo que yo creo que debe ser la Semana Santa, la fe y las cofradías y lo que debe ser una ciudad como Córdoba que tiene un colectivo muy potente que vive la Semana Santa, la fe y las cofradías.

P. Pues le deseo muchísima suerte.

R. Dios te oiga.

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