El plan para llevar agua potable de Córdoba a Trassierra y depurar sus residuales
Los manantiales de Santa María de Trassierra fueron los que aportaron el agua necesaria para el desarrollo de la Córdoba romana, primero, y la islámica, después. En el siglo I antes de Cristo, Roma construyó en Córdoba uno de sus grandes acueductos, el famoso Aqua Vetus o Acueducto de Valdepuentes, que aún hoy es visible en las inmediaciones de Medina Azahara. El Aqua Vetus captaba el agua potable del Bejarano, principalmente. Y llegaba a conducir entre 20.000 y 35.000 metros cúbicos al día hacia Corduba.
2.000 años después se va a invertir el proceso. La Empresa Municipal de Aguas de Córdoba (Emacsa) acaba de encargar la redacción de uno de sus proyectos más ambiciosos: el bombeo de agua potable hacia la barriada periférica de Santa María de Trassierra. Y la depuración también de sus residuales. El plan ha sido adjudicado a una empresa que, además, hace una especie de guiño al pasado cordobés: Roma Ingenieros Consultores S. L. lo diseñará por un presupuesto que no llega a los 50.000 euros.
La obra es una de las grandes acometidas previstas por Emacsa en el siglo XXI. Está diseñada desde el año 2017 y proyectada en las normas urbanísticas, pero no se ha llevado a cabo por un problema fundamental: entre la red de agua potable de Córdoba capital y Santa María de Trassierra está Medina Azahara. La Consejería de Cultura se ha negado por activo y por pasivo a que las tuberías pasen por el yacimiento.
El proyecto de tuberías, por tanto, prevé dar un rodeo. Así, y según el pliego, subirá hacia la urbanización El Cruce junto a la actual carretera de San Jerónimo, la provincial CO-3114. En El Cruce se construirá un depósito de 1.000 metros cúbicos de capacidad con capacidad para alcanzar los 2.000. Este depósito se ubicará a cota 500 metros (Córdoba está a poco más de 120), por lo que habrá que construir en el trayecto dos estaciones de bombeo para impulsar el agua. Ya en Trassierra, en La Caballera, existe una tercera estación de bombeo que se modificará. El objetivo una vez que el agua esté allí es que en su mayor parte llegue a la red por gravedad.
Lo que sí que bajará de Trassierra serán sus aguas residuales. La barriada tiene un problema especialmente en verano, cuando se multiplica la población, con sus vertidos, que acaban alcanzando parajes altamente protegidos como son los del arroyo Bejarano o los Baños de Popea, actualmente contaminados pese a tratarse de un espacio altamente protegido. El objetivo pasa por depurar todas las aguas. Antes habrá que recogerlas y conducirlas. La construcción de la depuradora es competencia de la Junta de Andalucía, que la ha prometido. Pero Emacsa tiene que ejecutar por su parte todas las conducciones hasta esa depuradora.
El proyecto también prevé la construcción de una especie de tanque de recogida de sedimentos y residuos en el Bejarano para cuando se produzcan desbordamientos. El objetivo es proteger también este enclave natural en caso de previsibles riadas.
En 2017 se previó que el proyecto debería haber estado acabado en el año 2022. Entonces, se contempló una inversión de 13,7 millones de euros. Pero ha pasado el tiempo y de momento la empresa adjudicataria tiene otros seis meses para diseñar la futura gran obra de la sierra de Córdoba.
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