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El mapa de la sombra en Córdoba

Toldos y sombras en Córdoba

Alfonso Alba

11 de agosto de 2024 19:57 h

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El arquitecto Pedro García del Barrio aseguraba en una entrevista en el año 2013 que la línea más corta entre dos puntos en Córdoba es la de la sombra. En verano, es una máxima. Los cordobeses no cruzan las calles en línea recta, que sería más corto. Lo hacen por el lado de la sombra.

La propia fundación de la ciudad de origen romano y la fosilización de muchas de sus calles que siguen un trazado similar en la actualidad hacen que, precisamente, se aproveche al máximo el sol en las calles. La orientación este-oeste del Decumano máximo trazado por los augures sigue, por ejemplo, desde María Auxiliadora hacia San Pablo y Alfonso XIII, e incluso en su salida hacia Puerta de Gallegos. El cardo recorre la ciudad de sur a norte. Córdoba sigue teniendo grandes avenidas orientadas de esta manera, en la que el sol sale por el este, alcanza su cénit al mediodía y se pone por el oeste, ofreciendo pocas posibilidades de sombra proyectadas por los edificios.

Esta configuración de la propia ciudad se puede observar en una aplicación que ofrece información en tiempo real sobre las zonas de sombra de la ciudad. Se llama Shademap y funciona gracias a los datos abiertos de Google Maps, que no ha parado de alimentar la información disponible. Esta aplicación proyecta las sombras al minuto gracias a los datos de Google, que a su vez ofrece dos variables más: la altura de los edificios y los árboles disponibles.

De esta forma es fácil adivinar que gracias a esa antigua configuración romana, las avenidas y calles que se extienden de este a oeste apenas si logran proyectar sombra, más allá de las que, afortunadamente, disponen de arboleda suficiente. Esa ausencia de sombras destaca especialmente en espacios como la avenida de Medina Azahara o la propia avenida de América, pero también en el Vial Norte, que no tiene una orientación tan exacta hacia el oeste pero donde se nota especialmente que el espacio es muy abierto y que la altura de los edificios solo van a proyectar sombra en las calles perpendiculares.

A diferencia de otras ciudades, la ciudad de Córdoba no tiene grandes alturas en sus edificios. Y, por tanto, tampoco posibilidades de crear grandes sombras. Es algo que se comprueba en barrios como Ciudad Jardín y las calles orientadas de sur a norte, con sombra prácticamente durante todo el día.

Pero Córdoba es una ciudad con grandes espacios abiertos, con enormes parcelas, que no disponen de grandes arboledas y que, por tanto, adolecen de esas sombras que fomentan el sobrecalentamiento del casco urbano.

La aplicación, en cambio, sí que señala cómo las zonas verdes del casco histórico están casi todo el día a la sombra. Es lo que ocurre en los Jardines de la Agricultura o en la plaza de Colón. O en el propio Paseo de la Victoria o incluso en el Parque Cruz Conde, auténticos vergeles. Pero es algo más difícil de notar en parques jóvenes como La Asomadilla, donde los árboles aún no han crecido lo suficiente.

Eso sí, se comprueba perfectamente el gran paraíso de la sombra cordobesa: su sierra, que comienza en el propio corazón del casco urbano. La aplicación sombrea prácticamente todo el recorrido del parque del Patriarca hasta Trassierra. E incluso la mayor parte de las carreteras que suben a la sierra o la cruzan se configuran como bosques de galería, que ofrecen una temperatura muy diferente a la que se observa solo unos metros más abajo.

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